Una compañía alemana planea extraer más de 300 toneladas de desechos plásticos de ríos asiáticos hasta finales de 2022. Los ríos contaminados son más fáciles de limpiar que la basura que ya está en los océanos. Las barreras flotantes destinadas a contener la basura de plástico pueden construirse en el lugar con medios sencillos.
Así también se crean puestos de trabajo para los habitantes, que «pescan» el plástico de esas represas, los empaquetan en fardos y luego los incineran en instalaciones térmicas. De los 75 empleos que crea actualmente esta empresa emergente alemana, según datos propios, solo dos de ellos están asentados en Alemania.
La quinta revolución industrial
La pesca del plástico es financiada por empresas y organizaciones que quieren invertir en ella su presupuesto para sostenibilidad. Una de las patrocinadoras es Knipex, líder mundial en la fabricación de tenazas para diferentes oficios e industrias. En su fábrica de Wuppertal, se producen más de 65.000 tenazas por día. Plastic Fischer extrae de las aguas, para Knipex, la cantidad de plástico que esta última necesita para su producción anual de mangos para tenazas y envoltorios, según el acuerdo al que llegaron ambas.
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Knipex, una empresa familiar de Wuppertal, y la colonesa Plastic Fischer se unieron gracias a la iniciativa Circular Valley. Esta, fundada a comienzos de 2021, creó rápidamente una amplia red de grupos empresarios, así como medianas empresas y start-ups, con el objetivo común de la economía circular. Wuppertal se convertirá así en un centro mundial para terminar con el derroche de la economía actual.
¿Por qué Wuppertal?
En el valle del río Wupper se fundó Bayer, la corporación de productos químicos más antigua del mundo. Del barrio de Barmen, en Wuppertal, nació Friedrich Engels, coautor del Manifiesto Comunista, y tanto la industria papelera como la textil, así como la fabricación de herramientas, se originaron en esa región, el Condado del Monte (Bergisches Land).
Con universidades, institutos de investigación, empresas industriales de todos los sectores y, entre ellos, pioneros del reciclaje alemanes como Remondis y DSD (Duales System Deutschland), el área está bien preparada, opina el asesor empresarial Carsten Gerhardt, iniciador de Circular Valley.
Un acelerador de soluciones circulares
Pero la iniciativa no se limita a esta región del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, sino que se extiende también a los valles de los ríos Rin y Ruhr. Recientemente se unió también la región belga de Flandes. Cerca de 70 empresas alemanas de renombre, como Bayer, Evonik, Knipex y Vorwerk, así como otros 30 socios de los ámbitos científico y social, también se adhirieron. Y 470 empresas emergentes de todo el mundo ya se postularon para formar parte del programa. «Estamos muy bien conectados a nivel internacional», aseguró Gerhardt.
Reducir el embalaje es solo el comienzo
60 emergentes de Vietnam, Ecuador, Nigeria, Uganda, Zimbabue, Líbano, India, Letonia, Suiza, Alemania y otros países presentaron hasta ahora en Wuppertal sus estrategias de economía circular para diversas áreas. Las empresas producen baldosas de escombros de construcción, o un símil de cuero a base de vegetales, reciclan ruedas de automóviles, optimizan la separación de residuos o simplifican el reciclaje de materiales a través de una documentación detallada.
Los ejemplos demuestran que la economía circular comprende más que solo reducir o eximir de embalaje a los productos. «Hablamos demasiado sobre detalles como las pajitas de plástico», dice Carsten Gerhard, «pero deberíamos ocuparnos más de los temas de gran impacto, como el CO2, el agua y los materiales de construcción».
Los candidatos reciben mentores y aprenden lo necesario sobre propiedad intelectual, mercadeo y planes de negocio, para desarrollar sus ideas con ayuda de los institutos de investigación que participan en Circular Valley. Lo más importante: establecer contactos con empresas ya establecidas.
Polverde, de Brasil, por ejemplo, elabora un plástico resistente de restos de textiles sintéticos y busca clientes en la industria automovilística. Gescol, de Colombia, fabrica material de construcción a partir de viejas suelas de zapatos. La francesa ROSI Solar busca un terreno en la región para construir una fábrica de silicio de alta pureza y de plata, provenientes de módulos fotovoltaicos desechados. Sin embargo, explica Gerhardt, el objetivo es que las tecnologías y modelos de negocio se aprovechen allí donde más se necesitan. Los desechos electrónicos también son parte de eso.
Fuente: DW
La Unión Europea propone impulsar el reciclaje y la reutilización de envases para reducir los residuoshttps://t.co/jb6eL4hGbr
— Valor Ambiental (@ValorAmbiental1) December 2, 2022