El 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, una oportunidad para reflexionar sobre el impacto de las acciones en el planeta y fomentar un cambio cultural hacia un desarrollo sostenible. Esta fecha tiene sus raíces en la Declaración de Estocolmo de 1972, durante la Conferencia sobre el Medioambiente Humano de las Naciones Unidas, donde se destacó la importancia de la educación ambiental como herramienta esencial para enfrentar los desafíos globales. Posteriormente, en 1975, la Carta de Belgrado proporcionó un marco integral con objetivos y principios clave para su implementación.
En Argentina, la Ley 27.621 de Educación Ambiental Integral representa un avance importante al incluir esta temática de forma transversal en el sistema educativo. Sin embargo, garantizar su implementación efectiva y expandir su alcance sigue siendo un desafío. La Fundación Vida Silvestre Argentina, con más de 40 años de trayectoria, refuerza su compromiso con esta causa, ofreciendo herramientas y recursos diseñados para empoderar a docentes, estudiantes y multiplicadores ambientales.
Educación ambiental: la base de un cambio cultural
“La educación ambiental no solo sensibiliza sobre los desafíos que enfrentamos, sino que brinda las herramientas necesarias para construir un futuro en armonía con la naturaleza”, comentó Martín Font, director de comunicación y educación ambiental de Fundación Vida Silvestre Argentina. Según Font, esta transformación cultural requiere un consumo responsable de los recursos naturales y un compromiso colectivo para revertir el daño ambiental causado por décadas de sobreexplotación.
Vida Silvestre impulsa esta misión mediante su plataforma donde se encuentran recursos educativos gratuitos. Estos incluyen cuadernillos sobre las ecorregiones argentinas, actividades prácticas y herramientas para fomentar la ciencia ciudadana, como la aplicación ArgentiNat, que combina tecnología y aprendizaje para explorar la biodiversidad local.
Acciones concretas para un impacto colectivo
La Fundación hace un llamado a la acción, destacando la importancia de pequeños pasos que generen un cambio significativo:
- Conocer para cuidar: materiales como los cuadernillos sobre la Antártida, el Gran Chaco o la Selva Misionera permiten descubrir las riquezas naturales de Argentina y valorarlas.
- Crear conciencia: Producir y compartir contenido sobre sostenibilidad inspira a otros a unirse al esfuerzo colectivo.
- Promover el consumo responsable: Reducir el uso de plásticos descartables, combatir el desperdicio de alimentos y optar por alternativas sostenibles son algunas de las acciones propuestas, respaldadas por un cuadernillo específico disponible en su web.
- Fomentar el pensamiento crítico: Documentales como «Yaguareté, la última frontera» y «Chaco Gualamba, la última oportunidad» invitan a reflexionar sobre los desafíos ambientales y el rol de la fauna silvestre en los ecosistemas.
Un compromiso para el futuro
La Fundación Vida Silvestre subraya que el cambio cultural debe ser integral y abarcar a toda la sociedad. En palabras de Martín Font: “Hoy consumimos un 70% más de los recursos naturales que el planeta puede proveer. Revertir esta tendencia es urgente. Necesitamos soluciones integrales que involucren a todos los actores del sistema educativo formal y no formal”.
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