Google se propuso operar con energía libre de carbono las 24 horas del día en todos sus centros de datos para 2030. Este objetivo refleja su liderazgo en sostenibilidad y su apuesta por la innovación tecnológica, convirtiéndose en un referente dentro de la industria tecnológica global. Sin embargo, en los últimos años, la compañía ha enfrentado dificultades debido al crecimiento exponencial del consumo eléctrico, impulsado por la expansión de sus centros de datos y el auge de la inteligencia artificial. Por lo tanto, el reto consiste en equilibrar su expansión tecnológica con la necesidad de reducir su impacto ambiental, un desafío que involucra múltiples dimensiones: técnica, económica y social.
En consecuencia, el objetivo de Google no solo se trata de un compromiso ambiental, sino también de una prueba de capacidad para integrar innovación tecnológica con sostenibilidad, mostrando al mundo que es posible mantener el liderazgo en el sector digital sin comprometer la salud del planeta.
El aumento del consumo eléctrico
El consumo eléctrico de Google ha crecido de manera significativa en los últimos años, fenómeno directamente relacionado con la ampliación de sus centros de datos. Estos espacios son fundamentales para mantener servicios esenciales como búsquedas en línea, correo electrónico, herramientas colaborativas y aplicaciones basadas en inteligencia artificial. En este sentido, cada nuevo centro de datos representa un aumento sustancial de la demanda de electricidad, lo que complica la transición hacia fuentes de energía completamente limpias.
Asimismo, la meta de Google exige que la energía renovable utilizada sea generada y consumida de manera simultánea. Esto significa que la compañía no puede depender de compensaciones o créditos de energía que no reflejen el uso real en el momento del consumo. Por lo tanto, garantizar suministro continuo de electricidad limpia en múltiples ubicaciones geográficas se convierte en un desafío tecnológico y logístico de gran complejidad.
Además, el aumento del consumo no solo responde a la infraestructura física de los centros de datos, sino también al incremento de servicios digitales globales y a la adopción masiva de inteligencia artificial, que requiere procesamiento intensivo de datos y almacenamiento masivo, lo que incrementa de manera directa la presión sobre la red eléctrica.
La situación actual frente a la meta de 2030
Entre 2020 y 2023, la proporción de energía libre de carbono utilizada en los centros de datos de Google apenas varió, pasando del 67% al 66%. Por lo tanto, aunque la compañía logró evitar retrocesos en un contexto de crecimiento exponencial, esto evidencia que la transición hacia la operación totalmente libre de carbono avanza lentamente.
En otras palabras, mantener la proporción de energía limpia mientras crece la demanda eléctrica se ha convertido en un desafío de gran magnitud. De hecho, el estancamiento indica que las soluciones tradicionales basadas únicamente en energías renovables no son suficientes para satisfacer la demanda que genera la expansión tecnológica y la inteligencia artificial.
Por consiguiente, Google ha buscado soluciones complementarias para cerrar la brecha entre consumo eléctrico y disponibilidad de energía libre de carbono. Estas incluyen la captura y almacenamiento de carbono, así como la reactivación de plantas nucleares, medidas que buscan compensar el incremento de consumo energético generado por la inteligencia artificial y los servicios digitales.
Nuevos acuerdos energéticos
Proyecto de captura y almacenamiento de carbono en Illinois
Google acordó adquirir la mayor parte de la electricidad de una planta de gas natural en Illinois que incorporará tecnología de captura y almacenamiento de carbono capaz de retener el 90% de las emisiones de dióxido de carbono. Sin embargo, esta iniciativa ha generado críticas, ya que algunos expertos consideran que la tecnología de captura de carbono puede prolongar la vida útil de infraestructuras fósiles y no elimina por completo las emisiones de gases de efecto invernadero ni otros contaminantes.
La elección de la ubicación de la planta respondió a criterios técnicos y geológicos, puesto que el sitio cuenta con un pozo de Clase VI apto para almacenamiento permanente de carbono. Esto permite que la instalación funcione a gran escala, demostrando la viabilidad tecnológica de capturar carbono de manera efectiva.
Por lo tanto, la iniciativa ofrece una solución intermedia: por un lado, permite reducir emisiones de plantas de gas natural existentes; por otro, plantea un debate sobre si estas soluciones pueden considerarse verdaderamente sostenibles a largo plazo. Además, representa un ejemplo de cómo Google busca combinar innovación tecnológica con mitigación de impacto ambiental, enfrentando las limitaciones de espacio y geología que impiden adaptar otras plantas existentes.
Reapertura de la central nuclear Duane Arnold en Iowa
Paralelamente, Google anunció su colaboración con NextEra Energy para reabrir la central nuclear Duane Arnold, clausurada anteriormente y programada para reiniciar operaciones en 2029. La energía nuclear se considera estratégica porque no genera emisiones directas de dióxido de carbono durante su operación, aunque enfrenta retos regulatorios, técnicos y de gestión de residuos.
La reactivación de plantas nucleares cerradas, como Duane Arnold, representa una oportunidad para incrementar la producción de electricidad limpia a partir de infraestructura existente, acelerando el cumplimiento de los objetivos ambientales. De este modo, la compañía combina eficiencia, reducción de costos y aprovechamiento de infraestructura, evitando la necesidad de construir nuevas plantas nucleares desde cero.
Además, Google ha destacado otros esfuerzos de reactivación de centrales, como la de Palisades en Michigan, demostrando un enfoque pragmático para aumentar la generación de energía libre de carbono y contribuyendo a la estabilidad energética de sus operaciones a largo plazo.

Críticas y desafíos de las soluciones adoptadas
No obstante, estas soluciones no están exentas de controversia. Por un lado, la captura y almacenamiento de carbono puede prolongar el uso de combustibles fósiles, limitando la transición hacia energías completamente renovables. Por otro lado, la energía nuclear enfrenta obstáculos regulatorios, altos costos y riesgos asociados a la gestión de residuos y la seguridad de las instalaciones.
Por lo tanto, Google se encuentra ante un dilema central: necesita soluciones inmediatas y efectivas para aumentar el uso de energía limpia, pero muchas de las alternativas existentes generan debates sobre sostenibilidad y riesgos ambientales. Aun así, la compañía considera que estas opciones representan caminos viables para acercarse a la meta de 2030, especialmente frente al aumento sostenido de la demanda eléctrica impulsada por inteligencia artificial.
El dilema energético y la inteligencia artificial
El crecimiento de la inteligencia artificial ha duplicado la demanda eléctrica de los centros de datos, aumentando la presión sobre la infraestructura energética de Google. Por lo tanto, la empresa debe mantener su liderazgo en sostenibilidad al tiempo que garantiza la expansión de servicios digitales y modelos de IA cada vez más potentes.
En este contexto, los proyectos de captura de carbono y reactivación nuclear surgen como alternativas estratégicas. Sin embargo, el desafío consiste en demostrar que estas soluciones son efectivas y seguras, sin perpetuar el uso de combustibles fósiles ni generar nuevos riesgos ambientales. Por lo tanto, la compañía se encuentra en la necesidad de innovar continuamente, integrando tecnología y sostenibilidad de manera equilibrada.
Compromiso y perspectivas futuras
A pesar de las dificultades, Google mantiene su compromiso con la sostenibilidad. Operar con energía libre de carbono las 24 horas sigue siendo un objetivo ambicioso, pero la empresa considera que avanzar en esa dirección es la única manera de acercarse a la meta establecida.
De este modo, el éxito dependerá de la implementación efectiva de acuerdos energéticos, del seguimiento de proyectos de captura de carbono y de la reactivación nuclear, así como de la capacidad de adaptarse a un mercado tecnológico en constante evolución. Los próximos años serán decisivos para determinar si estas iniciativas son suficientes para lograr la operación 100% libre de carbono o si será necesario explorar alternativas adicionales.
Implicaciones para la industria tecnológica
El caso de Google refleja los desafíos que enfrenta toda la industria tecnológica ante el crecimiento de la demanda eléctrica impulsado por inteligencia artificial y servicios digitales. Las empresas deben integrar estrategias de energía limpia desde el diseño de sus operaciones, anticipando el consumo futuro y evaluando los impactos ambientales de cada decisión tecnológica.
En este sentido, Google actúa como un referente, mostrando que el liderazgo tecnológico requiere una planificación energética responsable. La combinación de innovación, eficiencia y sostenibilidad es fundamental para garantizar que el avance tecnológico no comprometa la salud ambiental del planeta.
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