Un informe de la ONU destacó el impacto de las crisis medioambientales, sociales y económicas en la biodiversidad y alertó que el 50% del PBI mundial depende de la naturaleza. La Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) advirtió sobre los efectos interrelacionados de estos problemas y llamó a abordarlos de manera integral.
El informe, titulado “Informe sobre los nexos”, analizó cómo la biodiversidad, el agua, la alimentación, la salud y el cambio climático interactúan y generan efectos en cascada con consecuencias globales. Según el estudio, la pérdida de biodiversidad avanza a un ritmo alarmante, con una reducción de entre un 2% y un 6% por década en los últimos 50 años. Este declive amenaza no solo a especies animales y vegetales, sino también a hongos y microorganismos esenciales para el equilibrio del planeta.
La profesora Pamela McElwee, coautora del informe, advirtió sobre los costos ocultos de las actividades económicas actuales: “Ascienden como mínimo a entre 10.000 y 25.000 millones de euros al año”. Además, Paula Harrison, copresidenta de la evaluación, señaló que las crisis afectan de forma desigual: “Más del 50% de la población mundial vive en zonas gravemente afectadas por el declive de la biodiversidad, la calidad del agua y la inseguridad alimentaria”.
Impacto global y propuestas
El informe subrayó que el 42% de la población mundial no puede permitirse una dieta saludable y más de 800 millones de personas enfrentan inseguridad alimentaria. Las enfermedades infecciosas también se ven agravadas por la crisis climática; el 58% de estas, como la esquistosomiasis, tienen un impacto mayor en contextos de pérdida de biodiversidad. Sin embargo, se destacaron soluciones efectivas, como un proyecto en Senegal que redujo infecciones eliminando plantas invasoras.
Entre las recomendaciones, el estudio propuso:
- Restaurar ecosistemas ricos en carbono como manglares y bosques.
- Implementar soluciones urbanas basadas en la naturaleza.
- Promover prácticas agrícolas sostenibles y proteger los métodos tradicionales de los pueblos indígenas.
La IPBES también denunció los subsidios públicos a actividades que afectan negativamente a la biodiversidad, estimados en 1,7 billones de dólares anuales, y pidió reorientarlos hacia acciones sostenibles.
Desde su creación en 2012, la IPBES busca conectar la ciencia con las políticas públicas. Este informe es un recordatorio de que las soluciones fragmentadas no alcanzan frente a crisis profundamente entrelazadas. McElwee advirtió que postergar las medidas necesarias incrementará sus costos.