El crecimiento descontrolado de la población de ciervos asiáticos genera preocupación en la provincia. Esta especie exótica, introducida en Argentina en la década de 1930 para la creación de cotos de caza, migró desde la provincia de Buenos Aires hacia distintos puntos del país, llegando a sobrepoblar regiones como Entre Ríos y Corrientes.
A pesar de avistamientos previos en localidades como El Soberbio y el Parque Nacional Iguazú, es la primera vez que se detectan grandes tropillas en la zona sur de Misiones. En este marco, el biólogo Diego Varela, experto en fauna y conservación, explicó la problemática que representa esta especie exótica invasora.
Varela detalló que el ciervo asiático, originario del subcontinente indio, se caracteriza por formar grupos numerosos de hasta 100 individuos, siendo un animal arisco, veloz y de hábitos nocturnos. Esta dinámica contrasta con los ciervos autóctonos de Misiones, que suelen ser solitarios o vivir en parejas. Además, los ciervos asiáticos carecen de depredadores naturales, lo que provoca tasas de reproducción elevadas y una baja mortalidad natural, conduciendo a la sobrepoblación en entornos impactados por la actividad humana.
«Hoy en día tenemos en el sur de la provincia de Misiones una población muy importante, pero según nuestro monitoreo que estamos haciendo en toda la provincia, estamos obteniendo registros en casi todo el territorio misionero», precisó.
Uno de los principales problemas que enfrenta Misiones con esta especie invasora la que afecta a la biodiversidad nativa, además de los inconvenientes que podrían causar en las diferentes prducciones de la provincia. Asimismo otra problemática es el aumento de los accidentes de tránsito en las rutas debido a la presencia de los ciervos asiáticos.
«Una característica que tienen en general las especies exóticas es que no tienen depredadores naturales, entonces eso hace que las tasas de reproducción sean muy grandes, tengan baja mortalidad natural, y eso hace que las poblaciones sean muy grandes, sobre todo en ambientes con mucho impacto del hombre, son agrícolas», añadió el profesional.
En cuanto a posibles soluciones, Varela enfatizó la importancia de prevenir la introducción de especies exóticas en áreas donde no son nativas y remarcó la necesidad de implementar un manejo y control de población efectivo una vez que la especie está establecida. Sin embargo, erradicar esta especie exótica es extremadamente complicado y costoso una vez que se ha establecido en una región.
Una de las medidas de control existentes es la caza regulada, autorizada por cazadores profesionales bajo estrictas regulaciones gubernamentales. Sin embargo, el biólogo reconoce que esta no es una tarea fácil y requiere un enfoque a largo plazo y una coordinación integral entre diferentes instituciones.
«Uno de los mecanismos es la cacería regulada, autorizada por cazadores profesionales bajo una estricta reglamentación por parte de las autoridades de la provincia. Esa es una de las formas en las que se podría controlar. Igualmente hay experiencias de caza controlada en algunas áreas protegidas de Argentina y no es una tarea fácil. Se necesita un trabajo a largo plazo, continuo, con muchas instituciones trabajando en forma coordinada», explicó.
Varela también menciona que otras estrategias, como la captura de estos animales, son difíciles de implementar debido a la naturaleza arisca de los ciervos asiáticos y el riesgo de que se generen nuevas poblaciones en otros lugares.
El biólogo manifestó que es crucial que las autoridades tomen decisiones basadas en la ciencia y la conservación de la biodiversidad, a pesar de posibles preocupaciones de la opinión pública. Experiencias exitosas de manejo de especies exóticas invasoras, como la reglamentación de la caza de axis y jabalíes en Río Grande del Sur, Brasil, demuestran que es posible encontrar soluciones efectivas.
En resumen, la población de ciervos asiáticos en Misiones plantea desafíos significativos, y el control de esta especie invasora requerirá una estrategia integral y una colaboración coordinada de las autoridades y expertos en conservación. La prevención de su expansión y la gestión de las poblaciones existentes son fundamentales para minimizar los impactos negativos en la biodiversidad, la producción y la seguridad vial en la región.