Durante siglos, el papel de los polinizadores se ha centrado casi exclusivamente en las abejas, especialmente las diurnas, como las principales responsables de la fertilización de plantas y flores. Sin embargo, una reciente investigación está poniendo en evidencia la importancia crucial de otros protagonistas, mucho menos conocidos y visibles para el ojo humano: las polillas nocturnas.
Estos insectos, que desde siempre se han asociado con la oscuridad y la noche, están ganando un merecido reconocimiento por su rol en la polinización, un proceso vital para la reproducción de muchas plantas, la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas.
Un cambio de paradigma: de la invisibilidad a la relevancia ecológica
Durante décadas, la ciencia ha tendido a estudiar los procesos ecológicos bajo la luz del sol, influida por un sesgo diurno inherente a la actividad humana. Como resultado, los polinizadores nocturnos han quedado relegados a un segundo plano, considerados menos importantes o simplemente ignorados.
Este sesgo ha comenzado a revertirse con la investigación llevada a cabo por un grupo de científicos de la Universidad de Lund, en Suecia, cuyos resultados fueron publicados en la revista Ecology Letters. El estudio aporta datos sólidos sobre el papel crucial de las polillas, así como de otros animales nocturnos como los murciélagos, en la polinización de numerosas especies vegetales.
En particular, se enfocaron en la especie Heliothis peltigera, conocida como paja bordeada, que habita en regiones de Europa, Asia y el norte de África. Esta polilla ha demostrado tener un comportamiento polinizador efectivo durante las horas de oscuridad, contribuyendo a la reproducción de varias plantas, incluso en entornos donde las abejas están presentes durante el día.

Polinización: un proceso clave para la vida en la tierra
Antes de profundizar en los detalles del estudio, es importante recordar por qué la polinización es un proceso vital. La polinización es la transferencia de polen desde los órganos masculinos de una flor (los estambres) hacia los órganos femeninos (el pistilo) de la misma o de otra flor. Este proceso permite la fertilización y la posterior formación de semillas y frutos.
Sin polinización, muchas plantas no podrían reproducirse, lo que tendría un efecto dominó devastador en la cadena alimentaria, ya que estas plantas son fuente de alimento y hábitat para innumerables organismos. Por lo tanto, los polinizadores —insectos, aves, mamíferos y otros— desempeñan un papel crucial en la sostenibilidad de los ecosistemas.
Las polillas nocturnas: especialistas olvidados pero esenciales
Aunque la mayoría de las personas asocia las polillas con la molestia que pueden causar cuando se acercan a las luces o a la ropa, estos insectos tienen características que los convierten en polinizadores ideales durante la noche:
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Actividad nocturna: Su principal actividad ocurre cuando la mayoría de los otros polinizadores diurnos están inactivos, lo que reduce la competencia y asegura una polinización efectiva durante el turno nocturno.
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Anatomía adaptada: Muchas polillas tienen cuerpos cubiertos de escamas que capturan polen, y sus largas probóscides (aparatos bucales en forma de tubo) les permiten acceder al néctar de flores profundas.
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Diversidad de especies: Existen miles de especies de polillas con distintas preferencias florales, ampliando así la gama de plantas que pueden polinizar.
Hallazgos destacados de la investigación sueca
El estudio de la Universidad de Lund ha puesto cifras y datos contundentes a esta realidad:
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Igualdad en éxito de polinización: Se observó que para muchas plantas el éxito reproductivo es equivalente entre polinización diurna y nocturna. Esto implica que las polillas no son un complemento sino protagonistas activos y efectivos.
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Capacidad adaptativa de las plantas: Muchas especies vegetales presentan mecanismos para atraer a polinizadores nocturnos, como flores que se abren o emiten fragancia en la noche, cambios en el color o producción de néctar.
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Importancia ecológica y económica: La desaparición o disminución de polillas podría afectar no solo a la biodiversidad sino también a cultivos que dependen de la polinización nocturna, lo que subraya la necesidad de su conservación.

La biodiversidad nocturna: un mundo enigmático por descubrir
La polinización nocturna forma parte de una compleja red de interacciones ecológicas que tienen lugar bajo la oscuridad. Además de las polillas y murciélagos, otros animales nocturnos también contribuyen a estos procesos, pero suelen pasar desapercibidos para la mayoría.
Este mundo bajo las estrellas es vital para mantener la diversidad biológica. Reconocerlo y valorarlo permite ampliar la mirada sobre la conservación y el estudio ambiental, que muchas veces se ha centrado en los períodos de luz y en las especies diurnas.
Amenazas y desafíos para los polinizadores nocturnos
Así como ocurre con las abejas y otros polinizadores diurnos, las polillas enfrentan amenazas que ponen en riesgo sus poblaciones y, por ende, los ecosistemas que dependen de ellas:
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Pérdida de hábitat: La destrucción de ecosistemas naturales y la urbanización reducen las áreas donde pueden vivir y alimentarse.
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Contaminación lumínica: Las luces artificiales nocturnas desorientan a las polillas, afectando su comportamiento natural y su capacidad de polinizar.
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Uso de pesticidas: Los productos químicos utilizados en agricultura y jardinería impactan directamente sobre insectos beneficiosos, incluidos los polinizadores nocturnos.
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Cambio climático: Las alteraciones en los patrones de temperatura y precipitación pueden afectar los ciclos de vida y la sincronización con las plantas.
Un llamado urgente a la conservación
Frente a este panorama, los científicos y conservacionistas hacen un llamado a ampliar las políticas de protección para incluir no solo a las abejas y polinizadores diurnos, sino también a las polillas y otros animales nocturnos.
Esto implica:
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Fomentar la creación y preservación de hábitats naturales y corredores ecológicos que permitan la supervivencia y movilidad de polinizadores nocturnos.
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Regular y reducir la contaminación lumínica, adoptando tecnologías y prácticas que minimicen el impacto sobre la fauna nocturna.
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Promover un uso responsable de pesticidas y apoyar prácticas agrícolas sostenibles.
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Impulsar investigaciones continuas que profundicen el conocimiento sobre la polinización nocturna y su rol en distintos ecosistemas.
Beneficios para la agricultura y la seguridad alimentaria
El reconocimiento de la polinización nocturna tiene también implicancias directas en la agricultura. En un contexto global donde las poblaciones de abejas están en declive por múltiples causas, las polillas nocturnas ofrecen una vía natural para compensar esta pérdida y mantener la productividad agrícola.
Además, algunos cultivos específicos pueden beneficiarse particularmente de la polinización nocturna, por lo que conservar estos polinizadores es también garantizar la estabilidad de la producción alimentaria.
La polinización nocturna como estrategia natural frente al cambio ambiental
El estudio sueco también resalta una ventaja adaptativa fundamental: la capacidad de muchas plantas para cambiar o diversificar sus polinizadores, utilizando tanto a insectos diurnos como nocturnos. Esta flexibilidad es una estrategia natural para sobrevivir en un mundo donde las condiciones ambientales y las poblaciones de polinizadores están cambiando rápidamente.
Esto pone en evidencia la resiliencia del ecosistema y la importancia de mantener la diversidad biológica en todos sus niveles.

El misterio y la belleza de la noche: una invitación a la conciencia ambiental
Más allá de la ciencia y la ecología, la revelación sobre las polillas polinizadoras nos invita a mirar con nuevos ojos la noche y los procesos que en ella ocurren. La oscuridad no es un vacío ni un mero descanso para la naturaleza, sino un espacio de actividad, interacción y vida.
Este reconocimiento puede fomentar una mayor valoración cultural y social de la biodiversidad nocturna, incentivando actividades como la observación de polillas, murciélagos y otros animales, y promoviendo un respeto mayor por el ambiente natural.
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La investigación sobre la polinización nocturna y el rol de las polillas abre una nueva ventana para entender el funcionamiento de los ecosistemas y la complejidad de las interacciones biológicas.
Este conocimiento debe ser incorporado en políticas públicas, estrategias de conservación y prácticas agrícolas, para asegurar la supervivencia de estos polinizadores esenciales y, con ellos, la salud del planeta.
La noche, con su misterio y su vida activa, reclama su lugar en la ciencia y en nuestras decisiones para proteger la biodiversidad. Las polillas nocturnas, silenciosas y discretas, son ahora reconocidas como guardianas invisibles del equilibrio ecológico.