Desde la década de 1960 hasta la actualidad, se han registrado 21 fenómenos ENOS (El Niño-Oscilación del Sur) durante la primavera en Argentina. Estas extensas estadísticas permiten arrojar luz sobre cómo se comporta el clima en nuestro país bajo las condiciones de El Niño.
En términos generales, las primaveras bajo la influencia de El Niño suelen estar marcadas por un aumento en la frecuencia y la intensidad de las precipitaciones en gran parte del centro-este y norte argentino. Sin embargo, ninguna región siente este impacto con tanta fuerza como la provincia de Misiones, Corrientes y el norte de Santa Fe.
Estas son las provincias que históricamente han estado más vinculadas al fenómeno de El Niño en Argentina. De hecho, de las 10 primaveras más lluviosas registradas en esta región, 7 de ellas coincidieron con años en los que El Niño hizo sentir su presencia de manera significativa.
Estas estadísticas son un claro indicativo de las implicancias que tiene El Niño en las precipitaciones de la región. El aumento de las lluvias generalmente se traduce en temporadas donde se incrementa el riesgo de inundaciones, crecidas de ríos y tormentas intensas, entre otros impactos.
Pero el fenómeno de El Niño no solo afecta a Misiones y sus provincias vecinas. En otras regiones de Argentina, se observan diferentes consecuencias climáticas. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, el sur del Litoral y el noroeste de la Patagonia, las primaveras bajo la influencia de El Niño también suelen ser más lluviosas de lo normal.
Sin embargo, un panorama completamente opuesto se presenta en el oeste de la Pampa Húmeda, donde las primaveras con El Niño suelen estar marcadas por lluvias inferiores a las normales. Esta disparidad en los patrones climáticos en diferentes regiones del país durante este evento subraya la importancia de comprender y anticipar estos fenómenos para tomar medidas adecuadas de prevención y adaptación.
¿Qué impactos tiene en el clima de Argentina?
Según el informe mensual del Servicio Meteorológico Nacional, publicado el viernes 1° de septiembre de 2023, las condiciones de El Niño se han establecido oficialmente en Argentina. Este fenómeno se caracteriza por el calentamiento anómalo de las aguas del océano Pacífico y sus efectos pueden tener un alcance global, impactando de manera diferente según la región y la temporada del año.
El fenómeno El Niño, también conocido como ENOS, se manifiesta con una periodicidad de entre 2 y 7 años y tiene un profundo impacto en el clima. Según el informe, se han observado signos claros de su presencia en las últimas semanas, incluyendo el aumento de la temperatura del océano Pacífico y el debilitamiento de los vientos alisios en esa región, lo que indica que la atmósfera se está acoplando al océano.
Para el trimestre septiembre-octubre-noviembre de 2023, los pronósticos indican que hay un 99% de probabilidad de que las condiciones de El Niño persistan en Argentina. Esto no es algo nuevo para el país, ya que desde la década de 1960 se han registrado 21 fenómenos ENOS durante la primavera, lo que proporciona una base sólida para entender cómo afecta este evento al clima argentino.
Uno de los impactos más notorios de El Niño en Argentina es el aumento de la frecuencia e intensidad de las precipitaciones en gran parte del centro-este y norte del país.
Estas lluvias intensas también conllevan riesgos, como inundaciones, crecidas de ríos y tormentas intensas, que deben ser monitoreados y gestionados de cerca por las autoridades competentes.
En contraste, otras regiones de Argentina experimentarán un panorama climático diferente. En el caso del oeste de la Pampa Húmeda, las primaveras bajo la influencia de El Niño suelen traer lluvias por debajo de lo normal, lo que puede tener consecuencias en la agricultura y otros sectores.
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— Valor Ambiental (@ValorAmbiental1) September 1, 2023