En el contexto del creciente avance del dengue en distintas regiones del país, un proyecto innovador impulsado por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) ofrece una alternativa natural, efectiva y completamente gratuita para reducir la población del mosquito Aedes aegypti, principal vector del dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla. Esta iniciativa se basa en la utilización de peces autóctonos como herramienta de control biológico, lo que permite eliminar las larvas del mosquito sin recurrir a productos químicos ni métodos invasivos.
El eje del proyecto es la distribución de Phalloceros caudimaculatus, un pequeño pez nativo conocido popularmente como “madrecita de agua”. Esta especie, que mide entre 2,5 y 3 centímetros, ha demostrado ser extremadamente eficaz en la erradicación de larvas de mosquito en cuerpos de agua estancada, como piletas sin uso, estanques, tanques y sistemas de recolección de agua de lluvia, todos lugares propicios para la reproducción del Aedes aegypti.
Características del pez y su efectividad
Lo que hace a la “madrecita de agua” tan útil para esta tarea es su dieta: se alimenta casi exclusivamente de huevos y larvas de mosquito. Esta preferencia convierte al pez en un regulador natural que, una vez introducido en un reservorio de agua, puede eliminar por completo la presencia de larvas. Además, no necesita alimentación adicional ni cuidados especiales, ya que se adapta fácilmente a distintos entornos acuáticos y se reproduce de forma natural, asegurando su presencia continua sin intervención humana.
Alejandro “Koko” López, docente de la cátedra de Acuicultura de la FAUBA y uno de los responsables del proyecto, afirma que allí donde se introduce esta especie no sobrevive ninguna larva del mosquito. “Es una herramienta sencilla, sustentable y muy poderosa para cortar el ciclo de reproducción del Aedes aegypti”, sostiene.

Cómo acceder al servicio gratuito
La FAUBA ofrece de forma gratuita estos peces a todas aquellas personas u organizaciones que dispongan de cuerpos de agua en los que puedan desarrollarse larvas de mosquito. Esto incluye:
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Estanques naturales o artificiales.
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Piletas recreativas en desuso.
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Tanques de agua estancada.
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Sistemas de captación o almacenamiento de agua de lluvia.
El procedimiento para solicitar los peces es simple. Los interesados deben enviar una solicitud al correo electrónico [email protected] o bien comunicarse a través del perfil de Instagram del proyecto. Luego deberán completar un formulario con información sobre el lugar donde se colocarán los peces y enviar algunas fotografías del sitio. Una vez que se verifica que el ambiente es apto, se coordina la entrega de los ejemplares en la sede de la FAUBA. También se ofrece una breve capacitación para garantizar el correcto mantenimiento de los peces y maximizar su efectividad.
Impacto comunitario y reconocimiento institucional
Desde su creación, el programa ha experimentado un crecimiento sostenido. Solo en el año 2024 se entregaron 5.560 peces en 139 pedidos, alcanzando a más de 83.000 personas de manera directa e indirecta. En lo que va de 2025, ya se han concretado 50 nuevas entregas, consolidando la expansión del proyecto y reforzando su presencia como una alternativa viable y sustentable en la lucha contra el dengue.
La repercusión positiva del programa llevó a que la Legislatura Porteña lo declarara de Interés Sanitario, en reconocimiento a su valioso aporte a la salud pública y al cuidado del medioambiente.
Ciencia pública al servicio de la sociedad
Este proyecto es un claro ejemplo de cómo la ciencia y la educación pública pueden dar respuestas concretas a problemáticas sociales y sanitarias urgentes. La propuesta de la FAUBA no solo representa una solución ecológica para el control del mosquito, sino que también promueve la participación ciudadana y la conciencia ambiental. A diferencia de los métodos químicos, que pueden tener efectos colaterales perjudiciales, el uso de peces nativos no daña el ecosistema ni genera resistencia en los mosquitos.
La estrategia de control biológico mediante peces es parte de un enfoque integral que apunta a reducir la incidencia de enfermedades transmitidas por vectores, sin comprometer la salud humana ni el equilibrio ambiental. En tiempos en que el dengue se ha convertido en una preocupación creciente, iniciativas como esta demuestran que la naturaleza misma puede ofrecer las mejores herramientas para protegernos.