viernes, julio 4, 2025
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Misiones refuerza la vigilancia ambiental: operativos en áreas protegidas para frenar la caza y pesca furtiva

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En el corazón de la selva misionera, la protección de la biodiversidad no es un eslogan, sino una tarea diaria que demanda compromiso, coordinación y presencia territorial. Bajo esa premisa, el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de Misiones, junto a efectivos especializados de la División de Medio Ambiente de la Policía provincial, realizó recientemente dos importantes operativos de vigilancia ambiental impulsando la prevención y control en áreas naturales protegidas clave: el Parque Provincial Urugua-í y el Paisaje Protegido Lago Urugua-í, además de zonas rurales circundantes.

El objetivo de las acciones fue claro: prevenir y desarticular actividades ilegales de caza y pesca furtiva, prácticas que, pese a estar prohibidas, persisten en algunos sectores debido a diversos factores sociales, económicos y culturales. La intervención logró resultados concretos, incluyendo la detención de un cazador armado sin documentación legal, el desmantelamiento de un campamento clandestino de pescadores, y el relevamiento de zonas de ingreso ilegal que amenazan la integridad ecológica de estas reservas.

Estas operaciones, que combinan vigilancia, inteligencia territorial y trabajo articulado entre organismos, constituyen una de las estrategias más firmes para preservar la fauna silvestre en una de las regiones más biodiversas de Argentina.

Misiones refuerza la vigilancia ambiental: operativos en áreas protegidas para frenar la caza y pesca furtiva
Misiones refuerza la vigilancia ambiental: operativos en áreas protegidas para frenar la caza y pesca furtiva

La selva en guardia: el inicio del operativo

El primer despliegue tuvo lugar en áreas circundantes al Parque Provincial Urugua-í, una de las reservas más emblemáticas del sistema de áreas protegidas de Misiones. Con más de 84 mil hectáreas de selva paranaense, este parque alberga especies emblemáticas como el yaguareté, el tapir, el águila harpía, el ocelote y una infinidad de aves, reptiles y anfibios amenazados.

El operativo comenzó con patrullajes a pie y en vehículos 4×4 por localidades rurales como Piñalito Norte, San Antonio, Paraje Central, Paraje 130, Paraje San Martín y otras colonias que limitan con la reserva. Se trata de zonas de acceso estratégico, muchas veces utilizadas por cazadores furtivos para ingresar al parque de manera clandestina, aprovechando caminos secundarios, picadas abandonadas o límites poco señalizados.

Durante uno de estos recorridos, los agentes interceptaron a un individuo en actitud sospechosa, portando un rifle calibre .22 sin la debida documentación legal. Esta clase de arma, silenciosa y letal, es comúnmente utilizada para la caza de animales medianos y pequeños. Al no poder justificar su presencia ni el uso del arma, se procedió a su detención preventiva, quedando a disposición de la Justicia.

El Ministerio de Ecología informó que este tipo de acciones son claves para disuadir prácticas ilegales y marcar una presencia efectiva en el territorio, una tarea que muchas veces se realiza en condiciones geográficas adversas, con clima hostil y largas distancias por cubrir.

Segunda fase: patrullaje en el Paisaje Protegido Lago Urugua-í

En simultáneo, otro equipo operativo se desplegó en el Paisaje Protegido Lago Urugua-í, una figura legal de conservación que rodea el embalse del mismo nombre. Este espejo de agua, nacido de la represa Urugua-í, es un ecosistema estratégico para numerosas especies de aves acuáticas, peces nativos y mamíferos que dependen del entorno fluvial para alimentarse y reproducirse.

El recorrido abarcó también el Parque Provincial Puerto Esperanza y sus zonas aledañas, con especial atención en puntos críticos de acceso al lago y al arroyo Urugua-í, donde suelen instalarse campamentos de pesca furtiva.

Fue en la zona conocida como Pozo Yacaré donde se detectó uno de estos campamentos. Al momento del hallazgo, no había personas presentes, pero se encontraron restos de fogones, aparejos, redes y residuos que evidenciaban una estadía prolongada. El lugar fue desmantelado inmediatamente y se procedió a levantar actas e incautar los elementos hallados.

Cabe destacar que la pesca furtiva no solo atenta contra las especies de peces nativos, como el dorado, el surubí o el pacú, sino que también pone en riesgo la estabilidad de la cadena alimentaria acuática y terrestre, afectando a aves, reptiles y mamíferos que dependen de estos recursos para sobrevivir.

Misiones refuerza la vigilancia ambiental: operativos en áreas protegidas para frenar la caza y pesca furtiva
Misiones refuerza la vigilancia ambiental: operativos en áreas protegidas para frenar la caza y pesca furtiva

Una amenaza persistente a la biodiversidad

La caza y la pesca furtiva siguen siendo una de las principales amenazas para la biodiversidad en Misiones, una provincia que alberga el 52% de la diversidad biológica de Argentina en apenas el 2,5% de su territorio. En las últimas décadas, las áreas protegidas han logrado frenar la pérdida acelerada de hábitats, pero los delitos ambientales persisten, especialmente en zonas de frontera o en áreas rurales con bajos niveles de control.

Las motivaciones detrás de estas prácticas son diversas: desde la subsistencia y consumo familiar, hasta la venta ilegal de carne silvestre (conocida como “carne de monte”), pieles, plumas y partes animales destinadas al tráfico. También se detectan casos de caza por deporte o tradición, sin fines comerciales, pero igualmente perjudiciales para los equilibrios ecológicos.

Desde el Ministerio de Ecología aseguran que uno de los desafíos más importantes es combinar control con educación. “La vigilancia ambiental es fundamental, pero también trabajamos en generar conciencia. La fauna no se regenera automáticamente, y muchas especies están al borde de la extinción”, señalaron desde el cuerpo de guardaparques.

La importancia de las áreas protegidas como barreras ecológicas

Las áreas naturales protegidas cumplen un rol irremplazable en la conservación de especies, especialmente en contextos de cambio climático, pérdida de hábitat y presión antrópica. En Misiones, el sistema provincial de conservación incluye parques, reservas y paisajes protegidos que funcionan como corredores biológicos, permitiendo que las especies se desplacen, se reproduzcan y mantengan sus funciones ecológicas.

En el caso del Parque Provincial Urugua-í, su valor se potencia al actuar como conector entre otras áreas, como el Parque Nacional Iguazú, la Reserva de la Biosfera Yabotí, y distintas reservas privadas, sumando así a un mosaico de conservación integral.

Los operativos como los realizados esta semana buscan proteger ese mosaico de presiones externas, garantizando que el trabajo de décadas no se vea socavado por prácticas ilegales o negligencias que ponen en jaque ecosistemas enteros.

Misiones refuerza la vigilancia ambiental: operativos en áreas protegidas para frenar la caza y pesca furtiva
Misiones refuerza la vigilancia ambiental: operativos en áreas protegidas para frenar la caza y pesca furtiva

Trabajo interinstitucional: la clave para una protección efectiva

Uno de los aspectos más destacados de estos operativos es la articulación entre organismos. En este caso, la colaboración entre el Ministerio de Ecología y la División de Medio Ambiente de la Policía de Misiones permitió ampliar la cobertura y la capacidad de respuesta ante situaciones de riesgo.

Esta sinergia se enmarca en un enfoque de seguridad ambiental, donde los delitos contra la naturaleza son tratados con el mismo rigor que otros ilícitos, entendiendo que afectan tanto al patrimonio natural como al bienestar de las comunidades humanas.

“Los delitos ambientales no son menores. Atentan contra el equilibrio ecológico, afectan la salud pública y deterioran recursos que son de todos. Por eso estos operativos no son simbólicos: son una respuesta concreta ante una problemática real”, aseguraron desde la cartera ecológica.

Educación y sensibilización: pilares complementarios

Más allá del control directo, las autoridades coinciden en que la prevención a largo plazo pasa por la educación ambiental. En este sentido, el Ministerio de ecologia.misiones desarrolla programas en escuelas, comunidades rurales y asociaciones vecinales, donde se promueve el conocimiento de las especies protegidas, los valores de los ecosistemas y las consecuencias de la caza furtiva.

La presencia activa de guardaparques en los territorios, sumada a las campañas de sensibilización, busca transformar la percepción social de la fauna silvestre: de ser vista como un recurso a explotar, a ser reconocida como un bien común que debe respetarse y cuidarse.

“Cuando las personas entienden el rol de un yaguareté, un tapir o incluso un pez en el ecosistema, es más probable que decidan protegerlo. La educación es una herramienta transformadora”, aseguran desde el equipo de educación ambiental del ministerio.

Hacia una estrategia integral de conservación

Los operativos en Urugua-í y sus alrededores se inscriben en una estrategia más amplia que incluye monitoreo satelital, control de accesos, tecnología de rastreo, presencia territorial y alianzas con actores locales. La meta es clara: lograr una conservación efectiva, adaptativa y participativa.

En este camino, la tecnología también juega un rol clave. Se están utilizando herramientas como cámaras trampa, drones, GPS y sensores remotos para monitorear el comportamiento de las especies y detectar intrusiones en tiempo real.

Al mismo tiempo, se trabaja en fortalecer la legislación ambiental, para que las sanciones a quienes infringen las normativas no queden en advertencias simbólicas, sino que representen verdaderas medidas disuasorias.

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