La provincia del Chaco cerró una nueva edición del concurso escolar “Voces del Monte en la escuela: el arte como llamado para cuidar al yaguareté y su hogar”, una iniciativa que reunió a cientos de estudiantes y docentes para reflexionar sobre la conservación del yaguareté y la protección del monte chaqueño. La propuesta fue organizada por el Proyecto Yaguareté (CeIBA-CONICET), la Fundación Vida Silvestre Argentina y el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología del Chaco, en un trabajo conjunto que integró educación, arte y compromiso ambiental.
El certamen se desarrolló entre octubre y noviembre, convocando a escuelas de distintos puntos de la provincia. Su objetivo fue invitar a las comunidades educativas a expresarse a través de dibujos, cuentos y coplas que abordaran el vínculo entre las personas, el monte y el yaguareté, una de las especies más emblemáticas y amenazadas de la región.
Participación y producción creativa
En total, 25 instituciones educativas se sumaron al concurso, generando instancias de investigación y diálogo dentro de las aulas. El proceso involucró a docentes y directivos que acompañaron a estudiantes en la observación del entorno, la búsqueda de información y la producción artística.
El resultado fue un caudal significativo de obras: 286 producciones individuales, entre dibujos, cuentos y coplas, y más de 15 trabajos colectivos elaborados por cursos completos. Cada creación ofreció una mirada singular sobre el ecosistema chaqueño, resaltando especies, paisajes y los vínculos que las comunidades mantienen con su territorio.
Dos jornadas de premiación en noviembre
Las ceremonias provinciales de premiación se realizaron el 13 y 14 de noviembre, con encuentros presenciales que reunieron a estudiantes, docentes, autoridades educativas y representantes de las organizaciones impulsoras del concurso.
Durante la segunda jornada se sumó personal del Parque Nacional El Impenetrable, un área protegida clave para la conservación del yaguareté. Su presencia fue especialmente significativa, ya que este territorio inspiró algunos de los cuentos y coplas presentados por las escuelas.
Ganadores por categoría
El certamen reconoció producciones en tres categorías:
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Dibujo: fue distinguido un trabajo colectivo en formato mural realizado por estudiantes de la E.E.P. Nº 594 de Quitilipi.

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Cuento: la ganadora fue Micaela Billa, de la UEGP Nº 22 “Ntra. Sra. de Fátima”, también de Quitilipi.
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Copla: el reconocimiento fue para Ludmila Salto, de la E.E.P. Nº 798 Fortín Arenales, ubicada en el Impenetrable chaqueño.
Cada trabajo fue valorado por su originalidad, su fuerza expresiva y la claridad del mensaje ambiental transmitido desde la mirada escolar.
Cuento ganador – El feroz rugido que despierta al monte chaqueño (por Micaela Billa)
El sol apenas salía y el monte chaqueño estaba lleno de rocío y flores silvestres.
Entre los quebrachos dormidos, una sombra dorada se movía con elegancia: era Nalá, la yaguareté más bella de todas, que recorría el monte como una reina silenciosa. Los abuelos contaban coplas que hablaban de ella, mientras:
La luna llena alumbra
Nalá está por salir,
ansiosos estamos todos
pa’ ver dónde ha de ir.
Tiene sangre chaqueña,
el monte es su lugar,
ahora que ella es libre
en su espíritu he de confiar.
También contaban que ella era la guardiana del monte, pero nadie la había visto, hasta que una mañana Kayén, una niña muy curiosa y valiente, salió a buscar miel con su abuelo al monte.
Mientras avanzaba, escuchó un ruido que venía desde el centro del monte. Kayén se quedó quieta; sintió que alguien la observaba detrás de los grandes árboles.
Dos ojos dorados la miraban fijamente, pero ella no sintió miedo: era la yaguareté, que lentamente se le acercaba murmurando:
“Quieren sacarme la piel,
matarme y que sea un trofeo.”
Luego Nalá bajó la cabeza como si la saludara y dio un rugido suave, como si le hablara. En ese instante el monte empezó a despertar: los pájaros cantaron, los árboles se movieron y el río resonaba.
Ahí Kayén entendió por qué ella era la reina.
Desde ese día, Kayén volvió muchas veces al monte. Nadie sabía por qué sonreía cada vez que escuchaba un rugido a lo lejos, pero ella sí lo sabía: era su amiga Nalá, que la saludaba desde su hogar.
Ambas se volvieron inseparables amigas, pero en secreto. Kayén le prometió cuidar del bosque, sabiendo que solo quedaban menos de veinte ejemplares, y Nalá le prometió que rugiría cada vez que ella estuviera en peligro.
Y así cuentan las personas del lugar, que cada vez que escuchan un rugido es la yaguareté recordando su copla:
No me pidan que le pinte
una mancha más al tigre,
sería ponerlo en prisión,
y él nació para ser libre.
Y desde ese día, la tigresa dorada sigue cuidando al monte de todo mal que haya.
Copla ganadora – La reina y su príncipe en el campo (por Ludmila Salto)
Una especie sin igual,
con ojos grandes y pelaje tan fino,
un pequeño fruto vinieron a dejar.
Nalá tuvo un cachorro
en el Parque Nacional,
en el corazón del Impenetrable,
llamado La Fidelidad.
Nalá y su cachorro
hoy gozan de absoluta libertad;
a orillas del río Teuco
su especie crecerá.
Fueron chicos de la zona
quienes vieron su cachorro
por primera vez. Uno era
Darío, de mi paraje natal.
El valor educativo de la conservación
Desde las organizaciones impulsoras destacaron la importancia del rol docente y del compromiso de toda la comunidad educativa para llevar adelante el proceso creativo. Subrayaron que las producciones reflejan interés, sensibilidad y un cambio profundo en la forma de comprender al yaguareté.
Afirmaron que “El recorrido que hicieron las escuelas muestra cómo, cuando conocemos mejor al yaguareté y al monte, el temor empieza a transformarse en respeto y, muchas veces, en admiración. Estas producciones son una muestra de que la coexistencia es posible cuando se construye desde el conocimiento, la sensibilidad y el diálogo en el aula”.
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