Esta semana marca el inicio de la Conferencia de las Partes (COP28) en Dubai, Emiratos Árabes Unidos (EAU), uno de los principales productores de petróleo del mundo y un país cuya postura frente a los combustibles fósiles se contrapone a la urgencia de abandonarlos para combatir el cambio climático. El evento se llevará a cabo desde el jueves 30 de noviembre hasta el 12 de diciembre.
La COP28, bajo el lema «Unir, actuar y cumplir», busca avanzar en estrategias para mitigar el cambio climático y adaptarse a sus consecuencias. Sin embargo, el anfitrión, EAU, presenta un conflicto de intereses evidente, siendo uno de los impulsores clave de la producción de combustibles fósiles.
El ministro de Industria emiratí, Sultan Ahmed al Jaber, presidente de la COP28, también dirige Adnoc, la empresa petrolera y gasística estatal de EAU, lo que destaca la creciente influencia del lobby de los combustibles fósiles en la conferencia.
A pesar de los esfuerzos internacionales y los compromisos asumidos en la COP21 de París en 2015, el Primer Balance Global señala que los objetivos de limitar el aumento de la temperatura global no se han cumplido. Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en 2023, las emisiones de gases de efecto invernadero y la temperatura mundial alcanzaron máximos históricos.
El informe destaca que se necesitan transformaciones significativas para reducir las emisiones contaminantes y cumplir con los objetivos establecidos. La COP28 estableció cuatro prioridades, incluida la aceleración de la transición energética y la reducción de emisiones antes de 2030, así como el cumplimiento de antiguas promesas y la creación de un nuevo acuerdo en finanzas.
América Latina y el Caribe, siendo la segunda región más afectada por el cambio climático, buscará presionar a los países desarrollados para que cumplan su promesa de aportar 100.000 millones de dólares anuales para la acción climática en los países en desarrollo.
El encuentro reunirá a más de 70.000 personas en Expo City Dubai hasta el 12 de diciembre, con la presencia esperada de líderes mundiales, incluido el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la destacada participación del papa Francisco, quien señaló la amenaza climática como un peligro que pone en riesgo la vida en la tierra y anunció su intervención en la COP28.