La propiedad fue adquirida hace 16 años por Irene Marion Lehmann. Tiene una superficie de 778 hectáreas, de las cuales 600 son de monte nativo, y está ubicada en el Municipio de Santiago de Liniers, departamento de Eldorado, sobre el Arroyo Piray Guazú, con una extensión de 9 kilómetros y medio de costa, en parte con correderas y un pequeño salto. Emocionada aún por el compromiso de haber logrado incorporar su reserva privada al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas, su propietaria sueña en un futuro restaurar el área y destinar el espacio a visitas de escuelas como proyecto de educación ambiental. “Los niños son los futuros cuidadores de la naturaleza”, expresa.
La Reserva Natural Privada “Marion Lehmann”, de Santiago de Liniers, departamento de Eldorado, en Misiones, es una de las cinco propiedades que recientemente firmaron convenio de incorporación al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas que promueve el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de la provincia. Lleva el nombre de su propietaria, Irene Marion Lehmann, quien dialogó con ArgentinaForestal.com sobre su amor por la naturaleza y el valor ambiental de lo que denomina “su lugar en el mundo”.
Con el principal objetivo de continuar fortaleciendo la conservación y restauración de la Selva Misionera, desde Ecología articulan acciones con el sector privado que tienen compromiso con el ambiente, y sumaron bajo la categoría de reserva natural privada al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas (Ley Nº 2932) a cinco propiedades. «Unas 908 hectáreas de reservas privadas ubicadas en zona norte, centro y sur de la provincia quedaron incluidas, lo cual aumenta el número a 38 reservas privadas que ya integran el sistema provincial, elevando a 16.563 hectáreas que se suman al registro», informaron desde la cartera que conduce Mario Vialey.
La creación de reservas privadas se realiza a través de un convenio entre ambas partes por un plazo minino de 20 años, donde el propietario se compromete a conservar el espacio y como contraparte la cartera ecológica se compromete a brindar apoyo técnico y asistir a la reserva con su cuerpo de guardaparques.
Para Irene Marion, ese «pedacito» de 600 hectáreas de monte misionero es su motivo para vivir en contacto con la naturaleza. El lote en total tiene una superficie de 778 hectáreas. “Amo caminar mi reserva, recorrerla en todos sus rincones, respirar ese aire puro, escuchar los pájaros, observar las aves y ver los rastros de animales que habitan el área, como antas, carpinchos, jabalí, venados, pumas, entre otros tantos”, relata sobre su reserva natural. Y contagia con su energía las ganas de visitar y conocer «su» lugar.
Pero llegar a la reserva privada aún es difícil sin un vehículo todo terreno, ya que tiene accesos con caminos en malas condiciones, en un entorno poco desarrollado que no facilitan el ingreso a la propiedad. «Solo se puede ingresar en camionetas 4×4», explica Irene Marion. «En un futuro sueño con hacer algo con las escuelas, para que los niños visiten el lugar y tengan contacto con la naturaleza, conozcan de los árboles, hagan cabalgatas, caminatas, que disfruten de estar en contacto con la naturaleza. Son ideas que me gustaría algún día poder concretar, siempre sin ninguna modificación en el área, conservando y restaurando el bosque», expresó con entusiasmo la propietaria.
El contacto con la naturaleza, desde la niñez
Irene Marion (59) es de Eldorado. Cuando tenía 10 años de edad se fue a vivir a San Carlos de Bariloche, Río Negro, donde residió por cinco años hasta regresar a Misiones. “En la escuela donde asistía nos enseñaron sobre cómo cuidar al planeta, a valorar y cuidar la naturaleza. Durante los fines de semana, la escuela organizada recorridos a la montaña, dormíamos en refugios de vida silvestre y en carpas. Fue así que comencé a entender el mensaje, y enamorarme de la naturaleza”, recordó en la entrevista.
Desde que regresó a la provincia siempre tenía en mente el sueño de tener “su lugar” para disfrutar de la naturaleza. “Hace 16 años que adquirí esta propiedad de 778 hectáreas, en el Municipio de Santiago de Liniers, sobre el Arroyo Piray Guazú, con una extensión de 9 kilómetros y medio de costa, en parte con correderas y un pequeño salto”, describe aún maravillada por su reserva natural.
El 22 de junio del corriente año, finalmente su propiedad se convirtió oficialmente en la «Reserva Privada Marion Lehmann”, por Resolución 226/21. “Es aún un bebé, muy reciente pero con ánimos de crecer como tal. La meta es restaurar lo más que se pueda el área, reimplantando todas las especies autóctonas posibles. Sufrimos un tornado muy fuerte, creo fue en 2009, que arrancó 300 hectáreas de monte y hasta perdí mis colmenas. En aquel momento, realizamos un aprovechamiento de la madera. Ahora, hay que ayudar a la naturaleza en lo que hace para recuperarse de ese daño, y por eso es muy importante colaborar con la recuperación. ¿Cómo? Reimplantando todas las especies posibles, así se recupera en menor tiempo”, explicó.
La reserva de Irene Marion Lehmann integra al Arroyo Piray Guazú en una extensión de 9 kilómetros y medio de costa, en parte con correderas y un pequeño salto.
Es así que se propone trabajar en la reimplantación de árboles de frutas silvestres, desde Guabirá, Pitanga, Guayaba, Araticú, Yabuticaba, entre otras. «La verdad que son pocas conocidas. En lo personal, viviendo en éste lugar fue que aprendí a comerlas y son deliciosas. Las frutas silvestres atraen las aves y ayudan también a las abejas, por ello la miel de monte es única», asegura la misionera que abrazó la conservación como impulso para sus proyectos.
En la categoría de Reserva Privada y bajo el SPANP, con la ayuda de los y las guardaparques del Ministerio de Ecología de Misiones, la intención es trabajar en conjunto con el organismo para reforzar el control de los cazadores furtivos en la zona. Es un lugar donde se mueven con total libertad dentro de la propiedad, tienen sus trillos y hay que estar alertas constantemente y como mujer mayor era una dificultad a resolver. “Cuidar y recorrer el monte es lo que más amo hacer”, expresó su propietaria. Y en adelante tendrá más apoyo de protección ambiental en la zona.
Sobre 170 hectáreas, de las 778 hectáreas en total, tiene actividades productivas, un campo bajo cubierta, actividad ganadera que lleva en forma tercerizada con cuidadores. Y las otras 600 con bosque nativo, con destino a reserva natural.
“En la actualidad no vivo en esta propiedad, voy todas las veces que puedo, ya que el acceso es difícil, está en muy feas condiciones los caminos, sin mantenimiento, así que a la reserva se llega solo con camioneta 4×4”, explicó. En carpeta, tiene proyectado un futuro emprendimiento turístico o de educación ambiental, “pero para ello necesitamos primero tener buenos caminos, y otros arreglos, todo lleva su tiempo”, señaló.
Por lo pronto, la conservación y restauración del área es su principal tarea y su objetivo. “Esta decisión de crear la reserva natural privada surge por hablar con otras personas que ya tienen reservas naturales y un compromiso con la naturaleza. Me informaron y alentaron a tomar ésta decisión. Estoy con una gran alegría, profunda e imposible de transmitir en su dimensión», manifestó.
«Me siento muy comprometida y creo que aún hay tanto por hacer por cuidar el monte. Es mi deseo que haya escuelas que cuando enseñan a sus alumnos a cuidar nuestros montes, tengan un lugar para llevarlos a conocer, caminar, cabalgar, disfrutar de la naturaleza. Como actividad en la infancia y en la secundaria es una experiencia que nunca olvidarán. Eso es lo que más quiero con mi reserva, que sea un lugar en que los niños tengan la posibilidad de vivirlo, y así serán también futuros cuidadores del monte misionero”, fue el mensaje de Irene Marion, con una firme convicción que nace a partir de su propia experiencia.
Por Patricia Escobar