La reserva natural Tenondé es una muestra del bioma del Cerrado, un «hotspot» de biodiversidad ampliamente representado en Brasil, pero que se extiende marginalmente hacia Paraguay y Bolivia y que recientemente fue identificado en la Argentina.
“Tenondé” (palabra guaraní que significa “adelante” en castellano) fue adquirida en 2019 por la organización ambiental con fines de evitar la fragmentación del sitio y destinar su conservación a perpetuidad. El área natural tiene una singularidad ecológica, y está ubicada lindante al Parque Provincial Teyú Cuaré, en San Ignacio, al sur de Misiones.
“El Cerrado es un bioma que se registra en Brasil, y se extiende marginalmente hacia Paraguay y Bolivia. Recientemente fue identificado en la Argentina, en San Ignacio, tras investigaciones botánicas realizadas que la identifican nuevas especies para la ciencia y especies endémicas de alto valor de conservación para el país y el mundo”, destacó el presidente de la Fundación, Gustavo Aparicio.
La organización ambiental tiene sede en Santa Fe y Buenos Aires, aunque diversos proyectos en el NEA llevaron a que desde hace algunos años acompañan en la gestión a propietarios conservacionistas de la provincia de Misiones, y fue la primera vez que adquirieron una propiedad para destinar a una reserva propia.
Durante su última visita a San Ignacio para el encuentro del evento satélite de la UICN 2021 desde el Club del Rio, el directivo confirmó la decisión de la ONG de donar en un futuro cercano la reserva natural al Estado Provincial para incorporar las 50 hectáreas al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas, ya que Tenondé está lindante al Parque Provincial Teyú Cuaré.
“Esta fue la primera vez que la organización adquirió una propiedad para conservación, pero somos una ONG que en algún momento el día de mañana podría desaparecer por diversos motivos, y por ello siempre fue nuestra intención preservar el área, fortalecerla y donarla al gobierno de Misiones para su conservación a perpetuidad por el valor ambiental que registra”, explicó Aparicio en la entrevista con ArgentinaForestal.com
El naturalista explicó que la decisión de compra de la propiedad surgió cuando tomaron conocimiento de la venta por medio de un loteo. “Veníamos trabajando con María Paula Bertolini (Fundación Temaikén) sobre las especies que se registraban en el Teyú Cuaré, entendimos que había que evitar que se continue fragmentando el bioma del sitio, y empezamos a gestionar fondos internacionales con un grupo de especialistas que son miembros de la UICN para poder comprar la tierra con el objetivo de destinar la conservación de las especies endémicas que allí habitaban”, recordó.
La ONG ambiental Fundación Hábitat y Desarrollo escrituró a su nombre dos lotes en San Ignacio, provincia de Misiones, adquiridos mediante una donación del Comité de los Países Bajos de la UICN (Unión Internacional por la Conservación por la Naturaleza), con fondos provenientes de la Lotería holandesa.
“Siempre el proyecto fue gestionar y fortalecer el área, para que la conservación a perpetuidad se garantice a través del Gobierno Provincial, con la donación de la reserva natural a través del Ministerio de Ecología de Misiones”, adelantó Aparicio.
Características del Cerrado de San Ignacio
En un corredor biológico de reservas privadas y públicas hay una distribución relictual, donde en una misma superficie se registraron entre 8 y 12 especies endémicas de flora característica del Cerrado, un bioma muy particular, similares a los del SE de Bolivia y sabanas asociadas del tipo de Cerrado de Brasil y Paraguay, pero que no se había identificado en la Argentina.
“Estos pastizales y bosques ahora se encuentran reducidos y fragmentados en San Ignacio, por el avance de otro tipo de vegetación que se vio favorecida por el imperio del clima cálido y húmedo, pero que requieren de un plan de manejo para su conservación”, explica Aparicio.
El Cerrado de San Ignacio, además, tiene una composición de suelo diferente al resto de la provincia de Misiones. Allí, en pastizales arraigados en sustratos arenosos en áreas específicas de Teyú Cuaré (Departamento de San Ignacio) y Loreto (Departamento de Candelaria), crecen un total de 19 especies de plantas vasculares endémicas (exclusivas) de la provincia de Misiones.
“Hay 19 especies endémicas en el departamento, y unas 17 de ellas se encuentran en el municipio de San Ignacio (38%)”, detalló, por su parte, el Dr. Héctor Keller, quien lideró la investigación botánica en el área.
“De ellas, hay 8 que están exclusivamente en la localidad, realmente este departamento es el más rico en plantas vasculares endémicas”, agregó el investigador de la UNaM-CONICET.
“A principios de 2019 tomamos conocimiento del interés de propietarios en vender 2 lotes contiguos que suman casi 50 hectáreas, el 25% del área de interés. En esas 50 hectáreas se encuentran 8 de 17 especies vegetales endémicas de la zona: Austrochthamalia teyucuarensis, Eugenia lilloana, Hedeoma teyucuarensis, Hyptis australis, Lessingianthus teyucuarensis, Mesosetum comatum, Oxypetalum teyucuarense y Butia poni”, detalló Aparicio.
En el sitio también registran dos especies declaradas monumentos naturales por la provincia de Misiones: el urunday blanco (Leptolobium elegans) por Ley XVI 68 (ex 3873), y la palmera enana o “pindocito” (Allagoptera campestris) protegida por el Decreto Provincial Nº 2914/92.
Corredor biológico sobre el Paraná
Tenondé forma parte de cuatro áreas naturales protegidas: el Parque Provincial Teyú Cuaré (78 ha), las reservas privadas Osununú (Fundación Temaikèn, 168 ha) y la Reserva Club del Río (75 ha) -estas dos integrantes de la Red Argentina de Reservas Privadas- y la Reserva Privada Jorge Luis Velázquez (25 ha).
En total, con la reserva de la Fundación Hábitat y Desarrollo sumaron casi 400 hectáreas protegidas con costas en el río Paraná, que conforman un polo de conservación estatal y privada, con un significativo corredor ecológico.
“Fue interesante nuestra experiencia en San Ignacio, ya que por medio de un proyecto internacional logramos, primero, comprar las tierras para preservar el área; en segundo lugar, llevar adelante investigaciones que descubrieron nuevas especies para la ciencia; y en tercer lugar, despertar el interés de otras empresas forestales de la zona. Fue el caso de Arauco Argentina, que al trascender la noticia de creación de Tenondé, se comunicaron para informarse sobre cuál era nuestro interés en la flora de San Ignacio, porque ellos tenían propiedades aquí. Desde ese momento, comenzamos a realizar monitoreos con Héctor Keller”, relató Aparicio.
Se identificaron especies endémicas de flora en la propiedad de la empresa con pastizales, y se recomendó no realizar plantaciones forestales. “La empresa escuchó la recomendación, y desde ese momento evalúan presentar sus propiedades al FSC por ser un área de alto valor de conservación. Es un esfuerzo del privado en conservar un área de importancia para la provincia, el país y el mundo”, destacó el naturalista.
En esa línea, reflexionó en que es difícil poner en valor los pastizales, pero en San Ignacio hay un relicto de Cerrado que hay que conservar y solo podrá lograrse con alianzas y compromisos entre la comunidad, las empresas, las universidades, las ONG y el Estado provincial. “Hay mucho trabajo por hacer, pero lo principal es acordar un plan de manejo entre todas las partes, y mirar a futuro cómo gestionar la conservación de éste sitio único”, concluyó.
Por Patricia Escobar
“Uso Sostenible del Bosque: Aportes desde la Silvicultura Argentina”, el libro rector de políticas públicas para la acción climática y el desarrollo sostenible – via @argentinaforest https://t.co/AYSgBn7rYS
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