Dos jóvenes agrónomos desarrollaron una alternativa natural, biodegradable y libre de deforestación que ya comienza a ganar espacio en el mercado local.
En el marco de las políticas de reducción de plásticos de un solo uso, muchas ciudades argentinas —incluida la Ciudad de Buenos Aires— han prohibido el uso de sorbetes plásticos, en un esfuerzo por mitigar su impacto ambiental. Sin embargo, las soluciones alternativas como los sorbetes de papel o cartón han demostrado ser poco eficaces: su fragilidad al contacto con líquidos y su corta duración llevaron a que muchos consumidores optaran por no usarlos.
Frente a esta necesidad, una innovadora respuesta surgió de la mano de dos jóvenes agrónomos, Franco De Stéfano y Francisco Ben, quienes desarrollaron sorbetes sustentables fabricados a partir del tallo de trigo, una solución tan natural como eficaz. Inspirados en un producto similar que ya se comercializa en algunos países de Asia, los emprendedores decidieron adaptar la idea al contexto y la producción local.
“Nos sorprendió que nunca antes se hubiera desarrollado en Argentina”, contó De Stéfano en diálogo con el portal TN.
Producción artesanal y respeto por la naturaleza
A diferencia de los productos industriales, los sorbetes de trigo requieren un proceso de producción completamente artesanal. Cada tallo es distinto, lo que impide su corte automático. La paja se selecciona manualmente y luego pasa por un proceso de esterilización, secado y empaquetado que garantiza la calidad del producto final.
El insumo clave —el trigo— se cosecha en diciembre, y a partir de esa materia prima los emprendedores comenzaron a comercializar el producto en el mercado local, marcando un nuevo hito en el ámbito de la agroecología y el consumo consciente.
Una alternativa 100% biodegradable
A diferencia del papel y el cartón, que a menudo están asociados con la deforestación, el tallo de trigo no implica tala de árboles ni genera residuos contaminantes. “El papel y el cartón no cumplen con su función y están vinculados a la deforestación”, señaló De Stéfano, quien remarcó las ventajas ambientales del nuevo producto.
Los sorbetes de trigo son resistentes, completamente biodegradables y pueden ser compostados en casa, lo que los convierte en una opción ideal para bares, restaurantes y consumidores particulares que buscan reducir su huella ambiental.
Un proyecto con visión de futuro
Con un nombre comercial llamativo y una clara apuesta por la sustentabilidad, los creadores del emprendimiento planean expandirse a toda América Latina. Entre sus metas destacan:
-
Aumentar la producción y fortalecer la venta directa.
-
Iniciar exportaciones a países limítrofes en 2026.
-
Posicionarse como referentes regionales en innovación ambiental.
Aunque enfrentaron obstáculos burocráticos y desafíos productivos, los emprendedores mantienen firme su convicción de que Argentina puede ser líder en soluciones ecológicas:
“Podemos y debemos hacer de todo en Argentina. Tenemos con qué”, concluyó De Stéfano.