Con la participación activa de instituciones públicas, organizaciones civiles, voluntarios y estudiantes, la provincia de Misiones reafirma su compromiso con la recuperación del Bosque Atlántico a través del segundo ciclo del “Plan de Restauración Funcional de la Selva Paranaense y Ecosistemas Asociados”. La plantación de especies nativas en el entorno del Lago Urugua-í marca un hito en la política ambiental provincial, con una meta de 100.000 ejemplares en todo el año.
La Selva Paranaense es una de las ecorregiones más biodiversas del planeta. Con sus densos corredores de flora nativa, múltiples especies endémicas y un delicado equilibrio ecosistémico, representa una joya ambiental para la Argentina y el mundo. Sin embargo, el avance histórico del desmonte, la urbanización y los monocultivos han provocado la fragmentación de este hábitat crítico. Frente a este panorama, Misiones se ha propuesto liderar la restauración del bosque nativo mediante políticas activas, inclusivas y científicamente fundamentadas.
Una de las iniciativas más relevantes en este sentido es el Plan de Restauración Funcional de la Selva Paranaense y Ecosistemas Asociados, impulsado por el Instituto Misionero de Biodiversidad imibio.misiones, en articulación con el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de la Provincia y la Fundación Aves Argentinas. Esta semana se realizó el acto de lanzamiento del segundo ciclo de plantación, una jornada que combinó gestión ambiental, participación ciudadana y educación ecológica, en el entorno del Lago Urugua-í.

Un acto simbólico que pone en marcha la restauración
El evento se llevó a cabo en el Ecoparque de Puerto Libertad, con una amplia concurrencia que incluyó autoridades provinciales y municipales, referentes ambientales, representantes del sector privado, estudiantes, docentes y vecinos de la comunidad. Entre los presentes se destacaron el ministro de Ecología, arquitecto Martín Recamán; el subsecretario de Ecología y Desarrollo Sustentable, Facundo Ringa; el intendente de Puerto Libertad, Fernando Ferreira; la viceintendenta del municipio, Florencia Esquivel; el viceintendente de Wanda, Luis Sáenz, y representantes de la Represa Urugua-í.
La jornada también contó con la participación del Director General Ejecutivo del IMiBio, Dr. Emanuel Grassi; del Coordinador del Proyecto Bosque Atlántico de Aves Argentinas, Rodrigo Fariña; del jefe del Área de Ambiente y Comunidades de Arauco Argentina, Pablo Cortez; así como de equipos técnicos del IMiBio, integrantes de organizaciones ambientalistas y voluntarios de toda la región.
Lo destacable de esta acción es que no se trató solo de una ceremonia oficial, sino de una experiencia colectiva de restauración. Tras los discursos y presentaciones, todos los asistentes participaron de la plantación de especies nativas, contribuyendo de manera concreta a la recuperación ecológica del área.
Especies emblemáticas para un ecosistema en recuperación
Durante la jornada se incorporaron ejemplares de gran valor simbólico y ecológico, entre los que se destacan especies forestales de alto porte como el Guatambú (Balfourodendron riedelianum), el Guayubira (Patagonula americana), el Peteribí (Cordia trichotoma) y el Lapacho Amarillo (Handroanthus albus).
También se plantaron frutales nativos, claves para el sustento de fauna silvestre y polinizadores, como la Pitanga (Eugenia uniflora) y la Cerella (Eugenia involucrata). Además, se reintrodujeron dos especies icónicas y protegidas como Monumentos Naturales de Misiones: el Lapacho Negro (Handroanthus heptaphyllus) y el Palo Rosa (Aspidosperma polyneuron), ambas reconocidas por su belleza, longevidad y valor ecológico.
Cada uno de estos árboles fue elegido cuidadosamente no solo por su capacidad de adaptación al entorno, sino por su rol funcional dentro del ecosistema. Se trata de especies que favorecen la regeneración natural del suelo, el control de erosión, el aumento de la humedad, la provisión de hábitat para aves e insectos y la captura de carbono.

Palabras que siembran conciencia
Durante el acto de apertura, el ministro de Ecología, Martín Recamán, destacó el carácter integral de la iniciativa:
“Junto al IMiBio buscamos sumar objetivos de restauración. Detrás de esta restauración buscamos generar una cultura ambiental que tiene que ver con el fortalecimiento de la cultura como parte de nuestra identidad y nuestra historia. No solamente es algo ambiental, sino que es nuestro patrimonio”.
Por su parte, el Dr. Emanuel Grassi reafirmó el enfoque colaborativo y el compromiso a largo plazo del proyecto:
“Hoy reafirmamos nuestro compromiso con la conservación, con la restauración ecológica y con el desarrollo sostenible de nuestra provincia. Quiero expresar un agradecimiento especial a quienes hacen posible este trabajo conjunto”.
Ambos funcionarios subrayaron la necesidad de articular la política ambiental con procesos de educación, ciencia aplicada y participación ciudadana, poniendo el énfasis en la corresponsabilidad entre Estado, comunidad y sector privado.
Restaurar también es educar: las escuelas como aliadas
Uno de los aspectos más valiosos de esta jornada fue la participación de estudiantes y docentes de la Escuela BOP Nº22 y del Jardín Municipal de Puerto Libertad, quienes no solo plantaron árboles, sino que fueron protagonistas de actividades de aprendizaje en territorio. Estas experiencias educativas en contacto directo con la naturaleza fortalecen la pedagogía ambiental activa, fomentan el sentido de pertenencia y consolidan una conciencia ecológica desde edades tempranas.
A través de charlas didácticas, recorridas interpretativas y dinámicas de plantación, los estudiantes comprendieron la importancia de los bosques nativos como proveedores de servicios ecosistémicos: regulación del clima, retención hídrica, protección de cuencas, captura de carbono, soporte de biodiversidad, entre otros.
Además, vivenciar el proceso de plantar un árbol genera un vínculo emocional profundo que transforma el conocimiento en acción. Como señalaron algunos docentes presentes, “el aprendizaje que ocurre en el monte, con las manos en la tierra, deja huella para toda la vida”.

Un plan con impacto provincial: la meta de los 100.000 ejemplares
La restauración ecológica lanzada esta semana no se limita a Puerto Libertad ni al Lago Urugua-í. Forma parte de un ambicioso plan provincial que proyecta plantar al menos 100.000 ejemplares nativos a lo largo de 2025, en diferentes puntos de Misiones, abarcando áreas degradadas, reservas privadas, zonas periurbanas, bordes de cursos de agua y espacios comunitarios.
Este enfoque territorial implica un trabajo articulado entre el IMiBio, los municipios, escuelas, ONGs, viveros locales, guardaparques, comunidades originarias y empresas forestales responsables. Cada actor aporta saberes, recursos y compromiso, generando un entramado virtuoso que multiplica el impacto de cada acción puntual.
El objetivo no es solo plantar árboles, sino restaurar funcionalmente los ecosistemas, es decir, recuperar su capacidad de autoregulación, resiliencia y provisión de servicios naturales. Para ello, se aplican criterios científicos en la elección de especies, el diseño de parcelas, el monitoreo de la supervivencia y el manejo adaptativo.
Comunidades protagonistas: la restauración como construcción colectiva
Otra de las claves del plan es su enfoque participativo. La restauración ecológica ya no se concibe como una tarea exclusiva de biólogos o técnicos, sino como un proceso profundamente social. En ese marco, la inclusión de voluntarios, organizaciones barriales, comunidades Mbya, cooperativas y asociaciones locales es central.
En este ciclo, por ejemplo, las actividades continuarán en el Parque Acuático y la Comunidad Mbya Guaraní Nuevo Amanecer, donde se realizarán nuevas jornadas de plantación junto a referentes culturales y autoridades ancestrales. Esta dimensión intercultural del proyecto permite recuperar también saberes tradicionales, respetar cosmovisiones indígenas y promover el diálogo de saberes como eje de la conservación.
Además, la restauración se convierte en una oportunidad para generar empleo verde, fortalecer economías locales y crear circuitos de producción de plantas nativas en viveros comunitarios, potenciando así el desarrollo sostenible en clave territorial.
Una respuesta concreta al cambio climático y la pérdida de biodiversidad
El Plan de Restauración se inscribe en un contexto global donde la restauración de ecosistemas aparece como una de las estrategias más efectivas y urgentes frente al cambio climático y la pérdida acelerada de biodiversidad.
La provincia de Misiones, al liderar este tipo de proyectos, se posiciona a la vanguardia de las políticas ambientales subnacionales en América Latina. No solo conserva más del 52% de la biodiversidad argentina, sino que asume una posición activa en la regeneración de sus territorios degradados.
Restaurar no es solo volver a plantar: es reconstruir tejido ecológico, social y cultural. Es apostar por la vida, por los vínculos, por la memoria del bosque. Es un gesto de esperanza en un mundo que clama por soluciones urgentes y transformadoras.
Tal vez te interese leer: https://valorambiental.com.ar/educacion-ambiental-en-misiones/
Mirar al futuro: restauración como legado
Con la meta de alcanzar los 100.000 ejemplares y extender la experiencia a toda la provincia, el Plan de Restauración Funcional de la Selva Paranaense se proyecta como una política pública a largo plazo, que busca dejar un legado tangible para las generaciones futuras.
En cada árbol plantado hay una historia, una comunidad, una promesa. Es un acto que trasciende la coyuntura y que deja huella, no solo en el suelo, sino en la conciencia colectiva.
Misiones demuestra, una vez más, que la defensa de la naturaleza no se declama: se construye con compromiso, trabajo en red y acciones concretas. Y que la restauración no es solo un objetivo técnico, sino una apuesta ética, cultural y civilizatoria.