El documento con foco en las infancias y el cambio climático, elaborado por niños, niñas y adolescentes junto a organizaciones sociales y expertos gubernamentales de América Latina y el Caribe, fue presentado en el Palacio San Martín, para ser considerado por el Comité del Niño de Naciones Unidas, y que servirá para «reclamar en conjunto herramientas justas y financiamiento justo, porque no somos todos del mismo modo responsables», sostuvo el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Santiago Cafiero.
«Los países de América Latina y el Caribe necesitamos poner al cambio climático como uno de los pilares de la política exterior», sostuvo el ministro Cafiero durante el acto de presentación de las conclusiones, que serán elevadas para la redacción de la Observación General Nº26 de Naciones Unidas (ONU) con especial foco en las niñeces, el medio ambiente y el cambio climático.
A su vez, el canciller señaló la necesidad de «poner como uno de los pilares de la política exterior al cambio climático» y de «reclamar en conjunto herramientas justas y financiamiento justo, porque no somos todos del mismo modo responsables».
«No vaya a ser que la discusión del cambio climático termine siendo una agenda despersonalizada, una agenda sin rostro y una agenda sin trayectoria. Acá hay historias, hombres y mujeres, niños y niñas que están detrás, entonces tenemos que reclamar en conjunto herramientas justas y financiamiento justo, porque no somos todos del mismo modo responsables», aseveró.
Desde el miércoles y hasta la conclusión que se realizó hoy, tres comisiones en simultáneo trabajaron en el documento de la Primera Consulta Regional para América Latina y el Caribe para la redacción de la Observación General N°26 de la ONU sobre los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y Medio Ambiente.
Con la Defensoría de los Niños, Niñas y Adolescentes como anfitrión, se reunieron representantes gubernamentales, expertos gubernamentales designados por los Estados participantes, organizaciones sociales y más de 50 niñas, niños y adolescentes para abordar las problemáticas del medioambiente y la construcción de consensos para enfrentar el cambio climático.
Entre ellos, Máximo (10) de Villa Fiorito, Buenos Aires, contó durante la presentación del documento que «hablamos sobre los problemas que nos pasan y por donde vivimos, y buscamos soluciones para que eso ya no pase», al tiempo que Andrea (17) de Ecuador, manifestó que «lo que aquí se ha hablado, tanto los niños de América Latina como de Argentina queremos que se haga realidad».
Como resultado de las sesiones se confeccionó el documento denominado «Declaración de Buenos Aires», el que destaca que es «la primera vez en la historia que niñas, niños y adolescentes impulsan un tema de su interés en la agenda política internacional y del Comité de los Derechos del Niño en particular».
En este sentido, la defensora de los Niños, Niñas y Adolescentes, Marisa Graham, señaló en su discurso que los más jóvenes «son el presente, no solamente el futuro», y remarcó que «no habrá justicia social sin justicia ambiental».
Además, manifestó que se encontraba «satisfecha» con los resultados y remarcó la «participación muy creativa y diferenciada que tuvieron los niños de la mirada y de la vivencia que tenemos los adultos del cambio, y sus desventajas para la vida de todos y todas».
«Las tres comisiones llegaron a la misma conclusión:el problema es ahora y las acciones tienen que ser ahora. Esto ya está sucediendo y está impactando en vidas humanas, y las vidas humanas que se juegan particularmente son de niñas, niñas y adolescentes, y sobre todo de las bebés y los bebés, de los recién nacidos», destacó.
En tanto, el texto enfatiza que, en América Latina y el Caribe, «el 46,2% de las personas de 0 a 14 años viven en la pobreza», y hay más de «70 millones de niños y niñas en esta situación, y la incidencia de la pobreza infantil alcanza en algunos países de la región índices de más del 80%», según datos de Unicef y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Además, considera la «intersección de vulnerabilidades» en las infancias de la región, junto con «las desigualdades al interior de los países».
Algunas propuestas del documento
En cuanto a las principales propuestas que se discutieron en las comisiones y se incorporaron al documento, se plantea la perspectiva de género para atender las problemáticas referidas al medio ambiente, junto con la necesidad de incluir educación ambiental en las currículas escolares.
La declaración también exhorta a incluir mecanismos que garanticen la participación de los niños en los proyectos y políticas ambientales y a asegurar mecanismos para el acceso a la información clara y accesible sobre el medio ambiente
A su vez, el texto contempla obligaciones diferenciadas a los Estados teniendo en cuenta «la histórica división entre países desarrollados o en desarrollo», al tiempo que propone la adopción de medidas para garantizar el derecho a vivir en un ambiente limpio, sano y sostenible tales como la regulación de la deforestación.
Otro aspecto fundamental del documento remarca «especial atención a la niñez y adolescencia pobre, migrante, en contexto de ruralidad, indígena, afrodescendiente, discapacitada y en situación de calle».
Finalmente, los principales puntos de la «Declaración de Buenos Aires» con foco en las infancias y el medio ambiente y el cambio climático conforman una perspectiva regional que será tratada en el Comité de los Derechos del Niño, en la sede de la ONU en Ginebra (Suiza) durante 2023.