
Un reciente estudio de la Universidad de Washington, el Laboratorio Nacional de Los Alamos y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), señala que el mar de Beaufort, el depósito de agua dulce más grande del Ártico, amenaza con desestabilizarse y verter sus cada vez más abundantes aguas hacia el océano Atlántico, afectando así a un patrón de circulación crítico.