Los Esteros del Iberá, en la provincia de Corrientes, registran un avance notable en la recuperación de su biodiversidad con el retorno del yaguareté (Panthera onca). A casi cinco años de las primeras liberaciones, los avistajes de estos felinos se multiplican, mostrando que la especie clave del humedal comienza a recuperar su lugar en el ecosistema.
Durante esta semana, un trabajador de la Fundación Rewilding Argentina avistó un yaguareté en el Portal San Nicolás. Según los registros del equipo, se trata de un ejemplar nuevo, del que no existían registros previos, lo que evidencia el crecimiento y la expansión de la población en libertad. Cada huella, fotografía y avistaje suma evidencia del éxito del programa de conservación que comenzó con la reproducción controlada de ejemplares en cautiverio.
Los yaguaretés liberados ya han comenzado a reproducirse, y sus crías se desplazan por el territorio correntino, dejando señales visibles de su presencia. Este proceso confirma que el gran humedal avanza en la recuperación de su depredador tope, una especie esencial para el equilibrio ecológico. La reintroducción de estos felinos permite que Iberá recupere dinámicas naturales que habían desaparecido temporalmente con la ausencia de este depredador.
La especie fue declarada Monumento Nacional Natural en 2001, reconociendo su importancia para la biodiversidad argentina. Su retorno a los Esteros del Iberá no solo tiene un impacto ecológico, sino que también abre oportunidades para el desarrollo del turismo de naturaleza. La observación de yaguaretés permite que las comunidades locales se beneficien económicamente, a la vez que fortalece la conexión entre las personas y la fauna autóctona.

Cada registro de yaguareté en libertad representa una señal de que Iberá recupera su historia natural. Las imágenes, huellas y avistajes son la evidencia tangible de un proyecto de conservación exitoso que busca restablecer el equilibrio de los ecosistemas del humedal correntino.
A pesar de los avances, la especie sigue enfrentando amenazas que requieren atención. El yaguareté continúa en peligro crítico de extinción. Entre los principales riesgos se encuentran la caza furtiva, la destrucción y degradación de hábitats por la industria agropecuaria, y la deforestación que reduce la superficie de bosques y selvas. Además, la escasez de presas naturales, debido a la caza humana, obliga al felino a competir por alimento en territorios cada vez más reducidos.
El proyecto de reintroducción del Iberá comenzó con la captura de ejemplares para reproducción en cautiverio controlado. Tras casi cinco años de liberaciones, los resultados son visibles: los animales se han adaptado a la vida libre, se reproducen y ocupan distintos sectores del humedal. Los avistajes en diversos portales del área protegida confirman que el yaguareté cumple nuevamente su rol como depredador tope, regulando las poblaciones de otras especies y manteniendo la salud del ecosistema.
La recuperación de esta especie emblemática representa un triunfo de la conservación y una oportunidad para que las comunidades locales se reconecten con la vida silvestre que define la identidad de Iberá. El turismo de naturaleza, apoyado en la presencia del yaguareté, genera recursos económicos y refuerza el valor social y ambiental de la región.
El regreso del yaguareté a los Esteros del Iberá es, así, un ejemplo concreto de cómo la conservación planificada y sostenida puede restaurar especies, ecosistemas y vínculos entre las personas y su entorno natural. Cada registro, cada avistaje y cada cría nacida en libertad son señales de que Iberá está cumpliendo su objetivo: volver a tener yaguaretés libres que recorren y ocupan nuevamente su territorio.
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