A poco más de un mes de la relocalización de la yaguareté “Pará” junto a sus cachorros, el monitoreo del grupo mantiene un rol fundamental para evaluar su evolución en el nuevo entorno y acompañar el proceso de adaptación a la vida silvestre. Este período resulta determinante, ya que la hembra necesita asentarse de manera adecuada en el ambiente natural para criar a sus crías en condiciones favorables. La traslocación se llevó adelante como una medida excepcional frente a una situación crítica que ponía en riesgo la vida de la madre y de los cachorros, luego de constatar que las alternativas de manejo previamente exploradas no habían dado resultado. Ante este escenario, el traslado controlado del grupo familiar hacia un área más segura se consolidó como la única opción viable para garantizar su supervivencia.