En un contexto mundial de urgencia climática y creciente valorización de los recursos naturales como activos estratégicos, la provincia de Misiones dio un paso firme en su apuesta por la gestión sostenible de sus bosques nativos. Este martes, en la localidad de San Vicente, el Comité de la Cuenca Forestal Yabotí celebró una reunión clave para avanzar en los lineamientos de trabajo que permitirán acceder a los fondos del Programa REDD+ (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques).
El encuentro tuvo como objetivo principal establecer una hoja de ruta para que esta región del nordeste argentino pueda capitalizar uno de los instrumentos internacionales más importantes en materia de financiamiento climático: el Programa de Pago por Resultados REDD+, impulsado por el Fondo Verde del Clima y canalizado a través de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), una de las agencias acreditadas para su implementación.
¿Qué es REDD+ y por qué es tan relevante?
El programa REDD+ constituye una de las herramientas más robustas del marco climático global. Fue creado en el ámbito de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), y se basa en un principio simple pero poderoso: los países que logran reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la deforestación y la degradación forestal, pueden acceder a compensaciones financieras por esos resultados positivos.
Estas compensaciones, conocidas como “pagos por resultados”, buscan incentivar la conservación de los bosques y al mismo tiempo generar oportunidades de desarrollo sostenible para las comunidades locales. En América Latina, países como Brasil, Colombia y Perú ya han logrado avances importantes en la implementación de REDD+. Argentina, a través del fortalecimiento de políticas de conservación y monitoreo, ha ingresado recientemente al selecto grupo de países beneficiarios.
En 2023, el Fondo Verde del Clima aprobó un pago de 82 millones de dólares a la Argentina por sus resultados positivos en la reducción de la deforestación entre 2014 y 2016. Parte de esos fondos —1,5 millones de dólares— se destinarán específicamente a la Cuenca Forestal Yabotí, una de las zonas más ricas en biodiversidad del país y clave para los ecosistemas del Bosque Atlántico.
La Cuenca Yabotí: una joya ambiental con desafíos complejos
Ubicada en el centro-este de la provincia de Misiones, la Cuenca Forestal Yabotí se extiende sobre más de 250 mil hectáreas de selva paranaense, un ecosistema caracterizado por su enorme diversidad biológica y endemismo. Aquí conviven especies emblemáticas como el yaguareté, el tapir, el oso hormiguero y más de 500 tipos de aves, muchas de ellas amenazadas.
La región no solo es vital desde el punto de vista ecológico, sino que también tiene un peso económico y social significativo. En la cuenca confluyen distintos actores: pequeños y medianos obrajeros, empresas madereras, propietarios de bosques, comunidades rurales, cooperativas, ONGs, organismos públicos y centros educativos. Esta complejidad convierte a Yabotí en un caso testigo para demostrar que es posible compatibilizar producción forestal con conservación ambiental y desarrollo humano.
Una jornada clave en San Vicente
La reunión del Comité de la Cuenca Forestal Yabotí se realizó en San Vicente, localidad cabecera de un municipio profundamente ligado a la historia forestal de Misiones. Participaron autoridades provinciales, representantes nacionales y miembros de organizaciones del tercer sector, en un formato que buscó integrar miradas diversas para el diseño de una estrategia común.
Entre los presentes se encontraban el Ministro de Ecología de Misiones, Arq. Martín Recamán; el Director General de Bosques Nativos, Ing. Milton Morán; el asesor del Ministerio y Coordinador del Programa de Créditos de Carbono, Dr. Augusto Abdulhadi; la representante de la Dirección Nacional de Bosques, Paola Marozzi; y el vocero de la Fundación Bosques Nativos Argentinos, Nahuel Schenone. También asistieron referentes del sector maderero, productores y técnicos especializados.
Lineamientos discutidos: planificación, comunicación y gobernanza
Durante la jornada se abordaron tres ejes clave: el alcance geográfico del programa, la estrategia de comunicación y sensibilización, y el cronograma de trabajo. Se acordó establecer un perímetro técnico para delimitar con precisión las áreas que serán parte del programa REDD+ dentro de la cuenca, basándose en criterios de cobertura forestal, conectividad ecológica y relevancia socioeconómica.
En paralelo, se diseñaron los primeros lineamientos de una campaña de comunicación que buscará explicar, en lenguaje claro y accesible, qué implica el programa, cuáles son sus beneficios, cómo se implementará y de qué manera participarán los distintos actores del territorio.
Finalmente, se estableció un calendario preliminar de talleres participativos, reuniones técnicas y capacitaciones que se desarrollarán durante 2025. Estos encuentros serán fundamentales para garantizar la legitimidad del proceso y fomentar la apropiación local del programa.
¿A dónde irá el dinero?
El monto asignado —1,5 millones de dólares— representa una inversión significativa para una región que históricamente ha recibido escasos recursos para actividades de conservación. Según adelantaron fuentes del Ministerio de Ecología, el fondo será utilizado para:
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Financiar proyectos de manejo forestal sostenible.
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Apoyar la restauración de áreas degradadas.
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Capacitar a productores y trabajadores del sector.
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Fortalecer el monitoreo ambiental y el control de la deforestación.
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Impulsar mecanismos de valorización de servicios ecosistémicos.
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Incentivar la producción y certificación de madera legal.
Además, se contempla una línea de acción destinada a las escuelas rurales y centros comunitarios, para fomentar la educación ambiental desde una perspectiva territorial y participativa.
REDD+ y créditos de carbono: una puerta hacia nuevos mercados
Uno de los temas más mencionados durante la jornada fue el vínculo entre REDD+ y los mercados de carbono. En el contexto actual, en el que la acción climática se vuelve cada vez más urgente, los bonos de carbono forestal están ganando protagonismo como herramienta para financiar proyectos de mitigación.
El Coordinador del Programa de Créditos de Carbono, Dr. Augusto Abdulhadi, explicó que “la participación de Yabotí en REDD+ no solo trae beneficios financieros inmediatos, sino que también posiciona a la cuenca como potencial proveedora de créditos de carbono en el futuro”. Esto implicaría que los servicios ambientales prestados por los bosques —como la captura de CO₂— puedan ser valorizados económicamente en mercados voluntarios o regulados.
Un modelo replicable para otras cuencas del país
El caso de Yabotí puede funcionar como experiencia piloto para otras regiones forestales de la Argentina. La Dirección Nacional de Bosques promueve una estrategia de gestión por cuencas, que permite articular mejor las políticas de conservación, producción y ordenamiento territorial.
“Necesitamos construir un nuevo paradigma de desarrollo rural, basado en el conocimiento, la legalidad y la sostenibilidad”, afirmó Paola Marozzi, funcionaria nacional. En ese sentido, iniciativas como REDD+ permiten bajar recursos concretos al territorio, alinear políticas públicas y sumar al país a una agenda global que ya no admite más dilaciones.
El papel de la sociedad civil
La Fundación Bosques Nativos Argentinos, una de las ONGs con mayor trayectoria en la región, destacó la importancia de la participación ciudadana en el diseño e implementación de los proyectos. “No puede haber conservación efectiva sin la voz de quienes viven en el bosque”, aseguró Nahuel Schenone. La entidad participará en los talleres previstos y aportará asistencia técnica para los pequeños productores que deseen integrar prácticas sostenibles.
Desafíos por delante
A pesar del entusiasmo generado, los actores involucrados reconocen que hay desafíos importantes. Entre ellos:
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Garantizar la transparencia en el uso de los fondos.
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Evitar la concentración de beneficios en pocos actores.
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Articular la implementación con los municipios.
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Monitorear de forma rigurosa las reducciones de deforestación.
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Mantener el compromiso político a largo plazo.
También se plantea la necesidad de reforzar la presencia institucional en el territorio. “El Estado debe estar más presente en los parajes, acompañando con técnicos, información y recursos”, sostuvo un productor forestal durante la reunión.
Un contexto global que exige respuestas locales
El avance de programas como REDD+ ocurre en un escenario global marcado por la urgencia climática. Según el último informe del IPCC, es imprescindible detener la pérdida de bosques y aumentar su conservación si el mundo quiere mantenerse dentro del umbral de 1,5 °C de aumento de temperatura.
En ese marco, iniciativas locales como la de Yabotí cobran un valor estratégico. No solo se trata de conservar árboles, sino de transformar la relación entre sociedad y naturaleza. Se trata de dar respuesta a la pregunta clave de nuestro tiempo: ¿es posible desarrollarse sin destruir?
Una oportunidad histórica
La inclusión de la Cuenca Forestal Yabotí en el Programa REDD+ representa una oportunidad histórica para Misiones y para la Argentina. Por primera vez, se accede a recursos internacionales a cambio de conservar, y no de explotar. Por primera vez, se reconoce que el bosque en pie tiene un valor tangible, medible y monetizable.
Pero ese valor no puede ser administrado sin participación, transparencia y justicia. Los próximos meses serán decisivos para consolidar un modelo que podría servir de ejemplo para muchas otras regiones. La responsabilidad es enorme, pero también lo es la esperanza.
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