Del 1 al 4 de agosto de 2025 se llevará a cabo en todo el territorio argentino una nueva edición del Safari de Invierno, una iniciativa de ciencia ciudadana impulsada por la Fundación Vida Silvestre Argentina, que invita a observar, registrar y compartir la biodiversidad local utilizando la plataforma ArgentiNat, el nodo argentino de la red internacional iNaturalist. Se trata de una experiencia colectiva, libre y abierta a todo público, sin necesidad de conocimientos previos, que permite generar información útil sobre la flora y fauna que nos rodea y fortalecer el vínculo con la naturaleza, incluso en pleno invierno.
Durante cuatro días consecutivos, personas de todas las provincias podrán aportar sus observaciones de animales, plantas, hongos u otros organismos a través de fotografías o grabaciones de audio, simplemente usando un celular o una cámara y una cuenta en la plataforma digital. Estas observaciones deben estar georreferenciadas y se pueden realizar desde entornos naturales, rurales o urbanos: una reserva, una plaza, un patio, el balcón de un edificio o incluso una maceta con vida pueden ser espacios válidos para participar.
Esta propuesta forma parte de los Safaris de Vida Silvestre, una serie de encuentros estacionales lanzados en 2022 con el fin de generar un registro colectivo y creciente de la biodiversidad argentina a lo largo del año. Además del Safari de Invierno, se celebran versiones en verano, otoño y primavera, permitiendo así una mirada amplia sobre los ciclos y las transformaciones de la vida silvestre en distintas épocas.
En lo que va del año, los safaris realizados en los meses estivales y otoñales generaron más de 18.000 observaciones de cerca de 3.500 especies diferentes, con la participación de aproximadamente 1.300 personas. Estas cifras demuestran el alcance y la relevancia del proyecto como una herramienta participativa para el monitoreo y la conservación de la naturaleza en todas las regiones del país.
Una invitación abierta para todas las personas
El Safari de Invierno no requiere de experiencia previa ni formación académica. Su diseño accesible permite que cualquier persona interesada pueda contribuir al registro de la biodiversidad, ya sea de forma individual o en grupo. Esto hace que se sumen tanto naturalistas aficionados como estudiantes, docentes, vecinos y familias enteras que eligen pasar un rato al aire libre, atentos a los detalles del entorno.
La clave está en la observación: mirar con atención lo que ocurre a nuestro alrededor, identificar especies visibles, registrar comportamientos, colores, sonidos, movimientos. No es necesario conocer el nombre exacto de lo que se fotografía o graba: la propia comunidad de usuarios y expertos que participan en ArgentiNat ayuda luego en la identificación. Es, en ese sentido, una experiencia colectiva de aprendizaje y descubrimiento.
Se puede participar desde cualquier lugar del país, ya que no se trata de un evento centralizado. Desde grandes áreas naturales protegidas hasta pequeñas parcelas verdes en plena ciudad, cada rincón puede convertirse en un espacio de registro y exploración. El único requisito es que las observaciones se realicen dentro del período del evento, entre el 1 y el 4 de agosto inclusive, y que sean subidas a la plataforma acompañadas de una imagen o audio y una localización precisa.
Cómo registrar las observaciones
El proceso de participación es muy sencillo. Solo se necesita descargar la aplicación iNaturalist, disponible tanto para dispositivos Android como iOS, o ingresar directamente a la web de www.argentinat.org. Allí, los usuarios pueden crear una cuenta gratuita e iniciar el registro de sus hallazgos.
Cada entrada debe incluir:
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Una foto o grabación de sonido que permita identificar al organismo observado.
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La ubicación georreferenciada donde se detectó la especie (ya sea mediante GPS automático o ingresando manualmente).
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La fecha y hora en que se realizó la observación.
A partir de allí, el sistema asocia la información con el evento del Safari y se incorpora automáticamente al conjunto de observaciones del país. Quienes deseen profundizar su participación, también pueden crear proyectos propios dentro del Safari o sumarse a las actividades organizadas por instituciones educativas, organizaciones ambientales o clubes de observadores de la naturaleza.
Este tipo de iniciativas también tiene un impacto importante en el ámbito educativo, ya que muchas escuelas, universidades y centros de formación aprovechan la propuesta para articularla con contenidos curriculares vinculados a la biología, las ciencias naturales o la ecología. Así, el aprendizaje trasciende las aulas y se lleva al campo, al aire libre, favoreciendo experiencias significativas.
Ciencia ciudadana: conocer para conservar
El Safari de Invierno se enmarca en una tendencia creciente de participación activa de la sociedad en proyectos científicos y de conservación. A través de la ciencia ciudadana, las personas no solo acceden a datos y conocimientos, sino que también se convierten en generadoras de información valiosa. Esa democratización del conocimiento es una herramienta poderosa para el cuidado del ambiente.
Las observaciones subidas a ArgentiNat se integran a una base de datos de alcance internacional, ya que la plataforma forma parte de la red global iNaturalist, una de las más grandes del mundo en su tipo. Esto significa que cada aporte individual realizado desde Argentina también es potencialmente útil para investigadores, conservacionistas y planificadores en otros países. En conjunto, se conforma un mapa dinámico del estado y la evolución de la biodiversidad a escala global.
Además, los registros históricos generados por los usuarios permiten analizar cambios en la distribución geográfica de especies, detectar el avance de especies invasoras, monitorear los efectos del cambio climático o advertir la presencia de ejemplares en riesgo. Es decir, cada fotografía o grabación cargada tiene el potencial de convertirse en una pieza de información científica clave.
El valor de observar en invierno
Observar la biodiversidad en pleno invierno representa un desafío distinto al de otras estaciones. Las temperaturas más bajas, los días más cortos y la menor actividad de algunas especies no impiden que la naturaleza siga manifestándose. Al contrario, es una oportunidad para descubrir detalles sutiles que muchas veces pasan desapercibidos.
Durante esta estación, es más fácil ver algunas aves migratorias que llegan desde regiones cercanas, o detectar rastros y huellas en la tierra o la nieve. También se pueden observar hongos que prosperan en la humedad del suelo, insectos resistentes al frío, líquenes en los troncos, flores de invierno, o incluso comportamientos adaptativos de animales que buscan abrigo y alimento.
La observación en invierno invita a una mirada más detenida y contemplativa, y promueve la conexión con el entorno a pesar del clima. En este sentido, el Safari de Invierno se transforma en una excusa perfecta para salir a caminar, explorar y mirar con otros ojos aquello que damos por cotidiano.
Un evento, múltiples beneficios
El impacto del Safari de Invierno trasciende los días de duración del evento. El conocimiento generado, el entusiasmo de los participantes y la información recolectada quedan disponibles en la plataforma, permitiendo su análisis y consulta en cualquier momento. Además, fortalece una red de personas interesadas en la conservación, dispuestas a seguir participando en futuros eventos, actividades comunitarias o proyectos ambientales.
Por otro lado, el hecho de que sea una actividad libre, gratuita y descentralizada permite su replicación en todos los rincones del país, incluso en zonas donde el acceso a programas educativos o de investigación puede ser limitado. La tecnología digital, combinada con el compromiso ciudadano, genera un puente entre la ciencia y la sociedad, entre el conocimiento y la acción.
También tiene un efecto sensibilizador: al observar con atención el entorno, las personas suelen desarrollar una mayor conciencia ambiental, y con ello, actitudes más respetuosas hacia los ecosistemas y las especies con las que convivimos. En un contexto de creciente preocupación por la pérdida de biodiversidad y la crisis climática, este tipo de iniciativas cobran aún mayor relevancia.
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