En el barrio Aero Club de Posadas, Ricardo Aguirre formó un merendero y ayuda a los chicos más vulnerables, además de enseñarle métodos de reciclaje, huertas sustentables y reproducción de plantines. El proyecto del horno ecológico lo presentó en la última edición del Parlamento Estudiantil Misionero Internacional 2022 y también lo llevó a diferentes comunidades Mbyá guaraníes de la provincia.
Ricardo Aguirre tiene 38 años y vive en el Barrio Aero Club de la ciudad de Posadas. En su vivienda funciona un merendero que el mismo formó y que recibe a más de 30 chicos del barrio dos veces a la semana. Además de ofrecerle la merienda, los chicos participan de talleres para aprender sobre compostaje para fertilizantes lombricompuestos, cuidado de huertas y reproducción de plantines.
El merendero funciona gracias a un «Horno Ecológico», proyecto que diseñó junto a compañeros y fue presentado en el Parlamento Estudiantil Misionero Internacional 2022. Para solventar los gastos de las facturas, pancucas y otros alimentos que cocina, vende fertilizantes 100% orgánicos, que debido a su técnica se denomina «lixiviado de lombriz». Puede utilizarse en todo tipo de plantas, huertas y arboles.
Respecto del horno destacó: «Presentamos el horno ecológico que venimos trabajando hace varios años, una forma de trabajar sustentablemente, porque se quema poca leña, se hace más producción de panificados y ayuda para que cada merendero y comedor tenga una herramienta para trabajar», comentó Ricardo.
Asimismo, resaltó que «el horno es muy sencillo, lleva 250 ladrillos, un tambor que se recicla. La parte de abajo, tiene un orificio, para la leña, ya que con poca leña se puede cocinar bien». El mismo tiene una forma cuadrada para que se pueda trabajar con bandejas más grandes, y así obtener más producción.
El «Merendero Nano» del barrio Aero Club
«Acá funciona el Merendero Nano, que es de la municipalidad de Posadas. Para hacerlo realidad nosotros tuvimos varios talleres de panificados. Acá se hace merienda 2 veces por semana, los miércoles y sábado. El horno se utiliza mucho para ese fin, para los chicos», contó.
Por otro lado, comentó que en total son «aproximadamente entre 30 y 35 chicos del barrio» y que la idea principal es que los más chicos puedan tener esta posibilidad de comer.
La comunidad Mbyá Yvitu Porá
«El primer horno surgió justamente en el año 2019 en la comunidad Ivytu Porá que está en Puerto Rico, allí se hizo el primer horno ecológico. Después lo trajimos a Posadas. Hace tres meses estuvimos en la comunidad de Ruiz de Montoya y ahí hicimos otro horno para la comunidad Ivytu Porá, liderada por la cacique, Juanita González», contó Ricardo.
Con frecuencia, Ricardo realiza visitas a la comunidad y ayuda en lo que puede. También adquiere nuevos conocimientos que son transmitidos en las charlas y talleres que da en la capital misionera.
El jardinero y tallerista también conformó el primer grupo que culminó sus estudios secundarios a través del programa «Aprender es Posible» que era acompañado por la Agencia Universitaria. «Fue un gran logro llegar a esto. Le recomiendo a todos los compañeros que terminen su secundaria, para activar la mente, y ahí poder estudiar otras carreras», destacó.
Enseñar jugando
Además de enseñar a los chicos del merendero, Ricardo hace visita a diferentes escuelas y colegios de Posadas. Allí le brinda un breve taller sobre compostaje cuidado de huertas y reproducción de plantines. En ocasiones hasta producen huertas escolares.
«Tenemos un modelo para poder enseñarle a los chicos a usar lo reciclado. Enseñamos sencillamente a los chicos como pueden autoabastecerse con el método de compostaje y armar ellos sus propios compostarios», añadió.
En tanto agregó que es fundamental que los más pequeños comiencen desde chicos a trabajar este tipo de métodos. «Le enseñamos de forma fácil a los chicos como pueden reciclar y utilizar la materia orgánica que tienen disponible en sus hogares».
Los alumnos y niños reciben con agrado este contenido y Ricardo comentó que en muchas ocasiones le envían fotos de sus trabajos. «Hacemos concursos y le damos premios, se prestan mucho y tienen muchas ganas de participar», agregó.
Por último, fue claro y dijo: «El fin es inculcarle el trabajo con la naturaleza y enseñarle técnicas de la agroecología, brindarle la posibilidad de que aprendan a usar los recursos naturales. Que dejen de quemar la basura y la puedan reciclar y usarla para compost, generando el recurso natural que es el abono», cerró Ricardo.
