El yaguareté enfrenta un grave peligro de extinción en Argentina, con menos de 250 individuos en todo el país, aproximadamente 100 de ellos residiendo en la selva misionera, donde uno de los principales problemas que enfrenta la fauna local es el atropellamiento en las rutas. Ante este contexto se presentó un amparo en la Justicia para determinar quiénes son los responsables a nivel nacional de adoptar medidas que prevengan los atropellamientos.
La reducción drástica del territorio del yaguareté, que alguna vez se extendió hasta el norte de la Patagonia, se debe en gran parte a la deforestación y la caza, ya sea por diversión, daños al ganado o el valor de su piel. Además, un problema más contemporáneo amenaza a estos majestuosos felinos: los atropellamientos causados por el exceso de velocidad en las rutas que llevan a destinos turísticos populares como las Cataratas del Iguazú.
A pesar de que la legislación argentina establece un límite de velocidad de 60 km/h en áreas protegidas, los radares de la Fundación Red Yaguareté demostraron que el 97% de los vehículos no lo respeta, y lo que es más alarmante, las infracciones no son sancionadas. Esto significa que los conductores no tienen tiempo para reaccionar ante la repentina aparición de la fauna nativa en las carreteras, lo que resulta en la muerte de numerosos animales, incluidos yaguaretés, tapires, pumas, ocelotes y aves.
Hasta ahora, dos enfoques para abordar esta problemática no han tenido éxito: los «pasos de fauna» han sido útiles solo para algunas especies y no para los yaguaretés, y los radares de control de velocidad solo desaceleran a los conductores en su proximidad.
Sin embargo, ante la falta de acciones efectivas, la Fundación Red Yaguareté y la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) presentaron un recurso de amparo para que la Justicia tome medidas para controlar y prevenir los atropellamientos.
Después de años de estudio de casos exitosos de reducción de riesgos de atropellamientos en diferentes sitios clave de la biodiversidad a nivel mundial, la Fundación Red Yaguareté diseñó y propuso un sistema que permitiría controlar la circulación en los más de 30 kilómetros de cada tramo de ruta que cruza la selva, donde la fauna es más vulnerable.
Incluso obtuvieron un dictamen favorable del Ministerio de Ambiente de la Nación, pero lamentablemente, aún no se implementaron cambios significativos.
Históricamente, las principales amenazas para los yaguaretés eran la caza, principalmente como represalia por la depredación ganadera, y la caza por diversión, la cual ha disminuido significativamente. La caza para comercializar pieles es ocasional y no representa una amenaza constante. Sin embargo, la muerte por atropellamiento no disminuye.
El director ejecutivo de la Red Yaguareté, Nicolás Lodeiro Ocampo, enfatizó que estos atropellamientos representan una amenaza evitable para el yaguareté, ya que la velocidad es un factor determinante. A velocidades recomendadas y legales de 60 kilómetros por hora, los atropellamientos se reducirían drásticamente, ya que permitirían tiempo para que los animales reaccionen y los conductores frenen.
Para abordar este problema, la Red Yaguareté propone la implementación de sistemas de control de velocidad en todos los tramos de las rutas que cruzan las selvas. Estos sistemas utilizarían tecnología de lectura de patentes y cámaras para monitorear la velocidad de los vehículos y emitir multas automáticamente a los infractores. Sin sanciones efectivas, la velocidad no se respetará, y la falta de coordinación entre múltiples organismos gubernamentales ha impedido hasta ahora la aplicación de estas medidas.
“Lo que proponemos es que a través de lo que se llama control de velocidad, en un tramo con un portal en cada acceso, inclusive portales intermedios, se pueda controlar la velocidad mediante lectores de patente y sacando cálculos que tomen distancia y tiempo y además de emitir multas que se cobren”, detalló Lodeiro.
El recurso de amparo presentado por la Red Yaguareté y la FARN ha llamado la atención sobre la necesidad de asignar la responsabilidad y autoridad de control de velocidad en las rutas a nivel federal y provincial. Se espera que la Justicia determine quién debe liderar este esfuerzo y garantizar la implementación de las soluciones propuestas.
“Lo que buscamos es que la Justicia asigne un responsable, que diga cuál es el organismo que tiene la responsabilidad”, añadió.
A pesar de los avances en políticas de conservación en Misiones, como el Corredor Verde, es crucial abordar la problemática de los atropellamientos para asegurar la supervivencia del yaguareté y otras especies en la región. Además, se necesita una mayor atención a la convivencia entre las actividades productivas y la conservación de la biodiversidad, especialmente en el contexto de la ganadería y la expansión de la agricultura, que han tenido un impacto en la pérdida de hábitat del yaguareté.
La situación actual es crítica, pero la colaboración entre organizaciones como la Red Yaguareté y la FARN, junto con la intervención de la justicia, podría ser un paso importante hacia la protección de la fauna silvestre y la preservación de la biodiversidad en Misiones. La convivencia armoniosa entre la actividad humana y la naturaleza es esencial para garantizar un futuro sostenible en esta región rica en biodiversidad.