Los bosques tropicales destruidos el año pasado liberaron 2700 millones de toneladas de carbono a la atmósfera, equivalente a las emisiones de combustibles fósiles de India, la nación más poblada del mundo.
La Tierra perdió un área de selva tropical virgen equivalente a un campo de fútbol cada 5 segundos en 2022 y más de la mitad de esa destrucción ocurrió en Brasil y Bolivia, según el último estudio del Instituto de Recursos Mundiales (WRI).
En concreto, los investigadores del organismo precisaron que “el área total quemada o talada, más de 41.000 kilómetros cuadrados, equivale a la superficie de Suiza o Países Bajos”. Además, detallaron que se trata de árboles autóctonos y maduros y que la cifra supone un incremento del 10% respecto al año anterior.
El 2022 fue el cuarto año más devastador para los bosques primarios en dos décadas. “Desde el cambio de siglo, hemos visto una hemorragia en algunos de los ecosistemas forestales más importantes del mundo, a pesar de años de esfuerzos para revertir esa tendencia”, advirtió la directora del programa de control de deforestación de WRI, Mikaela Weisse.
“Los bosques tropicales destruidos el año pasado liberaron 2.700 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, equivalente a las emisiones de combustibles fósiles de India, la nación más poblada del mundo”, explicó la experta en declaraciones a la prensa.
Elaborado a partir de imágenes satelitales, el informe destaca la situación en la cuenca amazónica. Las pérdidas en Brasil representaron el 43% del total y en Bolivia el 9%.
La deforestación en Brasil
En el caso de Brasil, la deforestación aumentó un 15% en 2022 respecto al año anterior. El gobierno conservador de Jair Bolsonaro fue muy criticado por los ecologistas en los últimos cuatro años por sus políticas medioambientales y su sucesor, el líder de centroizquierda Luiz Inácio Lula da Silva, prometió hacer de la defensa de la Amazonia uno de sus principales ejes de gobierno.
Los defensores del desarrollo económico del gigante sudamericano aducen que buena parte de esa deforestación ocurre en tierras privadas. En paralelo, los científicos advierten que si la cuenca amazónica se transformara en sabana, es decir, en una superficie sin árboles, las consecuencias para el planeta serían terminales.
Sobre todo, porque la Amazonia retiene en sus selvas unas 90.000 toneladas de CO2, lo que representa dos veces las emisiones anuales mundiales.
El avance de la deforestación en Bolivia
La pérdida de bosques en Bolivia se aceleró en alrededor de un tercio el año pasado con las talas en el país solo detrás de su vecino gigante Brasil y la República Democrática del Congo. El país sudamericano perdió alrededor de 3.860 kilómetros cuadrados en 2022, según Global Forest Watch.
Bolivia es una de las pocas naciones que hace dos años se abstuvo de firmar un compromiso de deforestación cero para 2030, está apoyando a la industria agrícola como un motor económico clave y despejaron grandes áreas para instalar granjas de soja y de carne.
“El escenario no es bueno, menos bosques significan que nuestro microclima está cambiando”, dijo Marlene Quintanilla, directora de investigaciones de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN).
“Hace treinta años, no había una industria de carne a gran escala en Bolivia”, sostuvo por su parte Daniel Larrea, quien coordina la investigación técnico-científica en Conservación Amazónica (ACEAA). Y aseguró que “detener la deforestación es un desafío titánico porque gran parte de Bolivia permanece sin cultivar y es necesario recuperar la economía”.
Los incendios, algunos relacionados con la limpieza de tierras, también han jugado un papel importante en la pérdida de bosques en los últimos años, según el informe de Global Forest Watch. La urbanización, la infraestructura vial y la minería son otros impulsores menores de la tala de bosques.
Alimentos y cambio climático: que es la agricultura regenerativa, que permite producir sin contaminarhttps://t.co/OWpSQbV5Sr
— Valor Ambiental (@ValorAmbiental1) June 22, 2023