El monte misionero guarda en su espesura infinidad de secretos. Algunos tan evidentes como un rugido lejano, otros tan discretos como una red subterránea que conecta árboles, recicla materia y sostiene la vida. Este mundo invisible, esencial y a menudo ignorado, tuvo su merecido protagonismo en una jornada abierta al público en la Casa de la Cultura de Montecarlo. Bajo un título provocador y pedagógico —Cómo identificar un hongo sin morir en el intento—, se presentó una guía práctica que busca acercar a la comunidad al asombroso reino de los hongos.