El reciente informe anual sobre el estado del clima publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) encendió alarmas en todo el mundo, confirmando que el año pasado marcó un hito en la historia climática: fue el año más cálido desde que existen registros.
Los datos revelados por la OMM subrayan un panorama desolador de extremos climáticos y eventos sin precedentes que transformaron la vida cotidiana de millones de personas y generado pérdidas económicas valuadas en miles de millones de dólares.
Según el informe, el aumento de la temperatura media mundial cerca de la superficie se situó en 1,45 °C por encima de los niveles preindustriales, lo que convierte a 2023 en el año más caluroso registrado hasta la fecha. Además, el reporte señala que este calentamiento es parte de una tendencia más amplia, ya que el último decenio también se clasificó como el más cálido registrado en la historia.
La secretaria General de la OMM, la científica argentina Celeste Saulo, advirtió que los indicadores de cambio climático alcanzaron niveles sin precedentes, con impactos devastadores en todo el planeta. Los récords de calor oceánico, aumento del nivel del mar, pérdida de hielo marino antártico y retroceso de los glaciares son algunas de las señales evidentes de esta crisis climática.
El informe detalla cómo las olas de calor interminables, las lluvias extremas, las crecidas, las sequías, los incendios forestales y la rápida intensificación de los ciclones tropicales generaron caos en diversas regiones del mundo. Estos fenómenos climáticos extremos no solo alteraron los ecosistemas y los sistemas de alimentación vitales, sino que también desencadenaron desplazamientos masivos de población y un aumento significativo de la inseguridad alimentaria.
El impacto en América Latina y el Caribe no es menos devastador. El informe destaca cómo el año pasado la mayoría de las zonas terrestres fueron más cálidas que la media, con temperaturas inusualmente altas en México, América Central y amplias áreas de América del Sur. Además, se registraron eventos climáticos extremos como la sequía prolongada en el norte de Argentina y Uruguay, que afectaron gravemente la producción agrícola y la seguridad alimentaria en la región.
A pesar de este panorama desafiante, el informe también destaca un rayo de esperanza: el crecimiento significativo de la capacidad de generación de energía renovable en 2023, que representa un paso crucial hacia la descarbonización y la mitigación del cambio climático. Sin embargo, los científicos advierten que se necesita una acción urgente y coordinada a nivel global para enfrentar esta crisis, con inversiones masivas en financiación climática y un compromiso renovado con la sostenibilidad ambiental.
El informe de la OMM deja claro que el costo de la inacción climática es exorbitante y que el tiempo para actuar es ahora. Si no tomamos medidas decisivas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarnos a los impactos inevitables del cambio climático, enfrentaremos consecuencias aún más catastróficas en el futuro. La elección es clara: o actuamos ahora para proteger nuestro planeta y nuestras comunidades, o enfrentaremos un futuro marcado por el caos climático y el sufrimiento humano.