En un esfuerzo sin precedentes por reducir el impacto ambiental de la agricultura, Dinamarca convertirá el 15% de sus tierras agrícolas en bosques y hábitats naturales. Esta iniciativa busca disminuir el uso de fertilizantes, que generó un severo agotamiento del oxígeno en las aguas danesas y la consecuente pérdida de vida marina, según informaron legisladores.
Dinamarca, uno de los países con mayor intensidad agrícola en el mundo, dedica casi dos tercios de su territorio a cultivos. Para llevar a cabo esta ambiciosa transformación, el gobierno reservó 43 mil millones de coronas danesas (aproximadamente 6.100 millones de dólares) destinados a la adquisición de tierras de agricultores durante las próximas dos décadas.
El plan incluye la plantación de mil millones de árboles en tierras agrícolas, un objetivo que se espera alcanzar en un plazo de 20 años. Además, Dinamarca se convertirá en el primer país en imponer un impuesto al carbono en la agricultura, según el ministerio del Acuerdo Tripartito Verde, creado en agosto para implementar un pacto alcanzado en junio entre diversos sectores: agricultores, industria, sindicatos y grupos ambientalistas.
Metas vinculantes para 2030
La agricultura es la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero en Dinamarca, y reducirlas ha sido uno de los mayores retos para los legisladores. Este nuevo acuerdo es fundamental para cumplir con el objetivo legalmente vinculante de recortar las emisiones en un 70% para 2030, en comparación con los niveles de 1990.
El vertido de nutrientes provenientes de fertilizantes en tierras bajas ha llevado a que los niveles de oxígeno en las aguas danesas alcancen mínimos alarmantes este año. Con esta transformación, el país busca frenar la degradación ambiental y liderar la lucha global contra el cambio climático.
