Nueva Delhi, la capital de la India, vive una de sus peores crisis de contaminación en años. Este lunes, las autoridades locales implementaron medidas drásticas para combatir el aire tóxico que cubre la ciudad, cerrando escuelas, prohibiendo la entrada de camiones no esenciales y deteniendo todas las actividades de construcción.
La densa niebla que envolvía la ciudad, hogar de 33 millones de personas, era más que un fenómeno visual: una amenaza directa a la salud pública. Según SAFAR, la principal agencia medioambiental del país, la calidad del aire alcanzó niveles considerados “graves”, con concentraciones de partículas en suspensión peligrosamente altas, capaces de penetrar profundamente en los pulmones.
La neblina mortal cubrió monumentos y edificios emblemáticos, mientras la visibilidad se reducía drásticamente, provocando advertencias de las aerolíneas sobre posibles retrasos. En algunos puntos de la ciudad, la contaminación superó en 50 veces el límite de seguridad recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
La situación no es nueva para los habitantes de Nueva Delhi, donde cada invierno la contaminación del aire empeora. Esto se debe, en gran parte, a la quema de residuos agrícolas en estados vecinos, una práctica que coincide con temperaturas más frías que atrapan el humo en la atmósfera. A esta mezcla se suman las emisiones de vehículos e industrias, agravando el problema.
Frente a esta alarmante situación, las autoridades activaron la fase 4 del Plan de Acción de Respuesta Gradual (GRAP). Esta etapa contempla medidas estrictas:
Suspensión de clases presenciales para todos los niveles, excepto los grados 10 y 12.
Prohibición de ingreso a la ciudad de camiones y vehículos antiguos que consumen diésel.
Paralización total de las actividades de construcción.
Además, se recomendó a la población más vulnerable —niños, ancianos y personas con problemas respiratorios— que eviten salir al exterior.
A pesar de las medidas, muchos residentes continuaron con sus rutinas. “Todo el mundo tiene dolor de garganta”, comentó Sanjay Goel, un comerciante local. “Deberían prohibir la quema de residuos de cultivos… sólo hay humo por todas partes”.
En redes sociales, la indignación creció. Algunos usuarios describieron la ciudad como “apocalíptica” y una “cámara de gas”, exigiendo soluciones a largo plazo para la crisis ambiental que cobra miles de vidas cada año.
Estudios recientes estiman que más de un millón de indios mueren anualmente por enfermedades relacionadas con la contaminación. Aunque las autoridades han recurrido en ocasiones a medidas paliativas como aspersores de agua y pistolas anti-smog, los críticos insisten en la necesidad de un enfoque preventivo más contundente.
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