Estos desechos, provenientes de hogares, tienen la capacidad de almacenar energía. Los experimentos han tenido resultados exitosos y el propósito es lograr su producción a gran escala.
Científicas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Unicen) están desarrollando baterías recargables a partir de residuos de yerba mate usados. A pesar de que muchas personas desechan estos residuos en la basura o en el suelo, en realidad son desechos orgánicos provenientes de hogares que tienen la capacidad de almacenar energía.
Los ensayos, realizados en España durante los meses de abril y junio con una beca otorgada por la Fundación Carolina y el Ministerio de Educación, fueron exitosos, y el objetivo es lograr su producción a gran escala en Argentina.
Florencia Jerez, ingeniera de Unicen, lidera este proyecto en el marco de su tesis doctoral iniciada en 2018. El enfoque era encontrar materiales de almacenamiento de energía, y durante la investigación surgió la idea de aprovechar los residuos vegetales regionales para producir carbones activados. Después de investigar las opciones más abundantes en el país, se llegó a la yerba mate, un material poco explorado en este contexto.
Aunque popularmente se les llama «pilas», en realidad se trata de supercapacitores, dispositivos de almacenamiento de energía que permiten una rápida carga y descarga de energía. Estos supercapacitores se emplean en dispositivos que necesitan un arranque potente, como teléfonos móviles, computadoras e incluso automóviles eléctricos.
La novedad es que estas científicas están utilizando residuos vegetales, como la yerba mate, el rastrojo de trigo y maíz, los restos de la industria medicinal del cannabis, el bagazo de la industria cervecera, la poda de olivo y el alperujo (subproducto de la extracción de aceite de oliva), en lugar de carbón activado obtenido de la quema de maderas o de árboles talados. Este enfoque es más amigable con el medio ambiente y evita la necesidad de nuevas plantaciones.
El equipo de investigación ya ha concluido la etapa de laboratorio con excelentes resultados y está buscando financiamiento para llevar a cabo la siguiente etapa: la producción a escala piloto. El objetivo final es reducir la dependencia de carbones activados importados y en su lugar aprovechar los residuos abundantes en Argentina, generando así empleo y conocimiento local mientras se minimiza el impacto ambiental.
Este avance no solo impulsa la tecnología de almacenamiento de energía, sino que también promueve la gestión sostenible de residuos y se alinea con el concepto de economía circular. Argentina, como principal productor y exportador de yerba mate, busca así dar un nuevo uso a sus recursos naturales y contribuir al desarrollo tecnológico y ambiental.
Agricultura regenerativa: una opción sostenible que aumenta la productividad y reduce costoshttps://t.co/4WHA3OhF3F
— Valor Ambiental (@ValorAmbiental1) August 11, 2023