martes, julio 15, 2025
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Jornada ambiental en Salto Encantado: restauran el arroyo Carro Cué con alumnos y guardaparques

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En la localidad misionera de Salto Encantado, una jornada de restauración ambiental volvió a reunir a actores clave en el cuidado de los recursos naturales. Esta vez, la actividad se centró en las márgenes del arroyo Carro Cué, donde se desarrolló una acción concreta de reforestación con participación de estudiantes, técnicos ambientales, cooperativistas y referentes de instituciones públicas. En el corazón de la cuenca del Cuña Pirú, un grupo de alumnos de nivel primario se sumó a una iniciativa que trasciende lo simbólico y se inscribe en un proceso más amplio de educación, compromiso social y recuperación de ecosistemas locales.

Restaurar para cuidar el agua

El arroyo Carro Cué no es un curso de agua más para los habitantes de Salto Encantado: forma parte del sistema hídrico que abastece de agua potable al municipio y a otras zonas aledañas. En ese contexto, sus márgenes cumplen un rol fundamental en la regulación hídrica, la calidad del agua y la protección contra la erosión. El proceso de restauración llevado adelante se vincula directamente con la salud del ecosistema y con la sostenibilidad de los servicios ambientales que este curso de agua provee.

La recuperación de áreas degradadas a través de la reforestación con especies nativas representa una de las estrategias más efectivas y replicables en el corto y mediano plazo. En esta ocasión, se plantaron 50 ejemplares de árboles que no sólo aportarán sombra y belleza natural en los próximos años, sino que también contribuirán activamente a la protección del suelo y a la regeneración del hábitat para fauna y flora autóctonas.

Jornada ambiental en Salto Encantado: restauran el arroyo Carro Cué con alumnos y guardaparques
Jornada ambiental en Salto Encantado: restauran el arroyo Carro Cué con alumnos y guardaparques

Participación institucional y trabajo articulado

La jornada fue resultado de una articulación entre distintas instituciones que confluyeron en un mismo objetivo: proteger la cuenca del arroyo y generar conciencia ambiental desde edades tempranas. Entre los organismos convocantes participaron el equipo de guardaparques del Parque Provincial Salto Encantado, personal de la cooperativa local Copasel, técnicos del INTA, integrantes del Comité de Cuencas de los arroyos Cuña Pirú y Alegre, representantes de la Dirección de Turismo municipal y docentes de la Escuela N.º 319, que aportaron a través del taller de Ambiente.

Esta articulación interinstitucional no es un hecho aislado: responde a una lógica de gestión integrada del territorio, donde cada actor tiene un rol específico y complementario. En este caso, se sumaron saberes técnicos, experiencia comunitaria y vocación educativa para diseñar y ejecutar una acción conjunta que dejó aprendizajes en todos los niveles.

Jornada ambiental en Salto Encantado: restauran el arroyo Carro Cué con alumnos y guardaparques
Jornada ambiental en Salto Encantado: restauran el arroyo Carro Cué con alumnos y guardaparques

Los guardaparques, con su experiencia en el monitoreo del área protegida cercana, aportaron el enfoque conservacionista necesario para encuadrar la intervención dentro del contexto ecológico más amplio. La cooperativa, por su parte, aportó desde su conocimiento del funcionamiento del sistema de captación de agua y la necesidad de preservar su entorno. El INTA ofreció asistencia técnica en cuanto a selección de especies y manejo de plantaciones. La escuela, en tanto, brindó el marco pedagógico que permitió conectar la actividad con el proceso formativo de los estudiantes.

Educación ambiental en acción

Uno de los aspectos más significativos de la jornada fue la participación activa de alumnos de 4º a 7º grado, quienes fueron protagonistas en todas las etapas de la actividad. Lejos de limitarse a una experiencia pasiva o simbólica, los estudiantes participaron de una instancia de formación previa, en la que abordaron la importancia de los árboles en la oxigenación del aire, la conservación del suelo, el ciclo hidrológico y la biodiversidad.

El trabajo de campo posterior les permitió trasladar esos conceptos a una experiencia concreta. Cada grupo participó en la plantación de ejemplares, aprendiendo a reconocer las especies utilizadas, a preparar el terreno, a regar adecuadamente y a observar el entorno con otros ojos. Esta experiencia directa con el ambiente es uno de los pilares fundamentales de la educación ambiental significativa, que no se limita al aula ni a contenidos teóricos, sino que se apoya en el contacto real con los territorios y sus problemáticas.

Jornada ambiental en Salto Encantado: restauran el arroyo Carro Cué con alumnos y guardaparques
Jornada ambiental en Salto Encantado: restauran el arroyo Carro Cué con alumnos y guardaparques

Especies elegidas: un aporte a la biodiversidad local

Las especies arbóreas seleccionadas para la plantación fueron en su mayoría nativas: lapacho negro, cañafístola, timbó y guaporoití. Se incluyó también el lapachillo, especie introducida en esta zona, aunque habitual en plantaciones ornamentales. Todas ellas cumplen un rol ecológico relevante: son especies adaptadas al suelo y clima locales, requieren bajo mantenimiento, generan sombra, producen flores atractivas para polinizadores y frutos que alimentan aves y otros animales.

La elección de estas especies tiene un valor doble. Por un lado, permite recuperar parte del paisaje original y generar corredores biológicos que favorecen la conectividad entre fragmentos de vegetación. Por otro, contribuye a revalorizar el conocimiento sobre la flora autóctona, muchas veces desplazada por especies exóticas o por la deforestación.

Plantaciones como la realizada en esta jornada no sólo tienen un efecto visual positivo, sino que funcionan como “parches” que, con el tiempo, pueden convertirse en núcleos de regeneración forestal. En el contexto de la provincia de Misiones —una de las más biodiversas del país pero también afectada por la fragmentación del bosque Atlántico— estas acciones suman al proceso de restauración ecológica en escala local y regional.

Jornada ambiental en Salto Encantado: restauran el arroyo Carro Cué con alumnos y guardaparques
Jornada ambiental en Salto Encantado: restauran el arroyo Carro Cué con alumnos y guardaparques

Cuencas hidrográficas: territorios vivos que hay que proteger

La cuenca del Cuña Pirú, en la que se inserta el arroyo Carro Cué, es una unidad territorial clave. Como todas las cuencas hidrográficas, constituye un sistema dinámico donde el agua, el suelo, la vegetación, la fauna y la actividad humana están interrelacionados. Cualquier alteración en una parte del sistema tiene efectos en el resto, lo que hace necesario un abordaje integral.

Las prácticas de uso del suelo en las cuencas altas impactan directamente en la calidad y cantidad de agua en las zonas bajas. En ese sentido, la plantación de árboles en las márgenes de los cursos de agua es una medida estratégica para evitar procesos de erosión, sedimentación y pérdida de fertilidad. A largo plazo, la cobertura vegetal también ayuda a estabilizar los microclimas locales y a reducir el riesgo de eventos extremos, como crecidas o sequías prolongadas.

Además de su valor ambiental, las cuencas son territorios habitados, productivos y culturales. En este caso, la cuenca del Cuña Pirú aloja comunidades rurales, escuelas, emprendimientos turísticos y áreas protegidas, como el Parque Provincial Salto Encantado. Cuidarla es también cuidar los modos de vida y el patrimonio natural de toda una región.

Compromiso comunitario y continuidad

Una de las claves del éxito de este tipo de jornadas está en el involucramiento de la comunidad local. La participación activa de instituciones, estudiantes y técnicos es fundamental no sólo para ejecutar la plantación, sino para garantizar su mantenimiento y seguimiento. Los árboles plantados necesitan cuidados durante los primeros años: riego, control de malezas, protección contra animales, entre otros. Ese seguimiento solo es posible si hay un compromiso real de los actores que habitan el territorio.

En este caso, la actividad se enmarca en un proceso sostenido que ya ha tenido otras instancias en años anteriores, lo que permite consolidar una red de colaboración que no se agota en una jornada puntual. La educación ambiental, la gestión de cuencas, la conservación de especies nativas y el desarrollo sostenible no son objetivos que puedan alcanzarse de forma aislada ni inmediata. Requieren constancia, planificación y voluntad política y comunitaria.

Restauración ecológica como política pública

La actividad desarrollada en Salto Encantado es también un reflejo de una política pública más amplia orientada a la restauración de ecosistemas degradados en Misiones. En los últimos años, se ha intensificado la articulación entre organismos provinciales, municipales, educativos y científicos para implementar acciones de reforestación, monitoreo ambiental y educación participativa.

Este enfoque busca responder a los desafíos que plantea la pérdida de biodiversidad, el cambio climático, la presión sobre los recursos naturales y la expansión de la frontera urbana y agropecuaria. Al priorizar las especies nativas, fomentar la participación ciudadana y vincular la restauración con el cuidado del agua, estas políticas contribuyen a un modelo de desarrollo más equilibrado.

En este marco, el rol de los parques provinciales como centros de conservación y educación ambiental se vuelve estratégico. Espacios como el Parque Salto Encantado no sólo preservan una porción valiosa del ecosistema, sino que funcionan como plataformas para irradiar conocimientos y prácticas sostenibles hacia las comunidades vecinas.

Hacia una cultura del cuidado

Más allá del valor ambiental y educativo de la jornada, su mayor impacto quizás esté en el plano simbólico y cultural. Plantar un árbol es, en muchos sentidos, un gesto de esperanza: implica pensar en el futuro, en lo que vendrá, en lo que crecerá si se lo cuida. Para los chicos y chicas que participaron, cada ejemplar plantado será un recordatorio tangible de su vínculo con el entorno y de su capacidad para transformarlo positivamente.

Fomentar una cultura del cuidado implica promover valores como la responsabilidad, el respeto por la naturaleza, la cooperación y la paciencia. También significa reconocer que cada territorio tiene su propia historia ecológica, social y cultural, y que la sostenibilidad no puede lograrse sin participación activa de sus habitantes.

Jornada ambiental en Salto Encantado: restauran el arroyo Carro Cué con alumnos y guardaparques
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Un modelo replicable

La jornada de restauración del arroyo Carro Cué deja varias enseñanzas que pueden ser útiles para otras comunidades. Entre ellas, destaca la importancia de la articulación interinstitucional, la integración de saberes técnicos y comunitarios, la educación ambiental desde edades tempranas, el enfoque en cuencas hidrográficas como unidad de intervención y la elección de especies nativas adaptadas al entorno.

Este modelo puede y debe replicarse en otros puntos de la provincia y del país, adaptándolo a cada realidad. Frente a los desafíos ambientales actuales, es necesario multiplicar las experiencias que combinan conocimiento, acción y compromiso. Porque cuidar los ríos, los bosques y la biodiversidad no es una tarea exclusiva de los expertos: es una responsabilidad colectiva que empieza con pequeños gestos y se fortalece con el trabajo conjunto.

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