La conservación presente y futura del arroyo Ita Curuzú es vital para el municipio de Montecarlo. La reserva natural privada tiene una superficie de 812 hectáreas y está localizada en un área lindante a Colonia Laharrague. La misma es destinada a la conservación estricta de la biodiversidad de la selva misionera, investigación científica y observación de aves y fauna silvestre. La propiedad pertenece a la familia Diesel-Helm, de Eldorado, una herencia con alto valor ambiental y de profundo compromiso con la restauración del monte misionero.
La Reserva Natural Privada Ita Curuzú pertenece a Hugo Diesel (64) y Ursula Helm. Es un área protegida con una superficie de 812 hectáreas, conformada por 24 inmuebles ubicados en el Departamento y Municipio de Montecarlo, en Colonia Laharrague. Está atravesada en el largo por el arroyo que lleva su nombre, y que recorre un camino interno que forma una suerte de columna vertebral por más de 8 kilómetros de un bloque de Selva paranaense bordeando el Ita Curuzú.
La propiedad es una de las cinco reservas privadas incorporadas recientemente al Sistema de Áreas Naturales Protegidas de la Provincia, a través de un convenio firmado con el Ministerio de Ecología de Misiones que lleva continúa con la política de fortalecer las áreas protegidas con “Alianzas Estratégicas” con el sector privado. Además, son miembro de la Red de Reservas Privadas de la Argentina.
Al área protegida tiene un alto valor ambiental, principalmente para la comunidad por los servicios ambientales que brinda al municipio al preservar la fuente de toma de agua que abastece a la comunidad. Y es la primera reserva privada creada en la localidad con fines estrictos de conservación y restauración, ya que sus propietarios solicitaron elevaron a Categoría Roja del Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos de Misiones, renovando así su compromiso voluntario de proteger el área, ahora por Ley.
El objetivo es mantener la propiedad sin intervención humana en el sitio con algún otro tipo de aprovechamiento, solo dejar que se regenere el monte misionero en forma natural y, eventualmente, permitir el acceso para llevar adelante trabajos de investigación científica, practicas universitarias o realizar observaciones de aves o fauna silvestre.
En imágenes, los paisajes, especies y arroyos que protege la RN Privada «Ita Curuzú».
Esta decisión tiene un fundamento familiar, el menor de los hijos del matrimonio, Andrés Diesel (27), estudia la carrera de Ingeniería Forestal en la Facultad de Ciencias Forestales de la UNaM. “Lo que más valoro de la reserva es la protección de la flora y fauna, el suelo y el agua, ya que el arroyo Ita Curuzú que pasa por la reserva es la toma de agua del municipio de Montecarlo”, explica en la entrevista con ArgentinaForestal.com el joven universitario que se encuentra cursando materias de cuarto y quinto año.
Admitió que se decidió a estudiar esta carrera al estar toda su vida muy vinculado al monte nativo y al trabajo rural. Su familia se dedica a la actividad forestal y yerbatera. “También en mi decisión influyó mucho el emprendimiento de creación de la reserva y los cuidados permanentes que realizamos en la propiedad”, agregó.
El vínculo con la facultad se fortalece en este sentido, ya en 2020 con el docente e investigador Guillermo Küppers realizaron un relevamiento y marcación de árboles semilleros. “Este trabajo podría servir más adelante para poder certificar las semillas y venderlas. También estoy en contacto con la investigadora Beatriz Eibl. En mi casa en Eldorado, además, como entretiempo tengo un pequeño vivero de árboles nativos, frutales nativos y otras especies. La mayoría fueron plantadas de las semillas que busco de la reserva”, compartió frente al gran privilegio de contar con un centro de estudio propio.
Andrés, su hermano mayor Cristian y su padre Hugo, junto a uno de los árboles gigantes que conservan en la reserva, una centenaria Caña fistola
El valor ambiental como herencia
El interés por proteger los bosques viene de herencia familia. El padre de Hugo Diesel compró la propiedad en el año 2004 cuando se presentó la oportunidad. “Además del arroyo Ita Curuzú, la reserva tiene varias vertientes de agua como el arroyo Orqueta u Orquetita, y eso es una fuente de agua pura que hay que cuidar. Mi padre siempre me habló de la importancia de proteger las cuencas de agua”, remarca el productor.
Arroyo Orquetita. RN Privada Ita Curuzú, Montecarlo, Misiones.
Fue así que la familia heredó el compromiso por la conservación del monte misionero, promovidos por el abuelo “Don Enrique” Diesel. Y sus nietos Cristian y Andrés, crecieron en contacto con el trabajo de la tierra, la forestación y los cultivos de yerba mate, sumado al disfrute de la naturaleza.
Una familia muy unida, entre todos se ayudan en la actualidad para preservar el lugar, le dedican mucho de sus tiempos libres al cuidado de la reserva natural privada Ita Curuzú, que está ubicada en un área lindante a Colonia Laharrague.
“A la reserva solo vamos con la familia y amistades. Nos ocupamos de plantar, arreglar los caminos, y comenzamos a mirar con más atención que ingresan a la propiedad a cazar o cortar madera, por lo que decidimos reforzar el control con el apoyo del Ecología”, explicó Hugo al compartir su historia de creación del área protegida.
La reserva recorre en el largo al arroyo Ita Curuzu con un caudal estable por más de 8 kilómetros, “pero en algunos tramos ya se registra una bajante extrema en el arroyo. El curso de agua se mantiene por otros arroyitos y vertientes que confluyen en el curso, eso permite que el monte se conserve bien y el agua también”, explicó el propietario.
Arroyo Ita Curuzú. RN Privada de la familia Diesel-Helm.
El lugar es una representación perfecta de la Selva Misionera, cuenta con arboles gigantes y la típica fauna silvestre. Hugo recuerda que su padre realizaba gestiones para obras de puentes y caminos décadas atrás, y fue así que adquirió primero una chacra en Montecarlo (en 1948) donde siempre acompañó desde su infancia. “Toda la vida vimos la destrucción del monte por la madera nativa, por eso siempre hablamos de cuidar el agua y no dañar el monte. Un día se presentó la oportunidad de comprar el lote y mi padre no dudó. Fue en el año 2004, un área que era explotada comercialmente la madera, y tenía unas 25 hectáreas de pinos. Nosotros compramos el lote y nunca tocamos un árbol. Hay animales de fauna silvestre, aves, arboles gigantes de cañasfistola, guatambú, anchico, entre otros. Desde entonces, es reserva natural”, remarcó Hugo.
Fauna silvestre y árboles nativos de la RN Privada Ita Curuzú, en Montecarlo, Misiones.
Tiempo después, en el 2015 iniciaron un Plan Operativo Anual de Manejo Forestal con el apoyo técnico de la ingeniera forestal Virginia Amarilla, y en el marco de los beneficios de la Ley Nac. 26.331 de Protección Ambiental de los Bosques Nativos. “La regeneración natural del monte es impresionante. Además de un montón de animales y aves, tenemos varios arroyitos que confluyen en el Ita Curuzú, que es la naciente de la toma de agua potable del municipio. Mi padre siempre hablaba de la importancia de cuidar el agua, y por eso siempre pensamos que esta reserva protegerá la fuente de agua para la comunidad de Montecarlo en el futuro”, expresó con orgullo el propietario en la entrevista.
Su esposa Úrsula lo acompaña a la par, se ocupa del hogar, de los hijos y de hacer los trabajos que se necesitan cuando visita la reserva natural. “Estamos abiertos a recibir investigadores o quienes quieran estudiar la biodiversidad que hay en la reserva, cuya flora y fauna es característica de la selva misionera o selva paranaense, y puede ser un aporte para la ciencia. Es un refugio de animales y especies del monte misionero. Nosotros no tocamos nada, solo vamos en familia a disfrutar de la naturaleza, replantamos especies, arreglamos los caminos”, agrega Úrsula.
Visita de la Red de Reservas Privadas de Argentina a la reserva Ita Curuzú.
Desde el Ministerio de Ecología destacaron que «Ita Curuzú» es la tercera Reserva Privada -incorporada por ley 2932 al SPANP- más grande de la provincia de Misiones en términos de superficie, resaltando además que se encuentra en buen estado de conservación del ambiente natural.
«La propiedad esta lindante a La Pendiente, una reserva privada de la familia Kimmich con casi 1000 hectáreas que al igual que la familia Diesel, mantienen en forma voluntaria en estado de conservación los bosques nativos bajo aprovechamiento sustentable y se encuentra en trámite ante el Ministerio de Ecología para ser institucionalmente declarada como reserva privada e incorporada al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas. De esta forma, Montecarlo conformará a futuro un bloque de más de 1.800 hectáreas en total en conservación y restauración de bosques nativos en manos privadas”, adelantaron fuentes del organismo.
Las amenazas para la conservación
La principal amenaza de las ANP es el constante ingreso de cazadores furtivos y robo de madera que obliga a tener presencia en el territorio y realizar recorridas con guardaparques, y este será otro apoyo para los propietarios al cual acceden por medio del convenio con Ecología, al ser parte la reserva privada del SPANP.
También otorgaron, por medio del convenio, la exención impositiva de Rentas en un 60% del Impuesto Inmobiliario por ser una propiedad destinada a conservación. “Es una gran ayuda económica, mantener la propiedad con los impuestos provinciales y municipales es bastante oneroso, y para nosotros que tenemos una economía limitada se ponía un poco pesado llevar adelante todo solos. Logramos primero que nos aprobaran el plan forestal por 250 mil pesos en el marco de la Ley Nac. 26.331 en el año 2014, se destino a obras relacionadas al entubamiento del agua, teníamos que gestionar el almacenaje, una instalación que necesitábamos realizar. Ahora con el convenio con Ecología tenemos una reducción de impuestos inmobiliarios, y esperamos que el Concejo Deliberante de Montecarlo apoye también una quita de tasas por conservación. Estamos en proceso de gestión para ver si nos otorgan alguna compensación”, explicó Hugo Diesel.
“Todo será de gran ayuda porque mantener la reserva natural genera egresos económicos. Nosotros (la familia) nos ocupamos de todo, de habilitar los caminos con nuestros tractorcitos, ya que hasta ingresar a la reserva hay un recorrido de varios kilómetros y siempre hay que hacer limpieza. El control ambiental del área es importante para que la gente no se meta a la propiedad a cazar los animales. Por suerte tenemos buenos vecinos, ya que detrás de la reserva hay una comunidad mbya guaraní con quienes tenemos una relación amistosa y también la reserva privada de la familia Kimmich”, concluyó el propietario.
El convenio firmado con Ecología establece que el organismo aportará asistencia a través de técnicos guardaparques, que visitarán la reserva en forma periódica, durante los 20 años de vigencia del acuerdo, para controlar y colaborar en el cumplimiento del mismo.
Por Patricia Escobar
Fotos: gentileza familia Diesel-Helm