El agua es un recurso único e insustituible, es base de la vida, las sociedades y las economías. Pero también es un bien cada vez más escaso. En un mundo que lo precisa para encarar sus grandes desafíos demográficos y climáticos, y a pesar de que el 71% del planeta está cubierto con él, solo el 2% de esa cantidad es dulce y menos de la mitad de está disponible, porque una buena parte se encuentra atrapada en los glaciares en forma de hielo.
En América Latina, la disponibilidad de agua por habitante ha disminuido en un 22% en los últimos 20 años, y millones de agricultores se enfrentan a sequías que amenazan sus cultivos y ponen en riesgo su supervivencia. Ante un panorama de emergencia climática que está dejando cada vez más incendios forestales, una estela de sequías constantes y problemas de abastecimiento, garantizar el futuro suministro a través de las herramientas tecnológicas es fundamental.
Además de reforzar la acción global a través de compromisos como el Acuerdo de París, el nuevo escenario climático obliga a mejorar la gestión del agua en todos los niveles. La aplicación de nuevas tecnologías y recursos como la digitalización, la automatización, smartcities, big data y redes 5G, entre otros, contribuyen de forma decisiva en el desarrollo de estas mejoras que se conocen ya como gestión inteligente del agua.
Cada año, el Programa del Agua del Danubio (DWP) -una asociación entre el Banco Mundial y la Asociación Internacional de Empresas de Servicios de Agua en la Cuenca del Danubio (IAWD)- organiza una conferencia regional del sector del agua. En 2019, la Conferencia del Agua del Danubio se celebró en Viena para debatir el tema de la resiliencia. En 2020, se planificó el primer Foro del Agua del Danubio (DWF) para convocar a las partes interesadas relevantes en Banja Luka para debatir sobre datos y digitalización.
Como resultado, del 27 al 29 de octubre de ese año, las partes interesadas se reunieron virtualmente para debatir “la importancia de los datos del sector del agua en la era digital”. Los asistentes virtuales participaron en diversas sesiones, que abarcaron una amplia variedad de subtemas, como la importancia de esta información para la gestión del agua y la prestación de servicios sostenibles, además de los datos sobre el agua en el contexto intersectorial y el uso de datos sólidos para políticas inteligentes, entre otros.
La importancia de los datos y la digitalización también se puso de relieve con la participación de la Comisión Europea en el evento, que hizo referencia al Pacto Verde Europeo y a la Estrategia Europea de Datos, un enfoque innovador que sitúa los datos en el centro de prácticamente todos los avances económicos. Pero, ¿por qué exactamente los datos y la digitalización son claves para mejorar el rendimiento del sector del agua?
“En primer lugar, los datos pueden ayudar a los gobiernos y a los reguladores no solo a fomentar y alcanzar determinados puntos de referencia y objetivos, sino también a permitir que el Banco satisfaga con mayor eficacia las necesidades de los clientes. Los programas de evaluación comparativa de empresas de servicios públicos, como los ofrecidos en el marco del DWP, por ejemplo, permiten a las empresas individuales recopilar datos y compararlos con los de otras empresas de servicios públicos para ver cómo están funcionando”, aseguraron los especialistas.
Ejemplos de la región ilustran mejor este punto. Maja Medenica, responsable del centro de gestión de activos de Belgrado Waterworks and Sewerage (Serbia), destacó un ejemplo: “Hace 20 años, calculamos que el sistema de agua de Belgrado contaba con unos 2.500 kilómetros de tuberías. Tras recopilar y analizar los datos, ahora sabemos que son más bien 4.000 kilómetros, y podemos planificar las capacidades de reparación y mantenimiento en consecuencia”.
Además, los datos de alta calidad también son necesarios para que el Banco ayude a diseñar, y los gobiernos a aplicar, políticas acertadas en el sector. Según Milica Petrovic, coordinadora de servicios comunales de la Agencia Reguladora de la Energía y el Agua de Montenegro, “la evaluación comparativa determinó nuestro enfoque metódico para la fijación de tarifas”, y añadió, durante el evento que tuvo el apoyo de El País, que la agencia está “a punto de introducir las primeras regulaciones tarifarias en 2021, basadas en 200 conjuntos de datos que recopilamos cada mes” .
La digitalización en los servicios de agua mejora, entre otras cosas, la calidad del agua, la eficiencia energética y la detección de fugas. Algunos de los principales factores que impulsan el crecimiento del mercado de la gestión inteligente del agua son el aumento de la población y la urbanización, el incremento del consumo mundial de agua y la necesidad de hacer frente a los elevados costes de mantenimiento de unas infraestructuras obsoletas.
Una digitalización más abierta y adaptable en las empresas de suministro de agua proporcionará una visibilidad y un control adecuados y basados en estándares en esta nueva era digital, lo que le permitirá automatizar la gestión del agua mejorando sus datos con elementos digitales y capas contextuales. En esta nueva realidad, tendrá el poder de aumentar significativamente la productividad y adoptar rápidamente las nuevas tecnologías a medida que aparezcan para mantenerse al día y construir procesos empresariales más adaptables, colaborativos y flexibles.
El desarrollo de aplicaciones inteligentes para el agua, como el control de fugas, la gestión de la presión, la eficiencia hídrica, la reutilización del agua (aguas grises, pluviales y efluentes), la conservación del agua y la gestión de la demanda, es posible gracias a la digitalización. Con la ayuda de la tecnología en rápido desarrollo en sensores, comunicaciones, eficiencia hídrica, gestión de la información, análisis, automatización, reciclaje y gestión inteligente de las aguas residuales, las redes de agua pueden utilizarse de forma más eficaz y seguir siendo viables.
La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en el 2010 una declaración en la que se reconocía explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que un agua potable limpia y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos. Pese a la declaración de la ONU, la realidad es que todavía estamos lejos de que el agua sea un recurso al alcance de todos los seres humanos y, con el cambio climático, corremos el riesgo de padecer no solo falta de suministro, sino también diversos tipos de guerras del agua.
Para poner cifras al problemas, la propia ONU calcula que en el 2030 un total de 120 países estarán sometidos a los que se denomina estrés hídrico extremo y esto significa que más de la mitad de población mundial estará afectada por problemas de disponibilidad de agua potable. Y se trata de una crisis que no afecta exclusivamente a los países en desarrollo. Para hacer frente a esta situación compleja es necesario poner en práctica nuevas soluciones.
Dos nuevos estudios advirtieron que el hielo en el Ártico se está derritiendo más rápido de lo previstohttps://t.co/FnkFz3rdjg
— Valor Ambiental (@ValorAmbiental1) March 16, 2023