Después de transitar tres eclipses en el año, dos de Luna, incluido el más largo del siglo, y un eclipse de Sol anular, diciembre cerró con el último eclipse solar del año, que fue visible para el polo sur del planeta.
Así, el día interminable durante el verano austral en la Antártida más profunda, se vio interrumpido en la madrugada de este sábado por algo más de una hora de oscuridad provocada por un eclipse total de sol.
A las 7:00 GMT, la Luna comenzó a ocultar la esfera del Sol, para alcanzar la totalidad -momento de absoluto ocultamiento de la esfera de la estrella- a las 7:33 GMT, por un minuto y 54 segundos en el punto de máxima duración la sombra de la Luna proyectada sobre la Tierra hizo la noche en medio del continente helado.
El eclipse terminó a las 08H06 GMT tras una hora y seis minutos desde su comienzo.
A partir de las 7.00 GMT de este sábado la Luna se interpuso ante el Sol y proyectó una sombra sobre la Tierra hasta llegar al eclipse solar total, cuando las tres esferas quedaron alineadas en recta, un fenómeno que pudo ser visto en su plenitud desde la Antártida.
El continente blanco fue el único y privilegiado lugar del mundo donde, en algunas de sus zonas, pudo verse este eclipse total de forma completa, mientras que en otras zonas del planeta se experimentó un eclipse solar parcial.
Al menos cinco equipos de científicos de distintas partes del mundo se instalaron a 1.000 kilómetros del polo sur para observar este hito astronómico
El único punto de visualización internacional en las profundidades de la Antártida fue base Glaciar Unión, a 1.000 km al norte del Polo Sur.
En ese lugar, científicos estadounidenses, la NASA, investigadores chilenos y algunos turistas -que han pagado 40.000 dólares por el viaje a una empresa de turismo extremo- fueron los únicos testigos en todo el planeta que observen el eclipse total en directo.
La base, inaugurada por Chile en 2014, apenas cuenta con unas carpas o tiendas de campaña en medio de un desierto helado a -15 grados celsius, rodeado por los montes Elsword que evitan la llegada de los extremos vientos que recorren el interior del territorio antártico.
“Esta base es la única que está sobre el camino de la sombra del eclipse, no hay otro emplazamiento previo dentro de la Antártica que esté en el camino de oscuridad total. Hay un trayecto que pasa sobre el mar, donde entiendo hay planes para observar desde barcos, pero luego su trayecto cubrirá las grandes capas de hielo del continente”, afirmó Patricio Rojo, doctor en astrofísica y líder de uno de los equipos de investigación de la Universidad de Chile que viajó a la Antártida.
Los científicos de la USACH apostados en ese lugar buscaron durante el eclipse analizar los cambios abruptos que ocurren solamente durante este fenómeno astronómico.
El académico de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), Raúl Cordero, explicó que el objetivo era medir cómo la oscuridad absoluta a lo largo de la franja de totalidad genera o no cambios en las proporciones de ozono, ya que este compuesto químico es un importante parámetro en esta zona, donde el agujero en la capa de ozono es más notable que en cualquier otra parte del planeta. La oscuridad o el descenso repentino en las temperaturas son elementos de esta “perturbación” provocada por la sombra de la Luna proyectada en la superficie terrestre que solo se pueden medir durante los eclipses.
El último eclipse que se pudo ver desde la Antártida ocurrió el 23 de noviembre de 2003 y ya no se podrá ver otro hasta 2039.
El último eclipse solar del año completo
Así será el eclipse solar del 4 de diciembre que oscurecerá el día durante dos minutoshttps://t.co/kGkZATBW85
— misionesonline.net (@misionesonline) November 27, 2021