En medio de la crisis económica que vivió Argentina en 2001, Alfredo Santa Cruz, oriundo de Puerto Iguazú, se destacó no solo por su capacidad de reinventarse, sino también por su compromiso social y su visión única que lo hizo salir adelante. De enfrentar una situación económica compleja pasó a desarrollar una idea innovadora a partir del reciclaje y hoy comparte sus conocimientos con el mundo.
Alfredo, es un misionero, emprendedor y electricista, que comenzó recolectando botellas, cartones y diferentes recursos en basurales, para salir de la crisis y hoy inspira a otros a seguir su camino.
La crisis del 2001 fue un período desafiante en la historia de Argentina, donde miles de familias quedaron sin empleo y sin sustento. Sin embargo, en medio de la incertidumbre, personas como Alfredo vieron la oportunidad de hacer una diferencia.
En ese momento crítico, ideó un proyecto especial que se convertiría en un símbolo de innovación y sostenibilidad: la Casa Ecológica de Botellas, un lugar que hoy es un referente del turismo sustentable que ofrece Puerto Iguazú.
Esta construcción única no solo aborda la necesidad de viviendas asequibles, sino que también contribuye a la preservación del medio ambiente al reutilizar botellas de plástico como materia prima principal.
«La característica más interesante es que son súper económica, son casas térmicas, acústas. Lo que más se gasta en mano de obra ya que la materia prima son botellas de plástico que podemos recolectar tranquilamente en la calle o haciendo campaña en las propias escuelas», contó el emprendedor.
Pero la visión de Alfredo va más allá de la construcción de casas, ya que extendió su impacto a través de proyectos como viveros destinados al cultivo bajo cubierta. Estos viveros brindan oportunidades de aprendizaje a la comunidad y promueven la agricultura sostenible. Un ejemplo destacado es el vivero construido en la ciudad de Córdoba, que fue declarado de Interés Municipal. En la entrevista, Alfredo comparte su experiencia: «Hace dos meses y medio atrás estuvimos en la ciudad de Córdoba, invitado por una escuela semi privada donde se hizo un vivero para que los niños aprendan a hacer cultivo bajo cubierta».
Este proyecto demuestra que la visión de Alfredo no se limita a la construcción de viviendas, sino que abarca la creación de oportunidades y el fomento de prácticas sostenibles en diferentes ámbitos.
Recientemente, fue invitado a disertar en la Expo Solar Colombia. El evento tenía como objetivo promover el uso de energías solares, un tema que se alinea perfectamente con la visión de sostenibilidad de Alfredo: «Realmente una gran felicidad poder compartirles esto porque fuimos invitados a un encuentro sumamente importante a nivel internacional, que es un evento que se hace todos los años en la ciudad de Medellín donde se busca promocionar y promover el uso de energías solares».
En ese sentido destacó la importancia de la energía solar en la construcción de viviendas sustentables, especialmente para comunidades que carecen de acceso a servicios básicos como la electricidad. «Nuestra idea es llevarles esta propuesta de que se puede salir de esa situación contando con lo que hay», remarcó sobre el enfoque que lleva a diferentes países.
El reconocimiento internacional de su trabajo es un testimonio de la importancia de su labor y de la inspiración que brinda a otros en todo el mundo. La visión de este misionero va más allá de las casas de botellas; es un mensaje de esperanza y empoderamiento a nivel global.
Alfredo Santa Cruz es un defensor apasionado de la economía circular, un concepto que promueve la reutilización y el reciclaje de materiales para reducir el desperdicio. A partir de esto promueve no solo una idea que beneficia al medioambiente, sino que además brinda una solución a aquellas personas que están en situación de extrema vulnerabilidad.