Millones de niños en nueve países en conflicto se enfrentan ahora mismo a un panorama desolador “sin agua y sin futuro”, advierten desde Unicef. Esta semana la organización internacional alertó de que los ataques a las instalaciones de agua y saneamiento que se están produciendo en zonas de guerra como Yemen, Palestina o Siria y ante esta realidad ponen en riesgo la vida de millones de niños.
“El conflicto armado, afecta a menores de cinco años que tienen 20 veces más probabilidades de morir por la falta de agua que por la violencia. Los ataques a la infraestructura y al personal son solo dos de las numerosas amenazas que afectan el acceso de los niños al agua y al saneamiento”, señalan en un informe de El Agora Diario español.
Explicaron que en muchos conflictos prolongados, los sistemas de agua y saneamiento no son solo un objetivo militar, sino que muchas veces simplemente se dejan sin desarrollar o en mal estado.
De hecho, en algunos casos, en estos países en conflicto ni siquiera existía un sistema adecuado de agua o saneamiento, por lo que la guerra simplemente agrava el problema.
“El acceso al agua es un medio de supervivencia que nunca debe utilizarse como táctica de guerra”, sostuvo en un comunicado el director de Programas de Emergencia de Unicef, Manuel Fontaine.
El informe internacional Water Under Fire Volumen 3: Ataques a los servicios de agua y saneamiento en conflictos armados y los impactos en los niños, centra su atención en nueve países en guerra de Oriente Medio, África, Asia y Europa donde se estima que casi 48 millones de personas, incluidos los niños, necesitan urgentemente servicios de agua potable y saneamiento. Lugares como Libia, Palestina, Ucrania o Yemen donde conflictos enquistados desde hace años amenazan seriamente las posibilidad de supervivencia de los miembros más vulnerables de la población civil: mujeres, ancianos y niños.
“Los ataques a la infraestructura de agua y saneamiento son ataques a niños. Cuando el flujo de agua se detiene, enfermedades como el cólera y la diarrea pueden propagarse como un incendio forestal, a menudo con consecuencias fatales. Los hospitales no pueden funcionar y las tasas de desnutrición y emaciación aumentan. Los niños y las familias a menudo se ven obligados a salir en busca de agua, lo que los expone, en particular a las niñas, a un mayor riesgo de sufrir daños y violencia”, explicó Fontaine.
Y es que, en los lugares que sufren un conflicto armado, los niños menores de cinco años tienen 20 veces más probabilidades de morir debido a enfermedades diarreicas que a la violencia. De hecho, la mayoría de los niños que crecen en estos contextos extremadamente inseguros y frágiles a menudo tienen una situación más de ocho veces peor en los indicadores de agua, saneamiento e higiene que los niños nacidos en ambientes estables y protegidos.
En este sentido, el informe de Unicef examina el inmenso impacto en los niños y las familias cuando la infraestructura de agua y saneamiento es atacada, dañada o destruida, controlada o restringida de otro modo en países asediados por conflictos armados. Además, destaca que el acceso de los niños al agua se encuentra amenazado en casi todas las emergencias relacionadas con conflictos a las que responde Unicef, que, solo en 2020 ha dirigido respuestas de emergencia en materia de agua, saneamiento e higiene en 120 países, llegando a 39 millones de personas con agua potable y a casi 7 millones con servicios de saneamiento.
Fuente: con información de Unicef y El Agora Diario