En el contexto de la COP16, celebrada en Cali, Colombia, Argentina presentó su Estrategia Nacional de Biodiversidad y Plan de Acción a 2030 (ENBPA), alineada con el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, aprobado en 2022. Este documento, esencial para las negociaciones que abordan financiamiento y monitoreo de los compromisos globales, subraya la importancia de definir metas claras y planes específicos para la conservación efectiva de la biodiversidad.
En 2022, Argentina y otros 195 países adoptaron 23 metas para 2030 y 4 objetivos a 2050, integrados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con miras a una acción ambiental más efectiva.
La ENBPA, construida en un proceso participativo durante 2024 bajo la supervisión de la Comisión Nacional Asesora para la Conservación y Utilización Sostenible de la Diversidad Biológica (CONADIBIO), establece los lineamientos de conservación y restauración de la biodiversidad para la próxima década. En su formulación participaron organismos estatales de distintos niveles y sectores de la sociedad civil, cuyos aportes contribuyeron a una propuesta final elaborada por la Subsecretaría de Ambiente de Nación y revisada por la Cancillería.
Puntos destacados de la ENBPA
El plan de Argentina incorpora ambiciosas metas que buscan frenar la degradación de áreas biodiversas, garantizar un manejo sostenible de los ecosistemas y mejorar la relación entre la sociedad y la naturaleza. Entre los aspectos destacados del documento:
Protección de áreas críticas – La ENBPA propone detener la pérdida de áreas clave para la biodiversidad, aplicando un marco de ordenamiento ambiental del territorio alineado con la Ley General del Ambiente. Esto busca salvaguardar ecosistemas únicos, como los humedales, bosques y costas, esenciales para la vida de especies autóctonas y para la salud de los ecosistemas.
Restauración de ecosistemas – Argentina se compromete a restaurar un 30% de los ecosistemas terrestres y acuáticos para 2030, incluyendo los ecosistemas costeros y marinos. Sin embargo, la falta de una línea de base y la omisión de áreas prioritarias a restaurar generan inquietud sobre cómo se implementarán estas acciones y con qué monitoreo se evaluará su efectividad.
Conservación y gestión sostenible de la biodiversidad – El plan establece conservar el 30% de los ecosistemas a través de áreas protegidas y de gestión efectiva. Esta meta implica incrementar las áreas protegidas y fortalecer su gestión, aunque se observa que el documento carece de cronogramas específicos para medir el avance de esta meta en el tiempo.
Prevención de extinción de especies – La ENBPA se compromete a frenar las causas de extinción de especies, poniendo énfasis en la conexión sostenible entre humanos y naturaleza, y la erradicación de especies exóticas invasoras. Sin embargo, la falta de planes nacionales específicos para especies en peligro, como el pecarí quimilero y el tatú carreta, es vista como un punto a mejorar.
Manejo sostenible de áreas productivas – Se promueve la gestión sostenible en áreas agrícolas, de pesca y silvicultura, a fin de proteger y restaurar la biodiversidad. Esto busca asegurar prácticas productivas que respeten los ecosistemas y mitiguen el impacto ambiental de estas actividades.
Integración de la biodiversidad en políticas y planificación – Argentina se compromete a integrar criterios de biodiversidad en políticas nacionales, procesos de planificación y en evaluaciones de impacto ambiental, tomando en cuenta la erradicación de la pobreza y el bienestar humano.
Acuerdo de Escazú – El plan asegura acceso a la información, participación y justicia ambiental, incluyendo la representación plena y equitativa de pueblos indígenas y comunidades locales, cumpliendo con el Acuerdo de Escazú y el Convenio N°169 de la OIT.
Aspectos críticos y limitaciones
Si bien la ENBPA representa un avance en la planificación ambiental del país, algunos aspectos críticos resaltan la necesidad de mejorar el cumplimiento y la implementación de estas metas:
Líneas de base y temporalidad en las metas: Muchas metas intermedias carecen de líneas de base precisas, lo que dificulta la evaluación del progreso. Además, no se incluyen plazos para el cumplimiento de algunos objetivos, como el incremento de áreas protegidas y el monitoreo de su efectividad.
Metas de género: En comparación con el Marco Mundial de Biodiversidad, que establece metas específicas para la participación con perspectiva de género, la ENBPA opta por un lenguaje más general, describiéndolo como “enfoque integral” y “equitativo”, lo que podría diluir el impacto de estas acciones en términos de igualdad de género.
Ausencia de un plan de monitoreo exhaustivo: La repetición de metas generales sobre legislación y programas sin tiempos específicos genera incertidumbre sobre la capacidad de implementación. Los especialistas señalan que es crucial contar con indicadores específicos para cada meta, junto con planes de monitoreo claros y tiempos establecidos.
Una región vulnerable a la triple crisis ambiental
La COP16 pone en evidencia la urgente necesidad de acción. En América Latina y el Caribe, la región que ha sufrido la mayor pérdida de biodiversidad desde 1970, con un 95% de reducción en las poblaciones de especies vertebradas, esta crisis avanza. Según el Informe Planeta Vivo 2024, las principales amenazas para la biodiversidad en Argentina son la deforestación y conversión de tierras para la producción agrícola y ganadera, así como la sobreexplotación de los recursos pesqueros en el litoral marino. Ecosistemas críticos, como el Gran Chaco, las Pampas y la Selva Misionera, han sufrido grandes pérdidas, afectando la provisión de servicios ecosistémicos vitales y la subsistencia de millones de personas.
El director de la Fundación Vida Silvestre Argentina, Manuel Jaramillo, enfatizó la urgencia de redirigir recursos y esfuerzos hacia prácticas sostenibles. “La pérdida de biodiversidad está afectando directamente a las comunidades y la economía de nuestro país. Es imperativo que los gobiernos y las empresas abandonen prácticas perjudiciales y enfoquen sus recursos en iniciativas que protejan nuestro patrimonio natural”, afirmó Jaramillo, quien también señaló que la ENBPA es una herramienta clave, aunque perfectible, para que Argentina contribuya a los objetivos globales de biodiversidad.
La COP16, como foro internacional, marca un momento crucial para la biodiversidad global y las políticas de conservación. En este contexto, la ENBPA de Argentina es un paso hacia el cumplimiento de los compromisos adquiridos en Kunming-Montreal, y su implementación efectiva determinará en gran medida el futuro de los ecosistemas del país y su rol en la preservación de la biodiversidad planetaria.