El pasado viernes, personal de la Dirección General de Bosques Nativos y Control Forestal del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables llevó adelante una recorrida de inspección en la Reserva Alejandro Orloff, en la localidad de Dos de Mayo. Durante el operativo se constató el desmonte de un sector equivalente al 1% de la superficie total de esta área natural protegida, lo que representa un hecho de relevancia en materia de conservación ambiental.
La visita a terreno se enmarca en las tareas de control que la cartera ambiental desarrolla de manera periódica en distintos puntos de la provincia, con el objetivo de verificar el estado de conservación de los bosques nativos y detectar eventuales intervenciones no autorizadas. En este caso, el procedimiento permitió confirmar la existencia de áreas afectadas por deforestación y volteo de árboles dentro de los límites de la reserva, abarcando un total aproximado de 4 hectáreas distribuidas en tres sectores diferentes.
Según lo registrado por el equipo técnico, estas intervenciones no ocurrieron en un único momento, sino que corresponden a distintos períodos de los últimos tres años. El análisis de imágenes satelitales previamente realizado por el Ministerio de Ecología ya había detectado cambios en la cobertura boscosa de la zona, y el recorrido permitió corroborar la información mediante la verificación directa en terreno.
La constatación de desmontes en el área protegida
Durante la inspección se identificaron con claridad áreas donde el bosque nativo había sido removido, evidenciando actividades de desmonte de diferente magnitud. Las cuatro hectáreas relevadas representan una porción reducida respecto de las 315 hectáreas totales que conforman la Reserva de Usos Múltiples Alejandro Orloff, también conocida como «El Saltito». Sin embargo, la fragmentación detectada reviste importancia, ya que afecta directamente a la integridad ecológica de un espacio que posee estatus de protección legal.
El volteo de árboles, producto de la acción humana, interrumpe procesos naturales esenciales del ecosistema. Estas prácticas, incluso cuando son puntuales o dispersas, generan impactos acumulativos que se traducen en pérdida de hábitat, alteración de corredores biológicos y disminución de la capacidad del bosque para proveer servicios ambientales.
El operativo del Ministerio permitió además confirmar que los desmontes se dieron en diferentes momentos, lo que indica una recurrencia de intervenciones a lo largo de los últimos años. De esta manera, el daño ambiental no puede considerarse un hecho aislado, sino una serie de acciones continuadas que se verificaron en distintos sectores de la reserva.
Contacto con la comunidad local y notificación de infracciones
En el lugar, el personal del Ministerio de Ecología tomó contacto con vecinos de la zona. Durante la recorrida, se notificó a los habitantes sobre las irregularidades constatadas y se los puso en conocimiento de las infracciones detectadas. También se advirtió acerca de las penalidades previstas en la legislación vigente en materia de conservación del bosque nativo.
La normativa establece sanciones para quienes intervienen sin autorización en áreas naturales protegidas, ya sea a través de desmontes, aprovechamiento no regulado de recursos forestales o alteraciones de la cobertura vegetal. En este sentido, los procedimientos iniciados buscan garantizar el cumplimiento de la ley y la preservación de los recursos naturales provinciales.
Asimismo, se informó sobre el inicio de actuaciones sumariales dirigidas a los responsables de las intervenciones. Este proceso administrativo tiene como finalidad establecer con claridad las responsabilidades y aplicar las medidas correspondientes en el marco legal vigente.
Una reserva de usos múltiples con reglas claras
La Reserva Alejandro Orloff cuenta con una superficie total de 315 hectáreas, divididas en tres sectores que conforman un mosaico de ambientes representativos de la región. Bajo la categoría de Reserva de Usos Múltiples, también conocida en la comunidad como «El Saltito», se permite la realización de determinadas actividades, siempre que estas se ajusten a las normativas ambientales.
Este tipo de categoría de conservación busca compatibilizar la protección de la biodiversidad con un uso regulado de los recursos naturales. En otras palabras, se habilita el desarrollo de prácticas productivas o recreativas bajo condiciones que no comprometan la integridad del ecosistema. Sin embargo, los desmontes detectados se ubican fuera de estos parámetros permitidos, lo que justifica la intervención del organismo de control.
La existencia de esta figura de reserva responde a la necesidad de conservar el bosque nativo, al tiempo que se brindan alternativas de aprovechamiento sustentable para la población cercana. En consecuencia, cada acción de fiscalización adquiere un valor estratégico para garantizar que los usos se realicen en consonancia con las normativas establecidas.
El rol del Ministerio de Ecología en los controles
La tarea desarrollada por el personal de la Dirección General de Bosques Nativos y Control Forestal forma parte de un plan de monitoreo que incluye tanto la utilización de herramientas tecnológicas como la verificación directa en el terreno. El análisis de imágenes satelitales permite detectar con precisión alteraciones en la cobertura forestal, lo que constituye un insumo fundamental para la planificación de inspecciones.
En esta ocasión, la información generada a partir de los satélites fue corroborada con la recorrida presencial, confirmando así la validez de los registros. Este doble mecanismo de control asegura mayor efectividad a la hora de identificar infracciones, ya que combina evidencia tecnológica con constataciones in situ.
El Ministerio de Ecología anunció que continuará realizando inspecciones en la zona, dado que lo verificado hasta ahora corresponde únicamente a un sector de la superficie protegida. Esto significa que todavía resta evaluar el estado de conservación de otros sectores de la reserva, lo cual refuerza la importancia de la presencia sostenida del Estado en el territorio.
Implicancias del desmonte en áreas protegidas
La constatación de desmontes en una reserva natural pone de relieve los desafíos que implica garantizar la protección del bosque nativo. Aunque la superficie afectada represente un porcentaje menor del total, los impactos no pueden minimizarse. La fragmentación del hábitat, la pérdida de cobertura arbórea y la alteración del equilibrio ecológico generan efectos que se multiplican en el tiempo.
La legislación en materia de bosques nativos establece claramente la necesidad de preservar estas áreas, que cumplen funciones clave como la regulación hídrica, la conservación de la biodiversidad y la mitigación de los efectos del cambio climático. En este marco, cada hectárea desmontada representa no solo un incumplimiento legal, sino también una pérdida en términos ambientales y sociales.
El trabajo de control y fiscalización constituye, entonces, una herramienta indispensable para frenar las intervenciones no autorizadas y preservar el patrimonio natural. La continuidad de estas acciones es fundamental para evitar que se repitan prácticas que atentan contra los objetivos de conservación de las reservas.
Controles que se extienden en el tiempo
El Ministerio de Ecología destacó que lo constatado corresponde únicamente a un sector específico de la reserva, lo que abre la necesidad de reforzar las recorridas en el resto de la superficie. La extensión total de la Reserva Alejandro Orloff obliga a sostener controles sistemáticos, dado que su tamaño y la dispersión en tres sectores hacen más compleja la tarea de fiscalización.
Las imágenes satelitales, que fueron clave en la detección de las áreas intervenidas, seguirán siendo una herramienta fundamental para anticipar posibles infracciones. Al mismo tiempo, los operativos en terreno continuarán en los próximos meses, consolidando una estrategia que combina tecnología y presencia física en el territorio.
La continuidad de los controles busca garantizar no solo la detección de infracciones, sino también la prevención. Al tomar contacto directo con los vecinos y comunicar las sanciones previstas por la ley, se apunta a generar mayor conciencia sobre la importancia de conservar los bosques nativos.
Una tarea que involucra a la comunidad
El vínculo con los habitantes cercanos a la reserva resulta central en este tipo de operativos. Informar, advertir y notificar permite no solo encauzar conductas en el presente, sino también prevenir nuevas infracciones en el futuro. El contacto con la comunidad constituye una instancia pedagógica y de concientización que fortalece las políticas de conservación.
La participación ciudadana, a través del respeto a la normativa y el compromiso con el entorno natural, se convierte en un complemento necesario para la acción del Estado. En este sentido, la notificación a los vecinos de la zona fue un paso clave dentro del operativo realizado en la Reserva Alejandro Orloff.
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