Durante la inauguración de la Cumbre sobre los Océanos en Cabo Verde, que coincide con el final de la primera etapa de la regata de vela alrededor del mundo Ocean Race en ese país, el Secretario General de la ONU ha afirmado que “acabar con la emergencia oceánica es una carrera que todos debemos ganar”.
“Trabajando todos juntos como uno solo, es una carrera que se puede ganar. Convirtámonos todos en los campeones que el océano necesita. Pongamos fin a la emergencia oceánica y preservemos este precioso regalo azul para nuestros hijos y nietos”, aseguró António Guterres, en el último día de visita en Cabo Verde.
El Secretario General estuvo hablando desde el Centro de Ciencias Oceánica de Mindelo, en São Vicente, una instalación de vanguardia que alberga grandes equipos científicos marinos, como robots de aguas profundas, talleres de electrónica y laboratorios de última generación.
El lunes por la mañana, cuando el edificio abrió sus puertas a los participantes en la Cumbre, la instalación resultó ser una manifestación visible de la apuesta que Cabo Verde está haciendo por impulsar la economía azul del archipiélago.
Mirando a través de las enormes puertas que dan al puerto, el mismo que permitió a muchos caboverdianos partir en busca de una vida mejor, el primer ministro observó cómo el océano solía describir un sentimiento de añoranza y melancolía.
Ulisses Correia e Silva explicó que hoy ese mismo océano “representa el turismo, el agua desalinizada, la economía azul, los cables submarinos de fibra óptica, la energía limpia, la biotecnología, la acuicultura, la industria conservera para la exportación, y un centro de competencias y eventos náuticos como la Ocean Race”.
El océano es una cuestión de supervivencia
En declaraciones a ONU Noticias, la asesora especial de la ONU para África, Cristina Duarte, señaló que el 99,3% del territorio de la nación es agua.
Duarte, quien es caboverdiana, fue ministra de Finanzas, Planificación y Administración Pública del país entre 2006 y 2016. “Puede que seamos más criaturas del océano que de la tierra,” dijo. “Para Cabo Verde, el océano es una cuestión de supervivencia”.
Por lo tanto, “su conservación [debe hacerse] en un contexto de gestión de un recurso natural, porque tenemos que tomar de él lo que Cabo Verde necesita para desarrollarse. Perseverarlo, pero sin olvidar que, para Cabo Verde, es un recurso económico”, explicó Duarte.
Competir por el Océano
La carrera oceánica Ocean Race comenzó por primera vez en 1973, llevando a los navegantes alrededor del mundo cada tres o cuatro años.
Durante las últimas cuatro décadas, como ha señalado la activista Danni Washington hoy en la Cumbre, los navegantes veían estas islas en la distancia, o corrían por en medio de ellas. A veces incluso eran rescatados por caboverdianos, pero la carrera nunca había hecho escala en el archipiélago.
El viernes por la noche, el país se convirtió en la primera nación de África Occidental en la historia de la competición en acoger una escala.
Dirigiéndose a la Cumbre, el presidente de la competición, Richard Brisius, aseeguró al Secretario General de la ONU el compromiso de los participantes por la causa de los océanos.
“Nos tienen a todos y a toda la tripulación en la carrera oceánica”, dijo. “Somos gente del océano; nos preocupamos por el océano, y lo hacemos con pasión”.
Por su parte, Guterres elogió “el inspirador valor de las mujeres y hombres que navegan en esta agotadora carrera de seis meses alrededor del mundo”.
Además, dijo es “también inspirador” saber que cada barco lleva un equipo especial para recoger datos científicos que ayuden a garantizar un océano sano para el futuro.
Un recurso clave en peligro
Para el Secretario General de la ONU, la Cumbre fue también una forma de dar la voz de alarma: “El océano es vida. El océano es un sustento. Y el océano está en problemas”.
Guterres explicó que alrededor del 35% de las poblaciones mundiales de peces están sobreexplotadas, el calentamiento global está elevando la temperatura de los océanos a nuevas costas, alimentando tormentas más frecuentes e intensas, aumentando el nivel del mar y la salinización de las tierras costeras y los acuíferos.
«Mientras tanto, sustancias químicas tóxicas y millones de toneladas de residuos plásticos inundan los ecosistemas costeros, matando o hiriendo a peces, tortugas marinas, aves y mamíferos marinos, introduciéndose en la cadena alimentaria y, en última instancia, siendo consumidos por nosotros», explicó Guterres.
Según estimaciones de la ONU, en 2050 podría haber más plástico en el mar que peces.
De super año a super acción
En este contexto, el titular de la ONU cree que el mundo dio algunos pasos importantes para corregir el rumbo el año pasado.
Estos avances incluyen un «acuerdo histórico» en Nairobi para negociar un tratado vinculante a nivel mundial para controlar la contaminación por plásticos, la Conferencia de la ONU sobre los Océanos en Lisboa, donde los países asumieron cientos de nuevos compromisos voluntarios y promesas, y la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad en Montreal, que terminó con los países acordando un objetivo para proteger el 30% de los ecosistemas terrestres, acuáticos, costeros y marinos para 2030.
“Algunos han llamado a 2022 el ‘súper año’ de los océanos. Pero la carrera está lejos de haber terminado. Tenemos que hacer de 2023 un año de ‘super acción’, para que podamos poner fin a la emergencia de los océanos de una vez por todas», señaló Guterres.
Para el Secretario General de la ONU, el mundo necesita actuar urgentemente en cuatro aspectos fundamentales:
crear industrias marítimas sostenibles
-prestar un apoyo masivo a los países en desarrollo
-ganar la carrera contra un clima cambiante
-desplegar la ciencia, la tecnología y la innovación a una escala sin precedentes
Refiriéndose al sector financiero, Guterres afirmó que «los países en desarrollo son víctimas de un sistema financiero mundial moralmente en quiebra, diseñado por los países ricos para beneficiar a los países ricos».
«El sistema es tendencioso. Niega sistemáticamente a los países en desarrollo -en particular a los países vulnerables de renta media y a los pequeños Estados insulares en desarrollo como Cabo Verde- la financiación en condiciones favorables y el alivio de la deuda que necesitan», argumentó.
Para luchar contra el cambio climático, Guterres pidió a las industrias oceánicas que sigan el ejemplo de la Ocean Race y limiten su huella de carbono. Como ejemplo, dijo que el sector del transporte marítimo debe comprometerse a lograr cero emisiones netas para 2050, y presentar planes creíbles para ponerlo en práctica.
Para cerrar el acto, el diplomático internacional participó en una ceremonia de Relay4Nature, en la que recibió un testigo que empezó a recorrer el mundo en mayo de 2021 para pedir a los líderes mundiales que aumenten radicalmente sus ambiciones de proteger los mares.
La iniciativa partió del enviado especial del Secretario General de la ONU para los Océanos, Peter Thomson, pasó luego a politicos como el presidente francés Emmanuel Macron, a celebridades como Jason Momoa, y llegó a Cabo Verde en barco, todo el camino desde Alicante, en España, en manos de Boris Hermann, el patrón del Equipo de Malizia.
Mientras sostenía el icónico bastón, el Secretario General dijo que representaba a “una generación que ha fallado en gran medida a los océanos”.
Antes de entregárselo a Odara dos Santos Brito, estudiante del Liceo Jorge Barbosa, en São Vicente, Guterres dijo estar “muy, muy agradecido” por poder dárselo a una generación en la que confía para “revertir los errores que cometimos, al rescatar los océanos, al derrotar el cambio climático, al rescatar el planeta y rescatarnos a todos”.
Al aceptar el testigo, la joven caboverdiana no titubeó. “Aceptamos este compromiso”, dijo.
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— Valor Ambiental (@ValorAmbiental1) January 20, 2023