El pasado sábado 1 de noviembre se llevó adelante un operativo de control y verificación forestal en Campo Ramón, en el área del arroyo Bonito. La acción estuvo a cargo de inspectores forestales del Ministerio de Ecologia y Recursos Naturales Renovables, en conjunto con efectivos de la Dirección de Medio Ambiente y Delitos Rurales de la Policía de Misiones. La presencia de equipos técnicos y fuerzas de seguridad respondió a una solicitud ciudadana que daba cuenta de posibles actividades de corte de madera en diferentes lotes del sector. Como ocurre en este tipo de intervenciones, el objetivo principal fue constatar en terreno la situación, verificar el cumplimiento de las normativas vigentes y despejar dudas sobre cualquier actividad que pudiera representar una amenaza para los recursos naturales.
La zona rural de Campo Ramón, caracterizada por su matriz de usos mixtos del suelo, combina áreas de bosque nativo, chacras productivas, potreros y ambientes ribereños asociados a cursos de agua como el arroyo Bonito. Se trata de un territorio donde la convivencia entre actividades humanas, producción familiar y conservación genera un equilibrio dinámico que requiere vigilancia permanente. Por ello, el rol preventivo y de control del Estado resulta fundamental para garantizar que las acciones humanas se desarrollen dentro de los marcos legales, protegiendo el patrimonio natural que constituye un valor central para la provincia.
Desde el inicio del operativo, los inspectores y efectivos policiales se abocaron a recorrer los sectores señalados en la denuncia. Como ocurre habitualmente en este tipo de operativos, el contacto con la comunidad local fue una pieza clave del procedimiento. Los vecinos constituyen un canal de alerta fundamental para la detección de situaciones irregulares y, al mismo tiempo, son fuente de información relevante para entender las dinámicas cotidianas del territorio. En esta oportunidad, las personas entrevistadas señalaron que en el área existía un potrero y que los ruidos escuchados recientemente podrían estar relacionados con tareas habituales vinculadas al mantenimiento del alambrado o la limpieza del perímetro, actividades frecuentes en zonas rurales.

El intercambio con los residentes aportó contexto para comprender los indicios preliminares y permitió orientar el recorrido hacia los sitios donde se presume que se habrían escuchado las herramientas. Una vez en el lugar, los agentes detectaron evidencias de corte en varas de renovales de especies nativas, es decir, ejemplares jóvenes pertenecientes al bosque natural que habían sido removidos. Las extracciones habían sido realizadas con motosierra, instrumento que deja rastros característicos en los cortes del material vegetal. El área intervenida se localizaba en el borde de un potrero, lo que coincide con la información previamente aportada por los vecinos.
El hallazgo permitió confirmar que efectivamente se habían llevado a cabo tareas forestales en el sitio. Sin embargo, la inspección detallada y el tipo de intervención observada resultaron determinantes para la evaluación final de los agentes. Las extracciones eran selectivas, una práctica que consiste en la remoción de ejemplares individuales sin implicar el despeje total del área ni la eliminación de grandes superficies de bosque. Este tipo de acción, focalizada y de pequeña escala, puede estar vinculada a trabajos de mantenimiento, delimitación de perímetros o manejo de vegetación en zonas productivas, especialmente cuando se trata de bordes o áreas linderas a potreros.
Durante la recorrida no se encontró a ninguna persona realizando tareas forestales en el lugar. La ausencia de responsables presentes en el sitio impidió avanzar en medidas administrativas como el labrado de actas de constatación. Los inspectores procedieron entonces a registrar la situación y verificar el grado de afectación vegetal, constatando que no se trataba de una extracción masiva ni de una remoción significativa de masa boscosa. Debido a ello, y en el marco de sus competencias, no se emitieron sanciones en esta fase del operativo.
Más allá de la situación puntual detectada, el operativo reafirmó la importancia del monitoreo continuo sobre las áreas forestales de Misiones. La provincia cuenta con sistemas de control satelital que permiten observar y registrar variaciones en la cobertura boscosa. Estas herramientas tecnológicas representan un componente estratégico para la gestión ambiental, ya que facilitan la identificación temprana de posibles desmontes y el seguimiento del estado de conservación de los ecosistemas. Sin embargo, los controles remotos presentan limitaciones cuando se trata de intervenciones mínimas o extracciones selectivas, las cuales, debido a su escala reducida, pueden pasar inadvertidas en las imágenes satelitales.
Precisamente, el caso registrado en Campo Ramón evidencia la complementariedad entre la tecnología de monitoreo y el trabajo de campo. Mientras que las herramientas digitales permiten un esquema de vigilancia permanente a gran escala, la presencia en territorio sigue siendo indispensable para verificar situaciones específicas y recoger información que los sistemas remotos no siempre capturan. La actuación conjunta entre personal técnico e integrantes de fuerzas de seguridad garantiza además un abordaje integral que contempla tanto el componente ambiental como el cumplimiento normativo.
La intervención también subraya el rol de la ciudadanía como aliada en la protección de los recursos naturales. La denuncia que dio origen al operativo surgió de la inquietud de quienes habitan el área y perciben cambios o situaciones que despiertan sospechas. Este tipo de colaboración fortalece el control social y potencia la capacidad de respuesta de las autoridades, ya que permite priorizar zonas y dirigir inspecciones a lugares específicos donde se registran indicios de acciones irregulares o alteraciones del entorno.
El relevamiento realizado también pone en evidencia el desafío que implica controlar intervenciones pequeñas pero dispersas. Aunque no se trate de desmontes de gran escala, las extracciones puntuales, si son frecuentes o masivas en distintos sectores, pueden acumular efectos sobre la estructura del bosque y su capacidad de regeneración. En este sentido, la vigilancia territorial busca no solo evitar grandes impactos, sino también prevenir procesos graduales de degradación. Cada recorrida, cada entrevista con vecinos, cada verificación técnica contribuye a mantener el equilibrio necesario entre producción y conservación.
Por otro lado, la ausencia de personas en el lugar y la imposibilidad de identificar responsables plantea una realidad común en zonas rurales donde los trabajos pueden desarrollarse en horarios variables o en franjas breves de tiempo. La capacidad de respuesta ante estos casos no se limita a la aplicación de sanciones, sino que incluye la documentación de la situación, la generación de alertas internas y el fortalecimiento de la presencia institucional para disuadir acciones futuras que pudieran afectar el entorno natural.
Este episodio sirve también para remarcar la importancia de la normativa vigente que regula el manejo del bosque nativo y las actividades forestales. Las reglas establecen un marco claro sobre lo que está permitido y lo que requiere autorización, pero su eficacia depende de la fiscalización activa y de la cooperación social. La prevención, en este sentido, resulta tanto o más relevante que la sanción, ya que evitar una afectación siempre es preferible a intervenir después del daño.
El Ministerio de Ecología continúa sosteniendo un esquema de trabajo que combina herramientas tecnológicas, intervención territorial, coordinación interinstitucional y participación ciudadana. Este enfoque permite abordar las situaciones con mayor precisión y asegurar que los recursos naturales se gestionen de manera responsable. La presencia en terreno no solo actúa como mecanismo de control, sino también como señal de compromiso estatal con la protección de los ambientes naturales y con la escucha activa de las comunidades rurales.
En definitiva, el operativo en el arroyo Bonito se desarrolló dentro del marco previsto para este tipo de intervenciones: atención a denuncias, verificación en campo, contacto con residentes, constatación técnica y actuación conforme a la situación encontrada. La detección de cortes selectivos en renovales, la ausencia de responsables en el momento de la inspección y la escala mínima de la intervención determinaron que no se labraran actas, pero el procedimiento cumplió su función preventiva y de resguardo. La vigilancia permanente, la cooperación vecinal y la actuación conjunta entre organismos siguen siendo pilares para resguardar el bosque nativo y asegurar el equilibrio entre uso del territorio y conservación ambiental en Misiones.
Tal vez te interese leer: https://valorambiental.com.ar/eficiencia-energetica-2/





