La crisis de biodiversidad alcanzó niveles alarmantes. Informes recientes señalan que, en los últimos 50 años, las poblaciones de vertebrados silvestres han disminuido un promedio del 73% en todo el mundo, y América Latina fue la región más golpeada, con una pérdida del 95%. Esta preocupante situación ha movilizado a líderes globales, científicos y activistas para buscar soluciones.
En este contexto, la COP 16 sobre biodiversidad, que se lleva a cabo en Cali, Colombia, desde el 21 de octubre al 1 de noviembre, representa una oportunidad para acordar políticas y acciones que frenen la pérdida de biodiversidad a nivel mundial. Esta conferencia reúne a 196 partes, entre países y grupos de países, para debatir la implementación del Tratado de Kunming-Montreal, firmado en 2022, el cual establece metas claras para proteger al 30% de las áreas terrestres y marinas, reducir la contaminación y detener la extinción de especies amenazadas.
La conferencia se desarrolla bajo el lema «Paz con la naturaleza», un llamado a reconsiderar la relación entre la humanidad y el medio ambiente. Como lo expresó Susana Muhamad, ministra de Ambiente de Colombia: «Recuperar la convivencia armónica con el ambiente es clave para garantizar el bienestar de las comunidades y preservar los ecosistemas».
Uno de los principales desafíos que enfrentan los países en esta cumbre es el financiamiento necesario para cumplir con los objetivos establecidos. En la COP 15 de Montreal, se acordó un financiamiento de al menos 200.000 millones de dólares al año para 2030, pero hasta el momento solo se ha recaudado una fracción de esa cantidad. Además, los países en vías de desarrollo, como Argentina, insisten en que los países desarrollados deben asumir la mayor parte de los costos, en virtud de la responsabilidad común pero diferenciada.
La delegación argentina, encabezada por Corina Lehmann, directora de Asuntos Ambientales de la Cancillería, buscará avanzar en la consolidación de los indicadores para la implementación del Tratado de Kunming-Montreal y asegurar recursos financieros para cumplir con las metas establecidas. Además, Argentina deberá presentar su Estrategia Nacional de Biodiversidad y Planes de Acción, alineada con el marco mundial de biodiversidad.
El futuro de la biodiversidad está en juego, y el tiempo apremia. Lo que se acuerde en esta COP 16 podría marcar el rumbo de las acciones globales para detener la destrucción de los ecosistemas y garantizar un planeta habitable para las futuras generaciones.
