En la recta final para el inicio del Mundial de Qatar 2022, la discusión sobre su impacto ambiental volvió a tomar relevancia ya que si bien desde la FIFA se anunció que esta edición del torneo de fútbol más importante del planeta sería la primera «carbono neutral», organizaciones socioambientales aseguraron que las metas «no son creíbles» y acusaron a los organizadores de hacer «greenwashing», es decir una suerte de «ecoblanqueo» como parte una acción de marketing sin sustento ambiental.
A partir de la discusión por el cambio climático, la FIFA presentó un documento llamado «Sustainability Strategy», en el que la organización global del fútbol se comprometió a «ofrecer una Copa Mundial totalmente neutra en carbono, donde el objetivo es establecer un punto de referencia para la gestión ambiental».
Según el organismo comandado por Gianni Infantino, se hicieron edificios sustentables ya que los estadios, campos de entrenamiento y la infraestructura de transporte «están diseñados y construidos de acuerdo con los estándares de construcción sostenible», según explicaron en su sitio web.
Con respecto a las emisiones de gases de efecto invernadero, se aclaró que el «objetivo es compensar todas las emisiones, mientras se avanza en soluciones bajas en carbono en Qatar y la región».
Otras de las medidas es el monitoreo de la calidad del aire para conocer las fuentes de contaminación y mitigarlas, mientras que en los estadios se implementarán prácticas de gestión de residuos para garantizar la separación, clasificación y almacenamiento adecuados.
También se buscará reutilizar el agua siempre que sea posible, mientras que controles inteligentes evitarán el uso excesivo de este recurso en las instalaciones.
«Un elemento central de nuestra estrategia conjunta es el compromiso de demostrar responsabilidad en la gestión de la sustentabilidad más allá de nuestras operaciones directas», aseguró Fatma Samoura, la secretaria general de la FIFA.
A partir de estas afirmaciones sobre el impacto ambiental del Mundial de parte de la asociación que regula las federaciones de fútbol del planeta, surgieron cuestionamientos de varias organizaciones contra la «publicidad engañosa» sobre cómo compensa la huella de carbono del evento.
«Es un ´greenwashing´ y nada más. Hoy la discusión climática alcanzó tal importancia que todo el mundo quiere estar adentro. Dicen que va a ser un mundial carbono neutral para quedar bien pero el torneo es un evento muy intensivo en carbono», aseguró a Télam Marina Aizen, integrante de Periodistas por el Planeta.
La activista indicó que «el Mundial va a ser un catalizador de emisiones que empeorarán el cambio climático» y dijo que «no alcanza con compensar, hay que dejar de emitir».
«La construcción de los estadios requirió mucha energía proveniente del petróleo y además van a poner aire acondicionado en todos los estadios, que gasta muchísima energía», explicó.
Organismos especializados en el tema como Carbon Market Watch cuestionaron la contabilidad de emisiones que están haciendo la FIFA y Qatar y aseguraron que «no están basadas en ningún mecanismo probado o científico».
«Nuestra investigación revela que los cálculos utilizados para hacer que el evento parezca neutro en carbono ignoran algunas de las principales fuentes de emisiones, y los créditos que se están comprando actualmente para compensarlos tienen un bajo nivel de integridad ambiental, lo que significa que es poco probable que beneficien al clima», afirmó la organización Carbon Market Watch.
En tanto, otro de los ejes que destacaron desde la FIFA es que plantarán aproximadamente 16.000 árboles y 679.000 arbustos, con la consecuencia de beneficio climático por la absorción natural de dióxido de carbono durante el crecimiento de la planta.
Y remarcaron que será la edición «más compacta» de la Copa del Mundo ya que la distancia máxima de viaje entre estadios es de solo 75 km, por lo que se eliminan los vuelos nacionales durante el torneo.
Asimismo, se fomentará el uso del transporte público para los visitantes, que con el Fan-ID y la entrada al partido serán gratuitos desde y hacia los estadios de las ciudades anfitrionas.
Pero del lado de los ambientalistas, en una carta abierta a la FIFA, firmada por jugadores como el sueco Elin Landström del AS Roma y organizaciones deportivas como el Union Berlin, se denunció que «las afirmaciones de neutralidad de carbono hechas por la FIFA con respecto a la Copa del Mundo en Qatar son engañosas, carecen de integridad y se basan en cálculos de contabilidad de carbono profundamente defectuosos y mecanismos de compensación cuestionables».
«El debate por el cambio climático es clave en nuestro tiempo, compensar es algo que está no probado. No podés compensar sólo plantando árboles, hay que reducir las emisiones. Seguimos en una ruta suicida y peligrosa, como lo dijo hace unos días el secretario general de la ONU (António Guterres) hacia un ‘infierno climático’. Las postulaciones climáticas serían eficaces si se vieran reflejadas», concluyó Aizen.