En el marco de las acciones de prevención de delitos contra la biodiversidad, guardaparques del Grupo de Operaciones en Selva (GOS), Zona Centro, dependientes del Ministerio de Ecología y recursos Naturales Renovables de Misiones, llevaron adelante un megaoperativo de alta complejidad en la Reserva de Biosfera Yabotí, uno de los territorios más extensos y estratégicos para la conservación en la provincia.
La operación, que se extendió durante cinco días, tuvo como resultado el desmantelamiento de campamentos furtivos, el secuestro de armas de fuego y cartuchos, la incautación de siete motocicletas provenientes de Brasil, la neutralización de trampas y cebaderos artificiales, así como la destrucción de embarcaciones de madera utilizadas para el traslado ilegal de personas y productos de la caza furtiva. Además, dos hombres de nacionalidad brasileña fueron demorados por los guardaparques mientras realizaban actividades ilícitas dentro de la reserva.
Desarrollo del operativo
El procedimiento se llevó a cabo entre el 8 y el 12 de agosto y se desplegó sobre la Ruta Costera 2, en el límite con Brasil, una zona de gran valor ecológico y, a la vez, de alta presión por parte de redes de caza y pesca ilegales.
El operativo contó con tres vehículos 4×4 para el traslado del personal y los elementos de control, y la participación de 11 integrantes del grupo especial del GOS. Durante esos días, los guardaparques recorrieron grandes extensiones de selva, zonas ribereñas y caminos secundarios para detectar indicios de actividad furtiva.
Uno de los momentos más relevantes de la intervención se produjo cuando el equipo sorprendió a dos ciudadanos brasileños que portaban un arma de fuego mientras realizaban caza furtiva en el área protegida. En el acto, se procedió al secuestro del arma y de cartuchos calibre 36 milímetro, material cuya tenencia y uso en el lugar es ilegal. Los hombres fueron demorados y puestos a disposición de las autoridades correspondientes.

Descubrimiento de accesos ilegales
Durante las patrullas, los guardaparques detectaron varios trillos —senderos angostos abiertos en la vegetación— utilizados para el ingreso ilegal al territorio argentino desde Brasil.
En distintos puntos estratégicos, ocultas entre la vegetación, fueron halladas siete motocicletas con procedencia brasileña. De acuerdo con lo constatado en el operativo, estos vehículos eran empleados para desplazarse dentro de la selva acortando distancias y para transportar piezas obtenidas de la caza furtiva hacia las rutas o puntos de cruce fronterizo. Todas las motocicletas fueron incautadas.

Destrucción de campamentos y estructuras ilegales
En el curso de las tareas de control, el personal del GOS destruyó tres campamentos de cazadores. Estos sitios suelen estar equipados con elementos básicos para la permanencia prolongada en la selva, facilitando la acción de los grupos furtivos.
También se desmantelaron siete cebaderos artificiales y diez sobrados, estructuras utilizadas para atraer y cazar animales silvestres. Se procedió además a la destrucción de dos embarcaciones de madera, utilizadas como medio de transporte fluvial para el ingreso o salida del área protegida.
Dentro de los campamentos, los guardaparques incautaron 100 metros de redes destinadas a la captura ilegal de fauna, y neutralizaron trampas diseñadas para capturar animales de gran porte. Entre ellas, se encontraron dos trampas paqueras de hierro, conocidas por su alta peligrosidad y su capacidad de infligir daños severos a la fauna silvestre.

Tecnología en cebaderos
Uno de los hallazgos más llamativos fue la constatación del uso de tecnología en cebaderos artificiales. Se detectaron dispositivos electrónicos diseñados para racionar maíz o sal, utilizados como atrayentes para determinadas especies. Este tipo de equipamiento aumenta la eficiencia de la caza furtiva al concentrar animales en puntos específicos, facilitando su captura.
Varios de estos dispositivos fueron inutilizados durante el operativo para impedir su reutilización.
Importancia del operativo
Este tipo de acciones son esenciales para frenar el accionar de organizaciones criminales que operan en la región y que representan una amenaza directa para la biodiversidad de Misiones.
La Reserva de Biosfera Yabotí es un área de altísima riqueza biológica y parte fundamental del corredor de conservación del Bosque Atlántico. Allí habitan especies en peligro de extinción y de alto valor ecológico, por lo que la presencia de cazadores furtivos, redes de transporte y estructuras ilegales constituye un riesgo crítico para el ecosistema.
El despliegue del GOS, con su logística especializada y su conocimiento del terreno, permitió neutralizar múltiples focos de actividad ilegal de manera simultánea, lo que incrementa el impacto positivo del operativo.

Alcance territorial
La Ruta Costera 2, donde se desarrolló gran parte del procedimiento, recorre sectores de selva en contacto directo con el río Uruguay y marca un tramo clave de la frontera entre Argentina y Brasil. Esta ubicación geográfica convierte al área en un punto vulnerable frente al ingreso de personas y bienes de manera ilegal.
Los trillos detectados durante el operativo evidencian la existencia de rutas no oficiales utilizadas para sortear los controles y trasladar piezas de caza o recursos naturales extraídos de forma ilícita.
Riesgos de la caza furtiva
Aunque el operativo no incluyó un relevamiento biológico, la actividad de caza furtiva en zonas como la Reserva de Biosfera Yabotí afecta directamente a especies protegidas y a los equilibrios ecológicos. El uso de cebaderos y trampas es especialmente nocivo porque altera el comportamiento natural de los animales, interrumpe ciclos reproductivos y puede provocar daños físicos graves a la fauna.
Las trampas paqueras, por ejemplo, están diseñadas para capturar animales de gran tamaño, como ciervos o tapires, y generan sufrimiento prolongado antes de la muerte del animal. Las redes y sobrados, por su parte, se utilizan para capturas masivas o para emboscadas en puntos de paso obligados.
Coordinación interinstitucional
Si bien la ejecución estuvo a cargo del Grupo de Operaciones en Selva, dependiente del Ministerio de Ecología, este tipo de operativos requiere una planificación detallada y coordinación con otras áreas para el manejo de detenidos, el transporte de elementos incautados y la disposición final de los materiales destruidos.
Continuidad de las acciones
El procedimiento realizado entre el 8 y el 12 de agosto no representa una acción aislada, sino parte de un esfuerzo sostenido de patrullaje y control en zonas críticas de la provincia. La magnitud de lo incautado y destruido en esta ocasión refleja tanto la presión que ejerce la actividad furtiva sobre la reserva como la capacidad de respuesta del personal especializado.
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