Lucas Leone, representante de Asuntos Guaraníes, comentó que las comunidades nativas se suman al plan Restauración Ecológica para impulsar la recuperación del monte nativo. En ese sentido, especificó que ante la problemática de la degradación de los suelos se han perdido gran parte de monte, biodiversidad y materia prima.
Por eso explicó la importancia del sembrado de semillas de plantas nativas, creación de viveros y propagación, cuidado, en conjunto con la recolección de plantas nativas. Se estima que la recuperación de la zona degradada tardará 30 años aproximadamente.
La iniciativa surge a raíz de la problemática de la degradación de los suelos y la consiguiente pérdida de áreas boscosas en las comunidades Mbya Guaraní. «Hemos perdido monte dentro de las comunidades, que históricamente es su lugar de hábitat. Esto conlleva dos problemáticas: desde un punto de vista ecológico, se ha perdido biodiversidad; y, por otro lado, las comunidades han perdido su principal fuente de materia prima para las artesanías, que son su principal sustento económico», expresó Leone.
El plan de acción busca abordar esta situación a través de la creación de viveros en las comunidades afectadas, con el fin de cultivar plantines que serán utilizados para la posterior reforestación de las zonas degradadas. «Necesitamos solucionar, frenar esa degradación del suelo. Una vez que tengamos los plantines, vamos a empezar a trabajar en la reforestación de las áreas afectadas», explicó.
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Además, indicó que el proyecto también contempla una colaboración estratégica con la Asociación Civil Misiones Activa y el Instituto Nacional de la Semilla (INASE) para la obtención de semillas de árboles autóctonos y la preservación de la diversidad genética. En ese sentido, destacó la importancia de este enfoque. «Eso va a permitir no solo un valor agregado, sino también un ingreso económico para las comunidades, ya que podrán contar con su propio vivero y suministrar directamente las semillas y plantines».
La comunidad Mbya Guaraní de Tava Miri, San Ignacio, ha recibido con entusiasmo este proyecto de restauración ecológica. Leone compartió que el cacique Germán Acosta, «quedó encantado. Y él nos decía, no es tanto por él, sino por las futuras generaciones, el legado que le queda a las personas que están dentro de la comunidad, los pequeños».
Si bien comentó que el proceso de restauración y conservación de la biodiversidad es un trabajo a largo plazo, enfatizó la importancia de la perseverancia y la colaboración continua. «Necesitamos que el árbol se despliegue y que cada comunidad asuma la responsabilidad de cuidar sus propios viveros, recolectar las semillas, cultivar los plantines y realizar las plantaciones. Es un trabajo para rato en el que vamos a tener, por suerte, si Dios quiere, el saber guaraní en ese trabajo», afirmó.