A partir del 1 de enero de 2025, una nueva normativa cambiará el panorama energético para las grandes empresas, industrias y comercios que consumen más de 300 kW (kilovatios) de potencia eléctrica. Según la Ley N° 26.190, modificada por la Ley N° 27.191, estas entidades deberán incorporar al menos un 20% de energías renovables en su matriz productiva. La medida, que forma parte del Régimen de Fomento Nacional para el Uso de Fuentes Renovables de Energía, tiene como objetivo aumentar la participación de energías limpias en el consumo eléctrico del país, en línea con compromisos internacionales para mitigar el cambio climático.
Esta normativa busca contribuir a la descarbonización de los procesos productivos y a la limpieza de la matriz energética argentina. El Gobierno nacional dejó en claro que no habrá prórrogas para el cumplimiento de este requisito. Grandes usuarios del mercado eléctrico mayorista, como empresas industriales, deberán adecuar sus operaciones para incluir una proporción significativa de energías limpias en su consumo diario. La meta oficial es alcanzar un 20% de participación de energías renovables en el consumo eléctrico nacional antes del 31 de diciembre de 2025.
En declaraciones recientes, Eduardo Rodríguez Chirillo, secretario de Energía de la Nación, confirmó la firmeza de este mandato. Rodríguez Chirillo sostuvo que las metas fijadas en la Ley N° 27.191 ya están establecidas y deben ser honradas por las empresas involucradas. «Vamos a obligar a que se cumpla», mencionaron fuentes cercanas al secretario, dejando claro que no habrá concesiones a pesar de los reclamos de algunas empresas que buscan más tiempo para adaptarse.
Un desafío para las grandes industrias
Para muchas industrias y comercios que operan con altos niveles de demanda eléctrica, este cambio representa un desafío considerable. La normativa no solo implica la necesidad de modificar las fuentes de energía, sino también realizar inversiones significativas en la infraestructura que permita la incorporación de energías renovables. Esto puede incluir la instalación de paneles solares, la contratación de proveedores de energía eólica, o incluso la creación de plantas generadoras propias que utilicen energías renovables.
En este sentido, la ley también prevé «estimular las inversiones en generación de energía eléctrica a partir del uso de fuentes renovables», lo que incluye tanto la creación de nuevas plantas de generación como la ampliación y repotenciación de plantas existentes. No obstante, la realidad es que muchas empresas están todavía lejos de cumplir con este porcentaje, y el plazo cada vez más cercano genera tensiones en el sector.
Un aspecto importante de esta normativa que todavía debe definirse es el régimen sancionatorio. Si bien la ley establece que los Grandes Usuarios del Mercado Eléctrico Mayorista y las grandes demandas de energía que consumen más de 300 kW deben cumplir individualmente con el objetivo, aún falta la reglamentación de los artículos 9, 10 y 11 de la Ley N° 27.191, donde se especificarán las sanciones para quienes no alcancen el mínimo del 20%. Sin estas penalidades claras, las empresas se enfrentan a un escenario incierto en cuanto a las consecuencias del incumplimiento.
Panorama energético nacional
En cuanto a la situación energética en Argentina, los números del segundo trimestre de 2024 muestran un panorama de creciente consumo eléctrico. La potencia instalada en el Sistema Argentino de Interconexión (SADI) alcanzó los 43.602 MW, con una generación neta de 33.808 GWh, lo que representa un incremento del 5,5% respecto al mismo período del año anterior. Sin embargo, solo el 37,9% de esta energía provino de fuentes renovables, mientras que el 52,1% se generó mediante fuentes térmicas y el 10% restante correspondió a energía nuclear.
El aumento del consumo residencial, que creció un 8,1% en comparación al año anterior, contrasta con la disminución de la demanda industrial/comercial mayor a 300 kW, que cayó un 5,1% en el mismo período. Estos datos subrayan el desafío que enfrentan las grandes empresas para reducir su dependencia de fuentes no renovables y adaptarse a las nuevas normativas.
El Régimen de Fomento Nacional para el Uso de Fuentes Renovables representa un paso importante hacia la transición energética en Argentina. Sin embargo, su implementación no está exenta de desafíos, especialmente para las empresas que deberán realizar grandes inversiones para cumplir con las metas impuestas. La falta de reglamentación clara sobre las sanciones y el corto plazo que resta para alcanzar el objetivo del 20% de energías renovables generan incertidumbre en el sector.
A pesar de las dificultades, el gobierno dejó claro que no habrá marcha atrás en esta normativa. Las empresas deberán adaptarse rápidamente para contribuir al objetivo de descarbonización del país y honrar los compromisos asumidos en el marco del Acuerdo de París. El 2025 se presenta como un año clave para el futuro energético de Argentina, con la expectativa de que las energías renovables jueguen un papel central en la matriz productiva del país.