miércoles, marzo 12, 2025
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Inteligencia Artificial y sostenibilidad: cuál es el impacto ambiental de la IA

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La Inteligencia Artificial (IA) revolucionó la forma en que interactuamos con la tecnología, pero su impacto en el medio ambiente va más allá de lo evidente. Si bien es una herramienta valiosa en múltiples ámbitos, su uso implica un alto consumo de recursos, lo que genera una huella ecológica significativa.


En julio de 2023, The Washington Post lanzó Climate Answers, un chatbot diseñado para responder preguntas sobre el cambio climático con información basada en sus artículos desde 2016. A simple vista, esta iniciativa parece contribuir a la difusión de conocimiento, pero plantea una interrogante: ¿puede la IA, al mismo tiempo que ayuda a entender el calentamiento global, estar contribuyendo a él?

Cada acción humana tiene un impacto ambiental. Leer un artículo en línea, enviar un correo electrónico o usar un dispositivo electrónico genera emisiones de carbono. Lo mismo ocurre con la IA, cuyo uso no es ajeno a la crisis climática.

Se estima que la IA podría afectar 300 millones de empleos a nivel mundial, pero su impacto va más allá del mercado laboral. La creciente demanda de inteligencia artificial generativa implica un aumento exponencial en el uso de energía, ya que los cálculos de IA requieren más procesamiento de datos que una búsqueda tradicional en internet.

Según un estudio, si solo el 10% de los trabajadores en Estados Unidos utilizara ChatGPT semanalmente, el consumo eléctrico anual sería equivalente al de todos los hogares de Washington D.C. La IA no solo requiere electricidad para funcionar, sino también para fabricar los dispositivos que la ejecutan y para mantener operativos los centros de datos.

El agua, un recurso esencial para la IA

 

Otro aspecto menos visible es el consumo de agua. Los servidores que sustentan la IA necesitan refrigeración para evitar el sobrecalentamiento. Un estudio de la Universidad de California, Riverside, y la Universidad de Texas en Arlington reveló que generar un texto de 100 palabras en ChatGPT consume en promedio 519 mililitros de agua.

A simple vista, esta cantidad parece insignificante, pero a gran escala el impacto es enorme. Si solo el 10% de la población activa en EE.UU. usara ChatGPT semanalmente, el consumo anual de agua superaría los 435 millones de litros, suficiente para abastecer las necesidades básicas de 4.35 millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A nivel global, la infraestructura de IA podría consumir seis veces más agua que Dinamarca, un país con seis millones de habitantes. Esto ocurre mientras una cuarta parte de la humanidad carece de acceso a agua potable.

Residuos electrónicos y extracción de minerales

 

El impacto ambiental de la IA no se limita a la energía y el agua. La fabricación de los dispositivos que la sostienen depende de la extracción de minerales y tierras raras, cuya explotación suele realizarse sin criterios sostenibles. Para fabricar una computadora de 2 kg, se requieren 800 kg de materias primas.

Además, los centros de datos generan grandes cantidades de desechos electrónicos que contienen sustancias peligrosas, como plomo y mercurio. El crecimiento de la IA implica también un desafío en la gestión de estos residuos.

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