(*) Por Aníbal Blasco
Desde los grandes bloques políticos mundiales, las organizaciones globales y nuestra acción cotidiana se puede disminuir este tipo de desechos que afectan nuestro ambiente.
La Hora del Planeta 2021 de este sábado no solo buscó una acción puntual como la de apagar las luces una hora en el día, sino que nos moviliza a repensar nuestros hábitos. Las tres temáticas que América Latina ha elegido en ese evento para este año son: Biodiversidad, Cambio Climático y Contaminación Plástica. “El tema de biodiversidad es muy importante para la región porque en el último informe de WWF (World Wildlife Fund) reveló que más del 60% —y en América Latina cerca del 90%— de la población de animales y plantas están disminuyendo”, declaró Roberto Troya, Director Regional de América Latina y el Caribe del Fondo Mundial para la Naturaleza.
Los desechos plásticos a nivel mundial son un problema alarmante y uno de los principales problemas ambientales que enfrentan los gobiernos y las sociedades, ya que sufren los océanos, la biodiversidad y las personas. Por ejemplo, España recientemente ha aprobado el anteproyecto de Ley de residuos que, entre otros aspectos, prohíbe la venta de objetos de plástico de un solo uso a partir de julio de 2021. Dicho proyecto también incluye un nuevo impuesto indirecto a los envases de plástico que recaerá sobre la fabricación, importación o adquisición intracomunitaria de envases de plástico no reutilizables que vayan a ser objeto de uso en el mercado español.
Estas son algunas de las medidas con las que se pretende reducir el consumo de plásticos en España, país que se sumaría así a la lucha contra los residuos de este tipo que ya están llevando a cabo otros países de la Unión Europea.
Según datos de la asociación Plastics Europe, en 2018 en Asia se produjo algo más de la mitad de los plásticos del mundo (un 51%). China, responsable del 30% de la producción mundial de plásticos, fabricó 77 kg per cápita, mientras que el resto de Asia produjo alrededor de 68 kg.
Japón, que manufacturó el 4% del plástico mundial en 2018, tuvo una cuota per cápita especialmente alta, con 114 kg. Este país es el segundo con más residuos de envases de plástico per cápita en el mundo, por detrás de Estados Unidos, según la ONU.
Los países europeos y del TLCAN (Canadá, Estados Unidos y México) sólo fabricaron el 17% y el 18% del plástico mundial en 2018, respectivamente. Sin embargo, esto equivale a 111 kg por persona para la primera región y a 132 kg por persona para la segunda.
A medida que la producción mundial sigue aumentando y se vierten 8 millones de toneladas de plástico en los océanos cada año, muchos países están aprobando leyes para reducir esos desechos, como en el caso español mencionado.
La Fundación Vida Silvestre ofrece las siguientes cifras sobre la contaminación plástica:
Se espera que las emisiones totales de CO2 producto del ciclo de vida del plástico aumenten en un 50%, mientras que el aumento de CO2 proveniente de la incineración del plástico se triplicará para el 2030, debido a decisiones que aún no han conseguido una correcta gestión de residuos.
Ocho millones de toneladas de contaminación plástica terminan en el mar cada año. Es el equivalente a que un camión de basura vuelque su carga completa de plásticos por minuto al océano.
Otros 104 millones toneladas métricas de plástico están en riesgo de entrar a nuestros ecosistemas para el año 2030 si nuestro enfoque no se cambia drásticamente.
Desde el año 2000, el mundo ha producido la misma cantidad de plástico que en todos los años anteriores, de lo cual un tercio contamina a la naturaleza.
Se ha documentado que más de 270 especies han sufrido por el enredo, mientras más de 240 especies han ingerido plástico.
Si nos referimos al ámbito local, Misiones no es ajena a la problemática mundial, orgullosa de albergar el 52% de toda la biodiversidad del país y siendo la primera provincia de Latinoamérica en crear una Secretaría de Estado de Cambio Climático demuestra que hace de este problema global una política de Estado.
#PrimeroMisiones no es solo un slogan de campaña, es una demostración de visión y misión enfocada en la búsqueda continua de elevar la calidad de vida de los misioneros. Ahora, el privilegio de mantener nuestra biodiversidad y preservarla no puede estar solo a cargo de organismos estatales, sino que nos compromete a todos a repensar nuestros hábitos cotidianos, desde los más simples quizás, y es allí donde esta política pública tendrá su correlación con la sociedad que la compone.
El privilegio de pertenecer a una provincia que es vanguardia en materia de lucha contra el cambio climático no puede estar en contraste con una población que no disminuye el consumo per cápita de plásticos. Por ello, el aporte individual puede ser enorme con el solo hecho de modificar pequeñas conductas como utilizar bolsas de tela realizar las compras, reducir el uso de films en envasados de alimentos, reutilizar o depositar las botellas de plásticos en diferentes puntos de la ciudad, incluso hacer las famosas “botellas de amor”. El camino por recorrer es largo, romper con comodidades diarias y rápidas de desecharlo todo a la basura es un desafío que depende de cada uno, el orgullo es nuestro y la responsabilidad que conlleva también.
(*) Licenciado en Comercialización – Maestrando en Administración Estratégica de Negocios