viernes, noviembre 29, 2024
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San Ignacio: “Monte Adentro”, una nueva reserva privada que se une a la protección del ecosistema único del área protegida en la península del Teyú Cuaré

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Se trata de la Reserva Natural Privada «Ka’aguy Roguápy», en guaraní. Significa «Monte Adentro» y es propiedad de la familia de Roberto Bonetti y Amalia Fiori. Son 25 hectáreas que se encuentran ubicadas en el centro geográfico de la península del Teyú Cuaré (Cueva del Lagarto en guaraní), en San Ignacio, al sur de la provincia de Misiones. Es un área única por su ecosistema en la Argentina, y en el mundo, ya que registra varias especies endémicas. La reserva privada ahora conforma un bloque junto al Parque Provincial Teyú Cuaré, la Reserva Natural Osununú de la Fundación Temaiken, la nueva Reserva Privada Tenondé de la Fundación Hábitat y Desarrollo; y las reservas privadas del complejo Club de Río y del Club de Pesca de San Ignacio.

 

El emprendimiento familiar que tiene el objetivo principal de conservación y restauración de bosques nativos fue incluido recientemente al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas de Misiones. La Reserva Privada Ka’aguy Roguápy (Monte Adentro) está lindante a otras varias áreas protegidas, y en su cercanía, además, se encuentra la aldea guaraní Mbocajaty por lo que la conservación del paisaje del área también cumple una función social y cultural para dicha comunidad.

 

“Nuestra reserva natural fue creada principalmente por un compromiso familiar de realizar acciones concretas para el cuidado del planeta y para cumplir ese sueño personal de tener la certeza de que por lo menos ese pedacito de monte no va a desaparecer”, explicó Roberto Bonetti, ante su reciente creación, en junio del corriente año.

 

Esta reserva privada es una de las cinco propiedades que recientemente fueron incorporadas al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas, acción que promueve el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de la provincia con el principal objetivo de continuar fortaleciendo la conservación y restauración de la Selva Misionera.

 

Desde el organismo articulan acciones con el sector privado que tienen compromiso con el ambiente, y sumaron bajo la categoría de reserva natural privada por Ley Nº 2932 a Monte Adentro, a través de un convenio por un plazo minino de 20 años de vigencia, donde el propietario se compromete a conservar el área natural y como contraparte la cartera ecológica se compromete a brindar apoyo técnico y asistir a la reserva con su cuerpo de guardaparques.

 

Sobre el convenio firmado, el propietario de la reserva Monte Adentro consideró que “es importante tener un marco regulatorio que nos oriente hacia el futuro. Por otra parte, también creemos que de esta manera manifestamos nuestro apoyo a la gestión provincial en materia de conservación. Percibimos que el sector privado tiene mucho potencial si se involucra en forma directa y activa en la conservación de los ambientes naturales y pensamos que es importante recalcar que cualquier superficie sirve a los fines de resguardar la biodiversidad y que se puede encontrar un equilibrio entre producción y conservación”, expresó Bonetti.

 

“Ecología nos brindará asesoramiento técnico, apoyo logístico, vigilancia, eximición de impuestos provinciales, entre otros apoyos por conservar el área”, agregó el propietario.

 

En familia, Roberto Bonetti y Amalia, junto a Valentino, Giovanni y la pequeña Gaia, acompañados de los guardianes del área natural en el Teyú Cuaré.

 

Herencia natural

Roberto Bonetti (48) y su esposa Amalia Fiori (44) adquirieron la propiedad el año pasado, y el 10 de junio de este año fue oficialmente declarada “Reserva Natural Privada”. Seguido, fue declarada de interés municipal por el Honorable Concejo Deliberante de San Ignacio el 23 de junio de corriente año.

 

Roberto es de Posadas, pero su familia paterna es oriunda de Villa Venecia, cerquita de Cerro Corá, donde se estableció su bisabuelo Giovanni al llegar de Europa. “En ese lugar (Villa Venecia) vivían mis abuelos, tiene mucho monte y un hermoso arroyo que marcaron mi infancia. Desde los doce años soñé con crear una reserva natural”, relata en la entrevista con ArgentinaForestal.com.

 

Su esposa Amalia es oriunda de Rosario, Santa Fe. Después de casarse vivieron dieciséis años en la ciudad de Rosario donde nacieron sus tres hijos, Valentino (13) Giovanni (10) y Gaia (3), aunque hoy ya se podría decir que todos ellos son misioneros de corazón, asegura su padre.

 

“Si bien estuvimos viajando siempre a Misiones, esos años lejos de la tierra colorada me hicieron valorar mucho más esta maravillosa provincia, con su naturaleza y su gente, tan variada y tan dinámica. En los últimos cinco años nuestra vida fue casi nómada, alternando estadías entre Santa Fe y Misiones, especialmente en San Ignacio y Bonpland, donde también estamos creando una reserva natural urbana. Nuestra vida está marcada de alguna manera por la naturaleza, vemos a la tierra como nuestra casa y a los demás seres vivos como nuestros parientes, por eso cuidar el ambiente es para nosotros una obligación, pero una obligación muy placentera”, explica Roberto respecto a su amor por la naturaleza, que supo heredar de su familia y transferir a su esposa e hijos.

 

La propiedad fue adquirida en septiembre de 2020, y en forma inmediata iniciaron los trámites en el Ministerio de Ecología de Misiones para registrar como Reserva Natural. “En todo momento de la gestión percibimos un interés genuino por el proyecto, y ese mismo interés fue el que notamos en San Ignacio, de parte del señor intendente y del cuerpo de concejales”, menciona con gratitud durante la entrevista.

 

El nombre original de la reserva, Ka’agui Roguapy, lo eligió un amigo de la familia, un cantautor muy conocido y muy vinculado a la cultura guaraní: Karoso Zuetta. “Y significa Monte Adentro, haciendo referencia a que el acceso a la reserva es a través de varios kilómetros de selva. Ante la dificultad de pronunciar correctamente el guaraní, se fue imponiendo en el plano familiar su versión en español”, admitió Roberto.

 

 

En cuanto a la familia, explicó que “somos naturalistas autodidactas y muy observadores. No tenemos TV, preferimos leer y observar la naturaleza, lo que vemos en pantalla lo elegimos según nuestro interés a través de internet. Amalia es abogada, escribana y poetiza, ambos practicamos mucho deporte desde niños. Ella, nado sincronizado y yo natación, ciclismo y canotaje. Actualmente toda la familia practica la navegación a vela y cuanto deporte nos permita un contacto íntimo con la madre tierra. Los niños ya tienen una inercia hacia el naturalismo que hace que siempre estén pendientes de cualquier fenómeno que se presente a su alrededor”, relata con satisfacción.

 

Mientras que a Valentino y Giovanni les gusta fotografiar y pintar aves y plantan cualquier semilla que cae en sus manos, a la pequeña Gaia le atrapa el interés por los árboles y ya sabe reconocer muchos de ellos, con sus solos tres añitos, aprende a llamar a las plantas por sus nombres.

 

“Creo que no hubo un momento que empezó nuestro amor por la naturaleza, fue más una herencia que recibimos de la familia y transmitimos a los chicos”, reflexionó Roberto.

 



 

El disfrute de proteger un lugar único

Fue así que llegó la oportunidad y el momento en que la familia decidió avanzar en el compromiso y compraron esas 25 hectáreas para cuidar y destinar a conservación. Roberto relató que al tomar conocimiento de la venta del lote en ese lugar de alto valor ambiental, en forma inmediata comenzaron a trabajar en el proyecto.

 

“Sabemos que si bien en Misiones hay muchas propiedades aún con potencial de conservación, el ecosistema del Teyú Cuaré es único, las características geológicas del lugar condicionan su flora y fauna de tal forma de que no se repite en Argentina y tampoco dentro de Misiones”, remarcó.

 

Si bien el acceso a la reserva es relativamente fácil para llegar, explicó que su nombre refleja sus característica donde es “puro monte, para ingresar a la reserva hay que hacer varios kilómetros de selva. Aún no hemos determinado cual será el acceso al interior de la propiedad, estamos trabajando en eso junto a los guardaparques del Parque Provincial Teyú Cuaré y de la Reserva Natural Osununú”, precisó el propietario de Monte Adentro.

 

Explicó, a su vez, que siente que sus vidas están marcadas de alguna manera por la naturaleza. “Nosotros vemos a la tierra como nuestra casa y a los demás seres vivos como nuestros parientes, por eso cuidar el ambiente es para nosotros una obligación, pero una obligación muy placentera”, comentó Bonetti respecto a su compromiso ambiental.

 

Por el momento, el destino de la reserva es sólo de conservación, pero entienden que ante la  dinámica de los tiempos actuales se hace imprescindible involucrar a cuantas personas podamos en el re-aprendizaje de la vida en armonía con el ambiente natural con alguna manera de aprovechamiento sostenible.

 

Tanto la restauración de bosques, como el turismo y la investigación contribuyen en este sentido con el proyecto encarado. “A futuro no descartamos que se implementen en el lugar actividades relacionadas”, manifestó.

 

Por el momento, es una reserva privada con la mínima intervención humana. No hay ningún tipo de instalaciones para recibir visitas, es sólo monte y algunos senderos por lo que en familia la recorren en forma regular pero no permanecen más que algunas horas del día. “Actualmente para la vigilancia de la reserva Monte Adentro contamos con la colaboración de sus  vecinos de la Reserva Natural Osununú y del Parque provincial Teyú Cuaré, cuyos guardaparques siempre están alertas y son personas muy comprometidas con su función”, valoró Roberto Bonetti.

 









Parque Provincial Teyú Cuaré y sus paisajes únicos en San Ignacio, Misiones. 

 

Monte Adentro tiene varios aspectos a destacar, ya que por una parte resguarda un ecosistema muy especial que contiene especies vegetales endémicas relevadas en toda la península del Teyú Cuaré, reconocidas como su único hogar, no existe en el país un ecosistema similar y con tanta biodiversidad.

 

Por otro lado, en conjunto con las demás áreas protegidas de la zona se conforma un bloque de aproximadamente 450 hectáreas bajo protección, lo que significa una superficie importante en relación al tamaño de todo el paraje Teyú Cuaré.

 

“Estas áreas naturales protegidas aseguran también el modo de vida de las comunidades guaraníes de San Ignacio y sus prácticas ancestrales, ayudan a conservar la fisonomía del paisaje manteniendo su potencial turístico hacia el futuro y posibilitando que a los ojos de los visitantes se presenten paisajes muy similares a los que vieran en su momento los jesuítas o el escritor uruguayo Horacio Quiroga que habitó en las cercanías”, destacó Bonetti respecto a la ubicación e importancia estratégica del rol que cumplen las reservas privadas.

 

“En la reserva hay dos nacientes de agua a una altura de 130 metros sobre el nivel del lago Yaciretá, que forman un arroyito muy transitado por animales silvestres, hay también varios árboles nativos emergentes, cuyas copas se pueden apreciar desde el río Paraná, y en un sector encontramos algunos ejemplares de Qualea Cordata, un árbol endémico, entre otros”, describió .

 

Un ejemplar de árbol Qualea Cordata, una especie endémica que vive en la Reserva Privada Monte Adentro

 

Si bien la creación de la reserva es un proyecto familiar llevado a cabo con recursos propios, Bonetti sostuvo que la concreción del proyecto fue posible mediante la colaboración de muchas personas a las que expresó su agradecimiento y una mención especial a los guardaparques Miguel, Víctor, Norberto y Leandro del Parque Provincial Teyú Cuaré; a la bióloga María Paula Bertolini, Raúl y Renzo, de la Reserva Natural Osununú de la Fundación Temaikén; al intendente de San Ignacio, Javier Peralta; a Luis Dominguez, presidente del Honorable Concejo Deliberante y todo el cuerpo de concejales; al ministro de Ecología de Misiones, Mario Vialey y Esteban Arzamendia, director de reservas privadas del organismo, y a todos aquellos que alguna manera ayudan a concretar esos sueños”, concluyó.

 

Paisaje desde la Reserva Privada «Monte Adentro», en la península del Teyú Cuaré, en San Ignacio, Misiones

 

 

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

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