miércoles, noviembre 27, 2024
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Misiones | Proponen una experiencia en kayak por el Yabebirí a cambio de plantar un árbol nativo para restaurar una reserva de San Ignacio

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La propuesta de intercambio de “naturaleza por naturaleza” nace del instructor certificado de Kayak y naturalista, Roberto Bonetti, quien publicó en su cuenta de instragram @teyukayak la iniciativa.

“Se me ocurrió la propuesta estas semanas, pensando en alguna forma de acercar a gente a conocer y conectarse con el paisaje forestal que ofrecen las áreas naturales protegidas que tenemos en San Ignacio, donde tenemos reservas privadas en proceso de restauración como es mi chacra Bahía Serena, y otras en conservación como Monte adentro. La invitación es para arrancar en febrero, acercar a las personas jóvenes y familias a la naturaleza, generar un intercambio, les ofrezco tener su primera experiencia en kayak para quienes nunca lo han practicado o disfruten de remar quienes ya saben hacerlo, con un paseo por el Yabebirí”, dijo el propietario.

A cambio, las personas interesadas deberán acercar arbolitos nativos (especialmente frutales) a ser plantados en la reserva. “Si hay humedad adecuada, ya podemos plantar con la visita”, agregó.

“Es una propuesta de sensibilización ambiental, una experiencia de dar naturaleza y recibir naturaleza”, explicó Bonetti.

Es una actividad destinada a poca gente, son visitas coordinadas previamente y comenzarían en febrero. La idea es que puedan conectarse con la naturaleza, conocer el lugar y su ecosistema, disfrutar de la tranquilidad de las aguas en kayak, y dejar una huella ambiental con la plantación del arbolito en la chacra de la familia Bonetti. “Es un encuentro de naturaleza por naturaleza”, selló Roberto sobre su propuesta.

 

Vivir a conciencia por la naturaleza

 

La propiedad familiar de Roberto Bonetti (48) y Amalia Fiori (44), junto a sus tres hijos, tiene 25 hectáreas en la reserva que se encuentran ubicadas en el centro geográfico de la península del Teyú Cuaré (Cueva del Lagarto en guaraní), en San Ignacio, al sur de la provincia de Misiones.

Es un área única por su ecosistema en la Argentina, y en el mundo, ya que registra varias especies endémicas, y está muy cerca del rio Parana.

Por un lado, la reserva privada Monte Adentro conforma un bloque junto al Parque Provincial Teyú Cuaré, la Reserva Natural Osununú de la Fundación Temaiken, la nueva Reserva Privada Tenondé que dono a la provincia la Fundación Hábitat y Desarrollo; y las reservas privadas del complejo Club de Río y del Club de Pesca de San Ignacio, en la denominada ruta escénica del Teyu Cuare.

Por otro lado, la reserva natural Bahía Serena sobre el río Yabebirí, un lugar especial para conectar con la naturaleza. Todo el entorno es vida natural. Tiene aves endémicas, plantaciones de bambú exótico pero que da belleza al paisaje forestal del lugar, arroyos y vertientes que protegen en la reserva. Los habitantes del lugar son coaties, pecaríes , agutíes, especies como fumo bravo y toda la frescura del monte en cada rinconcito de Bahía Serena.

“Nuestras reservas naturales fueron creadas principalmente por un compromiso familiar de realizar acciones concretas para el cuidado del planeta y para cumplir ese sueño personal de tener la certeza de que por lo menos ese ¨pedacito¨ de monte no va a desaparecer”, expresó Roberto Bonetti, que tiene por objetivo familiar continuar fortaleciendo la conservación y restauración de la Selva Misionera.

Roberto es de Posadas, pero su familia paterna es oriunda de Villa Venecia, cerquita de Cerro Corá, donde se estableció su bisabuelo Giovanni al llegar de Europa. “En ese lugar (Villa Venecia) vivían mis abuelos, tiene mucho monte y un hermoso arroyo que marcaron mi infancia. Desde los doce años soñé con crear una reserva natural”, relató en una entrevista con ArgentinaForestal.com.

Su esposa Amalia es oriunda de Rosario, Santa Fe. Después de casarse vivieron dieciséis años en la ciudad de Rosario donde nacieron sus tres hijos, Valentino (14) Giovanni (11) y Gaia (4), aunque hoy ya se podría decir que todos ellos son misioneros de corazón, asegura su padre.

“Si bien estuvimos viajando siempre a Misiones, esos años lejos de la tierra colorada me hicieron valorar mucho más esta maravillosa provincia, con su naturaleza y su gente, tan variada y tan dinámica. En los últimos cinco años nuestra vida fue casi nómada, alternando estadías entre Santa Fe y Misiones, especialmente en San Ignacio y Bonpland, donde también estamos creando una reserva natural urbana. Nuestra vida está marcada de alguna manera por la naturaleza, vemos a la tierra como nuestra casa y a los demás seres vivos como nuestros parientes, por eso cuidar el ambiente es para nosotros una obligación, pero una obligación muy placentera”, explica Roberto respecto a su amor por la naturaleza, que supo heredar de su familia y transferir a su esposa e hijos.

 

Fuente: ArgentinaForestal.com

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