Se estima que hay un 96% de posibilidades de que este fenómeno natural cause un aumento significativo en las precipitaciones hacia finales de año en regiones de Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay.
La interacción entre los océanos y la atmósfera de la Tierra da lugar a diversos fenómenos naturales, como el El Niño/Oscilación del Sur. En este proceso, se generan incrementos en las temperaturas en la región central y oriental del Océano Pacífico ecuatorial, que posteriormente inducen cambios atmosféricos.
Actualmente existe una probabilidad del 96% de que se desarrolle el fenómeno de El Niño en los próximos meses y en el próximo año. Esto, según informes de la Organización Meteorológica Mundial, así como los servicios meteorológicos de Estados Unidos y Argentina.
El Niño puede conllevar un aumento en las precipitaciones y tormentas en regiones del sur de Sudamérica, particularmente en Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay. En episodios anteriores, como en 1997-1998 y 2015-2016, lluvias y tormentas intensas se asociaron con inundaciones.
Expertos advierten sobre la complejidad del fenómeno de El Niño/Oscilación del Sur (ENOS). Este patrón climático puede dar lugar tanto a la fase de La Niña como a la fase de El Niño, dependiendo de las temperaturas en el Océano Pacífico ecuatorial y cómo afectan a la circulación atmosférica y los patrones de presión y viento.
El Niño no es el único factor climático de gran escala. Otros dos factores, el Dipolo del Océano Índico y el Modo Anular Austral (Oscilación Antártica), pueden reforzar o interferir con la señal de El Niño, influenciando las precipitaciones en Sudamérica. Por ejemplo, si El Niño coincide con el Dipolo del Océano Índico, podría haber más lluvias en la región.
Además, el Modo Anular Austral, que implica diferencias de presión entre el polo sur y las latitudes medias, también puede afectar las lluvias. Si El Niño ocurre durante una fase negativa del Modo Anular Austral, podría haber más precipitaciones en primavera o verano, mientras que durante una fase positiva, las lluvias podrían ser menos intensas.
Un estudio reciente del Conicet reveló que la expansión agrícola en Argentina y Paraguay ha aumentado el riesgo de inundaciones, ya que las zonas agrícolas son más susceptibles a inundarse debido a cambios en las aguas subterráneas.
Las previsiones para 2023 y 2024 son complejas. Aunque El Niño y el Dipolo del Océano Índico pueden pronosticarse con cierta anticipación, el Modo Anular Austral solo se puede prever unas semanas antes debido a su naturaleza caótica. También se debe considerar la cantidad de agua en el suelo, ya que las condiciones previas de sequía podrían influir en la ocurrencia de inundaciones.
Los factores climáticos interactúan de manera compleja, lo que hace que las predicciones sean desafiantes. La población debe estar atenta a los pronósticos meteorológicos y a las recomendaciones de los servicios meteorológicos nacionales para estar preparados frente a posibles riesgos.
Agricultura regenerativa: una opción sostenible que aumenta la productividad y reduce costoshttps://t.co/4WHA3OhF3F
— Valor Ambiental (@ValorAmbiental1) August 11, 2023