América del Sur enfrenta una de las etapas más desafiantes de su historia climática reciente, con eventos extremos que están devastando comunidades, ecosistemas y economías. En Brasil, intensas lluvias provocaron inundaciones catastróficas en el estado de Santa Catarina, mientras que en Argentina, incendios forestales arrasan miles de hectáreas en la Patagonia. Estos episodios, que evidencian los impactos del cambio climático, forman parte de un patrón global que amenaza con intensificarse.
El impacto global del cambio climático en 2024
El año 2024 fue testigo de temperaturas récord, exacerbando olas de calor, sequías, incendios, tormentas e inundaciones. Según un informe conjunto de World Weather Attribution (WWA) y Climate Central, al menos 3.700 personas perdieron la vida debido a estos fenómenos, mientras que millones fueron desplazadas. El estudio señala que los eventos meteorológicos extremos están directamente vinculados al calentamiento global causado por la quema de combustibles fósiles.
“El cambio climático está agravando los fenómenos meteorológicos extremos, incrementando sus efectos devastadores en términos de vidas humanas y costos económicos,” indicaron los expertos. El informe detalla que el calentamiento global intensifica el riesgo de desastres naturales con cada fracción de grado adicional de aumento en la temperatura promedio del planeta.
El costo humano y ambiental
Entre los eventos analizados por el reporte, se detectaron patrones alarmantes:
- Aumento de días con calor extremo, que afecta la salud humana y la producción agrícola.
- Inundaciones devastadoras, resultado de lluvias más intensas.
- Sequías e incendios forestales, que amenazan la biodiversidad.
- Tormentas más destructivas, impulsadas por mares más cálidos.
Estos fenómenos tienen un efecto acumulativo sobre las comunidades más vulnerables, exacerbando las desigualdades sociales y económicas. En muchos casos, las poblaciones afectadas enfrentan desplazamientos forzados y pérdidas irrecuperables.
Inundaciones en Brasil: un escenario alarmante
El estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, se encuentra en estado de emergencia debido a un temporal de lluvias que castigó duramente la región. En localidades turísticas como Camboriú y Florianópolis, las inundaciones han paralizado la vida cotidiana y afectado a miles de personas, incluidas numerosas familias argentinas que estaban de vacaciones.
“Llovió en pocas horas alrededor de 130 milímetros, más de la mitad del volumen previsto para todo el mes de enero,” explicó Jorginho Mello, gobernador de Santa Catarina. Este exceso de precipitaciones provocó deslizamientos de tierra y el cierre de importantes vías de comunicación, como la carretera BR-101 y la avenida Osvaldo Reis, que conecta Camboriú con Praia Brava.
Incendios devastadores en la Patagonia argentina
Mientras tanto, en Argentina, los incendios forestales consumieron más de 6.500 hectáreas en la región de la Patagonia. El Parque Nacional Nahuel Huapi y la localidad de Epuyén son dos de las áreas más afectadas, donde las llamas destruyeron viviendas, bosques nativos y la infraestructura local.
El incendio en el área de Los Manzanos, dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, comenzó el 25 de diciembre y sigue fuera de control. Aunque las lluvias recientes han dado un respiro temporal, las condiciones climáticas previstas —altas temperaturas, baja humedad y vientos intensos— complican las tareas de extinción.
En Epuyén, el panorama es igualmente desolador. Alrededor de 2.000 hectáreas de bosque nativo fueron arrasadas, y más de 200 viviendas tuvieron que ser evacuadas. “Ver cómo quedó el pueblo es devastador, pero tenemos que encontrar fuerzas para reconstruir,” comentó José Contreras, intendente de Epuyén.
El papel de los combustibles fósiles y las soluciones urgentes
Los expertos coinciden en que la principal causa de estos desastres es la quema de combustibles fósiles, que libera gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global. Las proyecciones son alarmantes: si no se reducen drásticamente las emisiones, los eventos extremos podrían volverse aún más frecuentes y severos.
El informe de WWA y Climate Central subraya la necesidad de un cambio estructural hacia energías renovables y la implementación de políticas de mitigación climática. Entre las recomendaciones destacan:
- Promover la transición hacia energías limpias como la solar y la eólica.
- Establecer sistemas de alerta temprana para eventos extremos.
- Invertir en infraestructura resiliente al clima.
- Proteger los ecosistemas que actúan como barreras naturales, como los bosques y los humedales.
La crisis climática en América del Sur es un recordatorio urgente de la necesidad de acción inmediata. Aunque los desafíos son enormes, también existen oportunidades para construir un futuro más sostenible. La cooperación internacional, la innovación tecnológica y el compromiso ciudadano serán clave para mitigar los impactos del cambio climático y proteger a las generaciones futuras. Los eventos extremos en Brasil y Argentina no son aislados; forman parte de un problema global que exige soluciones colectivas.
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